Culiacán, Sin.- ¿Quién quiere comprar una nieve con este calor? Se pregunta Lupita Martínez. “Nadie, todos quieren agua”, se responde sin empero, porque comprende que este negocio, el de vender nieves de garrafa en Culiacán, es así desde hace 34 años, cuando su padre y madre iniciaron a vender bolas de helado.

-“La venta baja un ochenta por ciento en época de calor. Los meses buenos empiezan en septiembre y terminan en enero”.

-Pero en septiembre todavía hace calor

-Sí, pero hay eventos, empiezan las graduaciones, los eventos grandes.

Lupita forma parte de una empresa de nieves, es la gran heredera de este emporio de hielo bañado con sal de mar, de carritos especiales y de una receta secreta que se usa para cada sabor.

La lógica dice que en época de calor, como el que este 2024 ha azotado con tres olas durante la primavera, con temperaturas que superan los 35 grados Celsius, es que este tipo de comercios repunten, tengan un éxito avasallador, pero la realidad va contra toda suposición.

Los sinaloenses han aprendido con la experiencia que un shot de azúcar helada no resolverá los problemas de sed, sino que la agravará, que podrá ser un factor para un seguro golpe de calor.

La Secretaría de Salud federal ha explicado que la insolación o golpe de calor es consecuencia de la exposición excesiva a rayos solares o de haber estado en un sitio con mucho calor. Ocasiona síntomas como: piel fría o húmeda, sudoración intensa, desmayos o mareos, cansancio, pulso débil, rápido, presión baja, calambres musculares, náuseas y dolor de cabeza.

Un trago de azúcar, como el que tiene una sola bola de nieve puede aumentar la deshidratación en épocas de calor si no se toma suficiente agua. Lo que se prioriza en los meses calurosos en Sinaloa es beber sueros, agua natural, saborizada o bebidas con electrolitos.

Lupita cuenta que en el negocio familiar se reconoce las temporadas de venta, comienzan los meses de septiembre con el incremento de los eventos sociales, sobre todo aquellas que se celebran en salones de fiesta por las mañanas o con las celebraciones religiosas, a las afueras de iglesias o en los patios de las escuelas.

-“Los meses que mejor vendemos son desde noviembre, ya en diciembre y enero es lo mejor”.

-¿Es por el clima?

-“Sí, la gente ya prefiere comprar para disfrutar, no como ahorita que es mediodía y solo he vendido tres nieves”.

-¿Y quiénes te compran más?

-“Todos, pero principalmente la gente que viene de fuera, los que vienen de visita, que no están acostumbrados al clima y quieren sentir el frío”.

El negocio de las nieves de garrafa que fundó la familia de Lupita tiene ya 34 años, pero eso ha sido por una administración de recursos muy estricta. En los meses que llaman buenos se compran insumos suficientes para las fechas malas, así evitar el desabasto, se genera un ahorro para el pago a los cuatro trabajadores que caminan con los carritos y durante el mes de diciembre se diversifican con más negocios, como el de la venta de elotes y esquites.

Y este negocio seguirá, las nieves permanecerán, las de ciruela o vainilla que tanto gustan a los adultos o la de limón y fresa que prefieren los niños por los colores intensos que se les agrega para llamar la atención. Pero hay que tener paciencia, durante el calor -y más con el extremo- no serán tan visibles como los carritos de aguas frescas en las calles de Culiacán.

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