El Banco de México comunicó este jueves su anuncio de política monetaria, en el que da a conocer un recorte de 50 puntos base a la tasa de interés. De este modo, el parámetro pasa de 8.5% a 8%, con efectos a partir del 27 de junio.

De acuerdo con el comunicado, la decisión fue tomada por mayoría, con cuatro votos a favor del recorte, incluidos los de Victoria Rodríguez Ceja y Galia Borja, y uno en contra, correspondiente a Jonathan Heath, quien se pronunció por mantener la tasa sin cambios.

Además del ajuste en los tipos de interés, el banco central mexicano elevó sus pronósticos de inflación general y subyacente para el tercer trimestre de 2025.

“Los pronósticos de inflación se ajustaron al alza. La reducción de la inflación de los servicios ha sido más gradual y el aumento en la de las mercancías mayor a lo previsto. Se continúa esperando que la inflación general converja a la meta en el tercer trimestre de 2026”.

 

Aunque la inflación anual se mantiene por debajo de los niveles registrados entre 2021 y 2023, el balance de riesgos para su trayectoria aún se mantiene sesgado al alza, indicó Banxico.

Panorama externo incierto y riesgos persistentes

 

La Junta de Gobierno reconoció un entorno internacional complejo, marcado por tensiones comerciales y conflictos geopolíticos. Se anticipa una desaceleración económica global, especialmente en Estados Unidos, para lo que resta del año y 2026.

Entre los principales riesgos al alza para la inflación destacan la depreciación del tipo de cambio, la persistencia de presiones en los precios subyacentes, disrupciones por eventos geopolíticos o políticas comerciales, así como impactos derivados de fenómenos climáticos. Por el contrario, los factores a la baja incluyen una actividad económica más débil, un menor traspaso de costos a precios y menores presiones por la reciente apreciación del peso.

El banco central también apuntó que los recientes cambios en la política económica de la nueva administración estadounidense han añadido incertidumbre a las previsiones económicas, con posibles impactos en la inflación de ambos países.

Señala que, hacia adelante, valorará recortes adicionales a la tasa de referencia, siempre y cuando estos sean consistentes con la convergencia ordenada de la inflación al objetivo de 3%.

La postura monetaria seguirá siendo restrictiva, aunque de forma menos pronunciada, y las futuras decisiones dependerán del comportamiento de las inflación y el entorno económico.

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