EL AMANTE JAPONÉS, una novela editada en 2015, está conformada por diversos temas dentro de un contexto social, quizás demasiados temas para un volumen de 347 páginas. El primero de ellos es sobre la historia de una muchacha de 23 años que llega a California huyendo de Moldavia, su país, de un pasado obscuro sobre los abusos de su padrastro y la negligencia y alcoholismo de su madre. Consigue empleo en un refugio para ancianos en Berkeley, en donde es apreciada por su diligencia y buen trato.
Irina Bazili convive con ancianos de diversos estratos económicos y sociales, de entre quienes destaca la impresionable dama Alma Belasco, quien se encontraba en ese lugar alquilando un piso para ella, que se dedicaba a pintar dibujos chinos en seda, apreciada por los conocedores como una artista plástica original. Irina pensaba que la belleza más que otoñal de la pintora le imponía distancia con su aura enigmática. Sin embargo, la artista vió en Irina a la persona ideal para contratarla como su asistente. Se entendieron de inmediato y Alma fue contándole su historia de niña llegada desde Varsovia, a los 8 años de edad, enviada a San Francisco por sus padres para protegerla de la segunda guerra mundial. Jamás volvió a saber de sus padres; encontró en los tíos la protección y cariño necesarios. Sobre todo, del primo Nathaniel, cuatro años mayor que ella, con quien se casaría en un futuro lejano. Las flores apasionaban a la pequeña Alma, recorría los espléndidos jardines de los tíos y entablaba conversaciones con el jardinero Japonés que hacía maravillas con las flores. El hijo menor del Japonés, Ichimei, también de ocho años, fue el mejor amigo de la pequeña, ambos unieron sus destinos desde esa temprana edad, sus vidas se fundieron en un amor apasionado que duró por 55 años; interrumpido por algunos años debido al matrimonio entre Alma y su primo Nathaniel.
La novela abunda en temas variados: La visión de los ancianos hacia sus últimos días de vida; la incontenible pasión de unos amantes de diferentes posiciones sociales; la belleza del arte floral; la homosexualidad; el sida; los campos de concentración para Japoneses, en los Estados Unidos; las tradiciones Judías, y más… todo en pequeñas dosis, en un lenguaje de abundantes figuras literarias, rico en su narrativa y sin duda alguna, pulcro y cuidadoso.
Isabel Allende, actualmente Estadounidense, seguramente nos seguirá sorprendiendo con renovadas historias, con todo y sus más de 80 años a cuestas.
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