Y como se dio cuenta de que los caminos de la vida no son como ella pensaba, nada de lo que imaginada y creía, decidió que era mejor sufrirlos en unos Channel bien puestos. Mi amiga aventó las Calzaletas y se largó a París con todo y el Iván, su marido, ese que cuando le pidieron que describiera lo que era el amor, dijo: ‹‹amor es hacerse el paro, aguantar vara, como el Iván ha hecho conmigo››. Ella que sólo conocía la ruta del camión que la llevaba al hospital cada que le venía una crisis, ahora cruzaba el charco y estaba frente a la torre Eiffel, recorriendo catacumbas, cementerios, comiendo croissant y compartiendo experiencias con sus lectores en librerías chic de París. Sus libros ahora se leían en seis idiomas. Ella que fue ignorada y vista con reserva por escuchar a Los dos carnales y decir que cuando está feliz se siente como la Mariposa de barrio de Jenni Rivera.

Mi amiga sabe que ahora todo se pone mejor y que la infancia vivida en la cantina de su madre, escuchando los corridos de su padre, Clave 7 entre sus favoritos, le ha dado el cuero suficiente para llegar hasta donde está… y sí, ella sabe que los caminos de la vida no son como le hicieron creer. Los Crocs le parecieron un exceso y ahora quiere andar la vida, como escribió su colega, en Historia de una mujer que caminó por la vida con zapatos de diseñador.

 

En esta tarde de verano lluvioso, me adentro en la historia de mi amiga, la imagino recorriendo las calles de París con su arrojo perro y sólo quiero abrazarla y ver su cara de alegría. Quisiera contarle que en este momento aquí se debate la reforma al Poder Judicial; si los personajes involucrados tuvieran un poco de la honestidad que ella ha tenido para andar los caminos de la vida, otra fuera la historia del nuestro. Ella y yo sabemos que no es lo mismo caminar en cancles de plástico que en unos de diseñador. No es lo mismo escuchar Los caminos de la vida en cumbia y acordeón del regio Celso Piña, que en el vallenato de Los diablitos colombianos, diferentes sí, pero ambos se adentran igual en ese canto esclavo; como el cardenche mexicano, ese doloroso canto que lastima como una espina de cactácea… sí, los caminos de la vida son muy difícil de andarlos, difícil de caminarlos… ahora que regrese veremos si se decide por unos Jordan o unos Converse, se queda con los Channel o decide descalzarse como gesto excéntrico para que aquellos sigan ladrando.

PD, esta que escribe se ausentará todo julio. Si el camino permite, nos vemos en agosto.

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