Culiacán, Sin.- Mauricio Félix Padilla tiene un puesto de revistas pero sin revistas. Por muchos años sí contaba con ellas para su venta, también con los ejemplares diarios de los periódicos locales como El Debate o Noroeste, pero eso hace mucho que dejó de ser negocio, dice.
Su historia y la de su estanquillo es también la del auge y caída del Partido de la Revolución Institucional (PRI) en Sinaloa. Esto, porque se ubica justo afuera de las oficinas del Comité Directivo Estatal de ese partido, sobre el bulevar Francisco I. Madero.
Ahí lleva instalado 22 años, pero desde los últimos tiempos ya no nota mucha afluencia de transeúntes.
Mauricio es invidente. Perdió un ojo a los cinco años en un accidente, y el otro se dañó más grande. Aun así hubo un tiempo en que podía ver un poquito, pero en el presente solo ve un resplandor en el horizonte.
“Aquí llegué, primero andaba batallando buscando un punto donde me dejaran. Porque en un inicio el Ayuntamiento no me dejaba en ninguna parte, que estaba prohibido, quería ponerme en un hospital, tampoco me dejaron. Me quería poner en el DIF que está por el bulevar Zapata, tampoco me dejaron”, recuerda en entrevista para Espejo.
“Entonces se me ocurrió preguntarle aquí al partido. Entré directo a la oficina, llegué con el secretario del partido de ese entonces, no recuerdo su nombre, él le preguntó al presidente y me dijeron que sí”, comenta.
Dependiendo el movimiento del sol, en estos años se ha removido escasos metros de un punto y otro en este perímetro. Hoy lo protege la sombra de un árbol sobre la acera —yo aquí no estorbo a nadie—, dice.
Hoy en día solamente vende dulces, papitas, refrescos y a veces pan casero. Las revistas las dejó de vender debido a su condición de salud; en muchas ocasiones se las robaban o la gente simplemente las quería leer gratis ahí mismo.
“He conocido mucha gente, personas del Ayuntamiento, del Congreso, del gobierno, de todas partes. Antes había mucho movimiento en el edificio del PRI, venía mucha gente de afuera de Culiacán”, señala.
Lo anterior, cuando el PRI seguía siendo el partido hegemónico en México. Justo en esos tiempos, cuando había alternancia en el Ayuntamiento de Culiacán con alcaldes del PAN, es cuando más lo quisieron quitar de su puesto debido a supuestas irregularidades con el permiso.
“Hace mucho tiempo que nadie me molesta aquí, antes si me molestaban mucho, sobre todo cuando el PAN gobernaba Culiacán. Me querían quitar de aquí con todo y el puesto para subirlo en una camioneta”, recuerda.
“Una vez que uno del Ayuntamiento se puso muy agresivo y hasta tuvo que bajar el presidente del partido y me respaldó, al final me hicieron la multa y para la tarde ya estaba cancelada”, se ríe.
Mauricio llega las 8 de la mañana todos los días a su puesto de revistas (sin revistas) y se va a las 2 o 3 de la tarde, sin embargo, antes se iba hasta las 6 de la tarde porque la venta no bajaba hasta esa hora.
“Que la gente me eche la mano, el que vaya caminando por aquí que me pueda comprar algo, yo sé que también me falta mercancía, galletas, más papitas, más dulces, pero también a veces lo que vendo aquí es solo para comer”, hace la invitación.
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