La crisis de seguridad en Culiacán y la caída en el consumo que esta ha provocado llevan hiriendo las ventas del sector comercial de la capital sinaloense desde hace más de nueve meses. La caída en los ingresos, junto con otras situaciones derivadas de la violencia, habrían provocado el cierre de alrededor de 800 negocios en la zona Centro.
“Estamos pasando por momentos muy dolorosos. Nos angustia ver cómo negocios que han sido sostenidos por tres generaciones, el abuelo, el padre y ahora el hijo, están teniendo que cerrar. Es muy lamentable y muy triste para nosotros ver a un compañero empresario cerrar un negocio”, dice Oscar Sánchez, líder del Frente Primero Culiacán y la Unión de Locatarios del Centro, en entrevista para Revista espejo.
El representante de los comerciantes indicó que, entre los negocios que han cerrado, predominan los giros de venta de electrónica, joyería, accesorios para celulares, ropa de fiesta y línea blanca.
El cierre de locales ha llevado a algunos miembros del sector privado a referirse a ciertas calles del centro como “cementerios comerciales”. Sánchez asegura que hay vialidades al interior del sector en las que hasta el 80% de los establecimientos han cesado operaciones.
Hoy, las asociaciones civiles de comerciantes y cámaras empresariales de Culiacán siguen urgiendo, sin éxito, que el Gobierno del Estado emprenda medidas efectivas para mitigar los efectos de la crisis en el panorama de negocios.
Esquina de Morelos con Mariano Escobedo. La primera, una de las vialidades donde más cierres de han presentado.
En la calle Cristóbal Colón, conocida por concentrar numerosos negocios de electrónica y refacciones de computación, los negocios sucumben.
En el centro de Culiacán, negocios con décadas de historia pierden su brillo. Calle Morelos.

Esquina Carrasco con Benito Juárez.
Las populares tiendas chinas, tanto motivo de revuelo entre el sector comercial de la zona cuando recién llegadas por ser percibidas como competencia desleal, tampoco se salvan.
Sobre la Avenida Álvaro Obregón, pese a ser una de las más concurridas de Culiacán, también se divisan decenas de cortinas bajadas.
Locales de comida también desaparecen.
Boutiques de ropa por la Carrasco cierran las cortinas.
La Alamoda, tienda de Grupo Ley, cerró por “un nuevo proyecto”, según se lee en una lona colgada en la puerta. Es una de las tiendas de ropa más antiguas del sector.
Muchos de los locales del centro, como la “Plaza Lulú” por la Juarez, cerraron en pandemia y desde entonces no se han vuelto a utilizar.
¿Qué pasa después de que cierra un negocio?
Óscar Sánchez comenta que la travesía posterior al cierre de un negocio ha sido cuestión de especial interés por parte de la asociación de locatarios.
La mayoría de negocios son familiares, mismas familias que, al cerrar, buscan hacer negocios de otras maneras que no impliquen pagar costosas rentas ni la carga fiscal de una pequeña empresa.
“Todos nos han confirmado que van a la informalidad. Van a los tianguis, van a vender desde sus casas, a los bazares. Van a la informalidad, porque de alguna manera tienen que darle salida a la mercancía que tienen o muchos quieren seguir todavía como comerciantes en tanto pasa esta racha”, explica.
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