Textos y fotos por Sofia Pontiroli / @sofia.pontiroli
Araceli inició a trabajar a los 8 años. Ahora tiene 63, hace 10 meses dejó a su esposo por infidelidad, y tiene un hijo de 23 años con Asperger en la universidad. Araceli no tiene auto, usa un bastón para caminar por un problema en sus rodillas, y cada día tiene que salir para vender ropa usada fuera del metro Jamaica o realizar limpieza en varias casas en la Ciudad de México. Hace unos meses solicitó ayuda por parte del gobierno, pero no le alcanza para que pueda vivir con tranquilidad.
“En la Ciudad de México es imposible dejar de trabajar, porque sino, no comes. Yo tengo que trabajar aunque mi hijo y yo tengamos ayuda del gobierno. Tuve que dejar a mi esposo porque ya llevaba 17 años teniendo una relación con mi hermana, y cuando mi hijo encontró a su papá con mi ella, tuvo una crisis nerviosa”.
La psicóloga y el neurólogo del hijo de Araceli, después de visitarlo, dijeron que iba a ser muy difícil para él aguantar altos niveles de estrés. De esta forma Araceli, por el amor que le tiene a su hijo, decidió dejar a su esposo a los 62 años, perdiendo su casa y sabiendo que iba a tener que seguir trabajando por muchos años más.
Araceli atiende labores del hogar.
Catalina tiene 68 años, y trabaja desde los 19, cuando tuvo a su primera hija. Durante esos años, estuvo trabajando de manera legal cotizando a través del seguro social; sin embargo, a la hora de ir a solicitar su pensión, le mencionaron que le faltaban dos años para cotizar. Eso significa que tiene dos opciones: o trabajar dos años más, o pagar una cuota para poder recibir su pensión mensual. Catalina ha tratado de buscar trabajo en diferentes lugares, pero siempre recibe la misma respuesta: superados los 40 años, es muy difícil ser contratada por una empresa.
“Nuestra señora presidenta, este año, aumentó de 200 pesos el apoyo, entonces estoy recibiendo 6200 bimestrales: apenas me alcanza para pagar los servicios de mi casa y mi despensa”, afirma Catalina.
“Me quedé sin mi trabajo de secretaria cuando empezó la pandemia. Empecé a buscar, pero por la edad ya no he encontrado en ninguna oficina, me dicen que necesitan jóvenes de 18 a 30 años: yo les doblo la edad”, dice riéndose un poco.
Actualmente Catalina está trabajando en un puesto, vendiendo artículos de ropa.
La situación actual de pensiones en la Ciudad de México.
Para mujeres entre 60 y 64 años, en 2025 el Gobierno Federal – a través del Programa Pensión Mujeres Bienestar – comenzó a otorgar 3 mil pesos bimestrales. Sin embargo, hay estudios señalando que la cantidad ideal para vivir en la capital del país y cubrir sus gastos cotidianos es de 29,500 pesos (Forbes, 2024).
En 2019, durante el gobierno de López Obrador se creó la Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores, un programa social para “contribuir al bienestar de las personas adultas mayores a través de la entrega de una pensión no contributiva” (Gobierno de México, 2021). En cinco años, esta política pública creció de 466% (398 mil millones de pesos), iniciando con un presupuesto de 85 mil millones de pesos. Según este programa, las personas solicitantes mayores de 65 años, recibirán 6200 pesos bimestrales de apoyo. Siempre y cuando cumplan con los requisitos.
Juana y Otilio tienen 59 y 67 años. Son una pareja originaria de Oaxaca, ambos iniciaron a trabajar a muy temprana edad. Otilio es sordo, y en la primaria se salió de la escuela para empezar a trabajar en una oficina automotriz. Juana en la primaria realizaba trabajos de limpieza. Cuando se conocieron, decidieron abrir una tienda de abarrotes en Oaxaca, para después mudarse a Ciudad de México y abrir la tienda ahí.
“Este año decidimos descansar por varios temas de salud, y mi cuñado nos ayuda con la tienda, pero realmente cuando él se tiene que ir nosotros la cuidamos. Estamos acostumbrados al negocio, y no vemos posible dejar de trabajar, hasta que Dios nos permita estar”, afirma Juana.
Juana y Otilio.
El sueño de Otilio es irse a Oaxaca, porque la Ciudad es muy ruidosa y caótica para él. Allá quisiera seguir trabajando, pero en el campo, con algunos animales como vacas o toros.
Actualmente Otilio recibe apoyo por parte del gobierno, pero no le alcanza. Además de seguir abriendo la tienda todos los días, aunque Juana tiene artritis y se le dificulta trabajar, reciben apoyo económico por parte de sus hijas. El apoyo que recibe Otilio – a través de la Pensión del Bienestar – es de 6,200 bimestrales. Juana todavía no tiene la edad para recibir ese apoyo.
En México, la población de la tercera edad que se considera económicamente activa y ocupada corresponde a más de 6 millones de personas (CESOP, 2023). Pese a los programas sociales aquí señalados, el Estado no proporciona apoyos suficientes para que los adultos mayores puedan gozar de su derecho al descanso.
De acuerdo al INEGI, en México, las personas mayores de 60 años representan el 12.9% de la población, se espera que dicha proporción se incremente al 25% en el año 2050. Con esta estimación no habrá forma de sostener los apoyos económicos que hoy se le brinda a esta población.
Postal del negocio que atienden Juana y Otilio.
