Mazatlán, Sin. – En Gran Acuario Mazatlán, los procesos que rigen el bienestar y salud de las especies están basados en el cumplimiento de las normas de cuidado y bienestar animal.
Por eso, el diseño y amplitud de cada uno de los hábitats recrea con la mayor fidelidad la vida marina, lo que le permite a las especies, expresar un comportamiento como el que tendrían en la naturaleza.
Esto se complementa con una atención a su salud física por expertos veterinarios, biólogos, nutricionistas que dan seguimiento puntual a cada etapa de su ciclo de vida, libres de lesiones o enfermedades, libres de estrés ya que no cuentan con depredadores naturales, libres de disfrutar su entorno y su cardumen.
Por ello, recintos como el Gran Acuario Mazatlán cumplen una función primordial en el mundo; son centros que permiten la conservación de las especies.
Su función educativa es básica para que las personas puedan descubrir y admirar las numerosas especies que habitan el mundo marino, a veces difíciles de observar en su entorno natural; fomentar su conocimiento y motivar una cultura de protección animal, con programas de educación y capacitación que generen una cultura cívica de respeto y trato digno a los animales.
Visitar el Gran Acuario es más que observar peces, o enormes tanques; visitar el Gran Acuario es la oportunidad de compenetrarnos con nuestro entorno marino, aprender y signar un compromiso con este medio ambiente.
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