No voy a votar

El 1 de junio se llevará a cabo la Reforma al Poder Judicial, la de AMLO, no la que el País necesita, y por la vía del voto se elegirán a ministros, jueces y magistrados. Lo ideal hubiera sido que a esas MAGISTRATURAS llegaran los constitucionalistas con las más altas y honrosas virtudes. Pero esa no fue la prioridad, sino centralizar y concentrar un poder omnipotente dictatorial, represivo, empobrecedor y corrupto en un movimiento latinoamericano de una izquierda que humilla y denigra; que empuja a la ciudadanía a la sobrevivencia de la mendicidad.

En lo personal, no creo en las infinitas bondades que el gobierno pregona con la citada reforma, y mucho menos que esa sea la vía para desterrar las innumerables deficiencias que al interior del Poder Judicial hay, sobre todo en los procesos para designar fiscales y hacer investigaciones. La impunidad y las injusticias no son un problema de jueces, sino político.

Y no voy a ser parte de una de las decisiones más miserables que gobierno haya cometido, y que van contra la república, la democracia, los derechos humanos y las libertades civiles. Designar ministros, jueces y magistrados por la vía del voto de la ignorancia es ser testigo de una degradación de la política que sólo existe en las dictaduras comunistas.

El 1 de junio no me prestaré a esa farsa electoral que el gobierno disfraza de democracia, cuando lo que predomina en el grueso de los electores es el analfabetismo institucional, y que no sólo lo premia, sino también, impone para que la igualdad social sea por la vía de la pobreza y la ignorancia, no de la educación ni de la prosperidad. Para la 4t aspirar a ser prospero, culto y de valores es ser neoliberal y conservador.

Pobre México, en la antesala de la dictadura y la existencia de una parte de la sociedad civil y empresarial que se resiste a salir de la comodidad en que se encuentra, sin darse cuenta de que su burbuja está dentro de un proceso destructivo. Pero me abstendré de votar el 1 de junio y expongo siete motivos en particular:

1.    Incumplimiento del gobierno con la Constitución en lo referente a los artículos 6to relacionado al derecho a la información; el 28 al apropiarse el gobierno el monopolio de la verdad; el 40 al centralizar la federación el poder soberano de las entidades; el 49 al ir contra la división de poderes y concentrar en el ejecutivo el dominio y control de los poderes legislativo y judicial; el 87 ya que incumple con todo el protocolo que dicta el acta de protesta; el 94 al incumplir con los juicios de amparo; el 95 al designar ministros a la SCJN de dudosa probidad; el 99 al limitar el funcionamiento del Tribunal Electoral; el 108 al permitirle al ejecutivo la tan grotesca permisividad ante los innumerables actos de corrupción y delitos electorales y; a la manera en que el presidente engaña a la nación al decirle que puede ser juzgado cuando el articulo 110 no contempla la figura del presidente.

2.    Premiar la opacidad. Por decreto del 18 de mayo de 2023, AMLO estableció de seguridad nacional la obra pública y todo lo relacionada a sus grandes proyectos que de antemano eran deficientes y caprichosos. AMLO lo sabía y no quería debilitar su proyecto político como en su momento le sucedió a EPN.

3.    Control del TEPJF y el INAI. Desde el 2023 mantuvo sin designar a los dos magistrados del TEPJF y se opuso a que el senado eligiera a los tres comisionados faltantes del INAI. Para AMLO, la opacidad y el control del TEPJF eran determinantes para el proceso electoral que se avecinaba en el 2024.

4.    Concentrar el proceso electoral en el gobierno y eliminar los organismos autónomos. De la dictadura perfecta pasamos a la dictadura real, donde la pobreza y la ignorancia son sus pilares.

5.    Obstinación enfermiza hacia la SCJN. La designación de Norma Piña como presidente de la SCJN fue un golpe demoledor al ego omnipotente y enfermizo de AMLO por el poder, cuyo odio creció al declararle inconstitucional cinco de sus iniciativas de reforma entre las que destacan: la reforma eléctrica del 18 de abril de 2022; el Plan B de reforma electoral cuya primera parte fue invalidad el 08 de mayo 2023 y la segunda el 22 de junio de 2023; y la relacionada a la Guardia Nacional en septiembre de 2022. De ahí la inmortal frase de su autocracia: No me vengan con ese cuento de que la ley es la ley”, dice AMLO a la Corte.

A lo que le siguió una obstinada urticaria hacia Norma Piña por parte del presidente, así como del Senado.  A lo que le acompañó la negativa del Ejecutivo para que el poder judicial estuviera presente en eventos relacionados a la historia nacional, así como la orden que AMLO le emitió a su gabinete de “Ni el teléfono le contesten” a la presidenta de la Corte” como lo hizo en abril del 2023.

6.    Se premia la ignorancia no la meritocracia. Los requisitos para estar en la terna de las candidaturas, por sobre privilegiar la meritocracia científica y constitucionalista, le abre las puertas a la ignorancia. Por ejemplo, para ser ministro de la Suprema Corte se pide un promedio mínimo de calificación de ocho puntos en general, un ensayo de tres páginas justificando su postulación, y remitan cinco cartas de referencia de vecinos, colegas o personas que avalen su idoneidad para desempeñar el cargo.

7.    El voto de la ignorancia. Por un lado, es imposible que el voto sea razonado y entendido y mucho más que el potencial elector se haya dado tiempo de estudiar el currículo de cada uno de los candidatos. Y por el otro, que esté familiarizado con la razón de ser de cada institución como son la SCJN; el Tribunal de Disciplina Judicial; la Sala Superior del TEPJF; la Sala Regional del TEPJF; Magistraturas de Circuito y; Juezas y Jueces de Distrito.

Por ultimo.

De antemano el resultado ya lo tiene el gobierno, pero necesita la farsa electoral que se lo legalice. Por eso Yo no voy a votar.