Estados Unidos. – La Casa Blanca enviará dos mil efectivos de la Guardia Nacional a California tras dos días de protestas que estallaron en respuesta a los operativos federales para deportar migrantes. El Presidente Donald Trump firmó un memorándum este mismo sábado. Esto se produjo tras los enfrentamientos entre manifestantes y agentes federales en el corazón latino californiano: Los Ángeles.

El Departamento del Sheriff del Condado de Los Ángeles informó haber respondido el sábado a una protesta en Paramount, a unos 26 kilómetros al sur del centro de Los Ángeles. “Al llegar los agentes, parecía que había agentes federales en la zona y que la gente se estaba reuniendo para protestar”, declaró. Su departamento no participó en ninguna operación federal de las fuerzas del orden, añadió.

Los videos difundidos en redes sociales mientras gente caminando y gritando en las calles. La escena fue similar a una serie de protestas que estallaron en el centro de Los Ángeles el viernes, cuando la gente reaccionó ante agentes federales involucrados en lo que parecía ser una operación de control migratorio.

Según reportes, al menos tres grandes redadas se llevaron a cabo en zonas predominantemente hispanas del centro de Los Ángeles, incluyendo el Distrito de la Moda y el área de Westlake. Las autoridades federales detuvieron a al menos 45 personas, muchas de las cuales, según defensores de los derechos de los migrantes, no tenían antecedentes penales.

Los operativos, descritos como los más grandes en décadas en la ciudad, involucraron a agentes fuertemente armados con equipo táctico, quienes utilizaron granadas aturdidoras, gas lacrimógeno y balas no letales para dispersar a cientos de manifestantes que intentaron bloquear los arrestos. En el Distrito de la Moda, una tienda mayorista de ropa fue blanco de una redada, lo que desencadenó enfrentamientos cuando activistas y civiles se congregaron para protestar.

Las redadas masivas fueron ejecutadas por el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE, por sus siglas en inglés) contra migrantes indocumentados. Estas operaciones desataron una fuerte reacción por parte de la comunidad, activistas y líderes locales, quienes calificaron las acciones como “crueles” y “arbitrarias”.

El sábado 7 de junio, las protestas continuaron con mayor intensidad. En la ciudad de Paramount, se reportaron al menos 65 detenciones en una empresa, lo que provocó una respuesta inmediata de la comunidad, que bloqueó vehículos federales durante más de dos horas. Las consignas de “¡Fuera ICE!” resonaron en las calles, mientras los manifestantes denunciaban el uso de tácticas intimidatorias.

Reacciones de la comunidad y líderes locales

La Alcaldesa de Los Ángeles, Karen Bass, expresó su indignación, calificando las redadas como tácticas que siembran el terror en las comunidades migrantes, además de que “perturban los principios básicos de seguridad y debido proceso” en la ciudad. “Mi oficina está en estrecha coordinación con organizaciones comunitarias que apoyan a los angelinos indocumentados y seguirá vigilando de cerca esta situación”, señaló en una publicación que compartió en redes sociales.

Por su parte, el Gobernador de California, Gavin Newsom, criticó el plan del Gobierno federal de enviar dos mil soldados a Los Ángeles para contener las protestas, al afirmar que se trata de una medida “deliberadamente incendiaria” que sólo intensificará las tensiones.

“El Gobierno federal está tomando control de la Guardia Nacional de California y desplegando dos mil soldados en Los Ángeles, no porque haya escasez de agentes del orden, sino porque quieren un espectáculo. No les des uno. Nunca uses la violencia. Protesta pacíficamente”, indicó.

El Sindicato Internacional de Empleados de Servicios (SEIU) de California también reaccionó ante la represión de las protestas, luego de que su presidente, David Huerta, resultó herido y fue detenido mientras documentaba una redada. Su arresto ha generado críticas por parte de organizaciones que lo consideran un acto de represión contra los defensores de los derechos de los migrantes.

SEIU California informó que, si bien el activista ya había sido dado de alta del hospital al que fue ingresado tras resultar lesionado, aún permanecía en custodia, por lo que han solicitado su liberación.