Este viernes, la intercamaral de Culiacán, un consejo empresarial que reúne a las organizaciones del sector privado más grandes de la capital sinaloense, emitió un comunicado en el que exige a las autoridades estatales trabajar en la reducción de la incidencia delictiva.

“En el transcurso de estos nueve meses marcados por una profunda crisis de violencia, inseguridad e incertidumbre económica, el Consejo Intercamaral de Culiacán alza la voz con firmeza y responsabilidad para expresar su preocupación y, sobre todo, su compromiso con el bien común y la estabilidad de nuestro entorno empresarial y social”, se lee en el documento difundido por sus integrantes.

 

Producto de un estallido de violencia que se desató en Sinaloa el 9 de septiembre de 2024, el panorama de negocios en Culiacán, epicentro de la crisis, muestra claros signos de deterioro. Aumento en la tasa de desocupación, la contracción del PIB al cierre del año pasado y una pronunciada caída en la actividad económica estatal, todos estos indicadores medidos a través de datos oficiales del INEGI, son muestra de ello.

A nivel de percepción, el constante cierre de negocios en la mayoría de sectores de la ciudad también da testimonio de este derrumbe.

En este marco de circunstancias, las organizaciones componentes de la intercamaral de Culiacán se dicen en negación de normalizar la violencia y sus consecuencias.

“Hacemos un llamado enérgico y directo a las autoridades en todos los niveles de gobierno: es momento de actuar con determinación, estrategia y apertura al diálogo con el sector productivo. No pedimos privilegios, exigimos condiciones mínimas para trabajar y reconstruir la economía local.”

 

El Consejo Intercamaral expone que ha establecido tres ejes estratégicos clave que utilizará para evaluar y medir el desempeño de las autoridades. Estos son:

1. La disminución urgente del alto número de homicidios, que ha colocado a nuestra ciudad en una constante sensación de temor y vulnerabilidad.

2. La disminución al alarmante robo de vehículos, que afecta la movilidad, el patrimonio y la tranquilidad de las familias y de los negocios.

3. Reducción del creciente robo a comercios, que está frenando la actividad económica, desincentivando la inversión y debilitando el tejido empresarial.

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