Empleo por grupo etario en la Ciudad de México
Según el Observatorio Laboral, realizado por la Secretaría del Trabajo y Previsión Social en septiembre de 2024, los grupos etarios mayores presentaron los siguientes niveles de empleo:
Más de 60 y hasta 65 años: 101,676 empleos, con un crecimiento mensual de 0.93% y anual de 7.66%.
Más de 65 y hasta 70 años: 29,136 empleos, con un crecimiento mensual de 0.61% y anual de 8.12%.
Más de 70 y hasta 75 años: 9,689 empleos, con un crecimiento mensual de 0.77% y anual de 12.90%.
Más de 75 años: 4,885 empleos, con un crecimiento mensual de 1.26% y anual de 12.30%.
Estos datos destacan un crecimiento notable en el empleo de adultos mayores en la Ciudad de México. Además, es importante revisar los datos oficiales sobre los adultos mayores con empleo informal a nivel nacional. Como menciona un artículo de Milenio, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) reportó que, al segundo trimestre de 2022, el 70% de los adultos mayores ocupados laboraban en la informalidad.
Más en específico, el 75% de las mujeres y el 68% de los hombres en este grupo de edad trabajaban en condiciones informales. Aunque estos datos son a nivel nacional, reflejan una tendencia que podemos observar en la realidad que muchas personas en la Ciudad de México viven, según los testimonios mencionados.
“Antes de la pandemia estaba trabajando como ayudante de cocina, pero era tan pesado estar parada 8 horas que duré solamente 7 meses ahí: tuve un problema de circulación en ambas piernas. Pero le digo, yo trato de buscar un trabajo en donde pueda generar dinero, porque tengo que pagar mis cosas”, cuenta Catalina.
Araceli, por otro lado, todos los días recorre kilómetros y kilómetros por la ciudad, para ir a limpiar casas o vender ropa en el mercado, ayudándose con su bastón, sin el cuál no podría caminar.
¿Qué acciones está realizando el Estado para resolver este problema?
Actualmente, está en vigor una reforma por parte del partido de Morena, que creó el Fondo de Pensiones para el Bienestar. Este fondo tiene como objetivo garantizar que los trabajadores del IMSS e ISSSTE que cotizan bajo el régimen de cuentas individualizadas, puedan recibir una pensión equivalente al 100% de su último salario, con un tope de 17 mil 364 pesos mensuales.
Esto aplica solamente para las personas que tuvieron la suerte de ser empleados en una empresa que diera la oportunidad de cotizar a través del seguro social. Hay muchas otras personas, como Araceli, que tuvieron empleos informales todas sus vidas; o hay otras como Catalina, que aún contando con años de trabajo formal cotizados a través del seguro social, no puede acceder a su pensión por un pequeño detalle burocrático.
“Me faltan dos años por cotizar porque trabajé en varios lados, y en algunos no me daban seguro. La solución es trabajar otros dos años cotizando, o pagar 1800 pesos al mes durante esos dos años. ¿Cómo puedo hacerle? Si no me aceptan para trabajar en ningún lado por mi edad, no tengo trabajo, y por ende no puedo pagar mensualmente los 1800”.
Esta situación evidencia cuánto, en realidad, el sistema de pensiones actualmente implementado beneficia solamente a parte de la población mexicana de la tercera edad. “Siempre lo digo, ¿por qué los jubilados tienen más cosas de los que no tenemos jubilación?”, pregunta Catalina. “No tiene sentido”.
Además del Fondo de Pensiones para el Bienestar, el gobierno cuenta con programas de apoyo que promueven la inclusión de los adultos mayores en el mundo laboral. Si tienen más de 60 años, los hombres y mujeres que cuentan con hoja de jubilación pueden acceder a programas de capacitación impartidos por el INAPAM, en donde pueden “aprender cómo producir artículos de diversa índole, con el objetivo de ocupar su tiempo libre y obtener un ingreso extra” (Gobierno de México, 2016).
“Fui a vinculación productiva del INAPAM para buscar trabajo, y me pidieron la hoja de jubilación: si no tienes esa no te dan acceso a ese programa”, concluye Catalina.
*Es importante preguntarnos, ¿todos estos programas promovidos por el gobierno, son sustentables? Según el Dr. Ricardo Velázquez Leyer, académico del Departamento de Ciencias Sociales y Políticas de la IBERO, la respuesta es no.
“La Pensión para el Bienestar de las Personas Adultas Mayores del gobierno federal enfrenta tres riesgos: no es sustentable, incentiva el empleo informal y presenta fallas de implementación”, afirma un estudio realizado por la universidad Iberoamericana en 2022.
El académico afirma que las necesidades de presupuesto destinadas a estos programas crecerán en el tiempo, a la par con el envejecimiento de la población a nivel mundial. Esto causará que mucho del dinero invertido para sustentar estos programas, deberá de quitarse a cualquier otro tipo de apoyo o beneficio que necesitan otros sectores de la población, igual de vulnerables. Además, destaca como las pensiones no contributivas tienen un efecto negativo en la formalización del trabajo, ya que muchos empleadores no invertirán recursos para otorgar pensiones dignas a sus colaboradores: el gobierno lo podrá hacer.
“Uno está acostumbrado al negocio, yo estoy acá en la casa y me siento encerrada, y ya con el negocio platicamos con las personas y nos distraemos”, afirma Juana. A los adultos mayores en la Ciudad de México, no les queda más que adaptarse a una realidad que no cambiará pronto. Aún con problemas de salud o cansancio por una vida entera trabajando no podrán descansar, y los programas promovidos por el gobierno actual no serán sustentables en el tiempo.
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En este enlace podrán leer otras historias elaboradas por las y los estudiantes de ZonaDocs: Escuela de Periodismo, 2da. Generación:
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