El Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ha entrado a Sinaloa. Lo hizo en silencio, con armas largas y reclutando a menores de edad. La evidencia son seis chalecos tácticos que se mostraron en dos fotografías en un comunicado oficial que se emitió por la Secretaría de Seguridad Pública de Sinaloa, las cuales se borraron momentos más tarde.
Esos chalecos se aseguraron en un operativo naval en la zona rural norte de Culiacán. Seis personas fueron detenidas, entre ellas tres adolescentes. También se aseguraron armas, drogas, vehículos y más de medio millón de pesos en efectivo.
Las fotografías difundidas al principio mostraban un detalle clave: chalecos antibalas con las siglas del CJNG. Poco después, las imágenes fueron retiradas de redes sociales por las propias autoridades.
Esa eliminación no negó la evidencia. Por el contrario, la hizo más visible. Aunque no hay confirmación oficial de una alianza, el CJNG ya opera en territorio dominado -de acuerdo con la Fiscalía General de la República y la Defensa- por los hijos de Joaquín Guzmán Loera, “el Chapo”.
La entrada de ese grupo criminal, fundado por Nemesio Oseguera Cervantes, “el Mencho”, representa un nuevo episodio en el conflicto que enfrenta a las dos facciones del Cártel de Sinaloa.
El CJNG es considerado por Estados Unidos como una de las organizaciones más peligrosas del continente. Su historial incluye el uso de drones explosivos, minas antipersonales, campos clandestinos de adiestramiento paramilitar y zonas de exterminio.
La noticia coincide con el asesinato de Jorge Humberto Figueroa Benítez, “El 27”, uno de los jefes armados de los hijos de Joaquín Guzmán Loera. Fue ejecutado durante un operativo en Navolato el 23 de mayo.
Pocos días después, el gobierno federal anunció el envío de 1,600 militares a Culiacán. La capital sinaloense vive bajo sobrevuelos constantes, retenes y convoyes. Sin embargo, los asesinatos continúan, con un promedio diario de siete víctimas.
Las ejecuciones se han vuelto más violentas. Algunos cuerpos aparecen colgados, descabezados o empalados, con mensajes que aluden a una supuesta “limpieza”. Aun así, ninguna autoridad ha ofrecido explicaciones claras.
Desde el secuestro de Ismael Zambada García, “el Mayo”, el 25 de julio de 2024, atribuido a los hijos de “el Chapo”, la guerra interna del Cártel de Sinaloa se intensificó. Ese evento marcó la ruptura definitiva entre ambos grupos.
En medio de esa fractura, la llegada del CJNG confirma que el conflicto no es solo interno. Hay un nuevo jugador que busca avanzar en el mapa.
No se sabe aún si buscan alianza o ya la tenían. Lo que sí está claro es que ya están aquí. Y que la violencia en el estado tiene ahora un frente más.
Las autoridades siguen reportando detenciones y aseguramientos. Pero los grupos armados se regeneran.
Ahora, tres organizaciones están confirmadas en Sinaloa: “los Mayos”, “los Chapos” y el Cártel Jalisco Nueva Generación. La disputa es abierta. Y el costo lo sigue pagando la población civil.
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