Por Gisela López / @gigiimarlop
Ilustraciones de portada Diana Soto / @weirdu_u
“El problema es que el mundo se está hiper tecnologizado, pero no se está hiper humanizando; el mejor vehículo para recordar lo humano es el arte y la cultura.”, declaro Ricardo Villanueva Lomelí, ex rector general de la Universidad de Guadalajara (UdeG) en su cuenta oficial de Facebook el 14 de Junio de 2024.
Dicha publicación atrajo la atención y los cuestionamientos de estudiantes que cursan carreras artísticas dentro de la UdeG.
Pese al lugar que el arte ocupa en el discurso institucional, estudiantes del Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) campus Santa María de Gracia y San Agustín, denuncian que se enfrentan al “abandono” de las autoridades universitarias en materia de infraestructura básica, instalaciones y equipo escolar vigente:
“Siento que somos como el hijo poco preferido de la UDG, a excepción de cuando tenemos un logro”, afirma una estudiante de la carrera de Artes Visuales para la Expresión Plástica en respuesta a la pregunta cómo se siente estudiar en el campus Santa María de Gracia del CUAAD.
El Centro Universitario de Arte, Arquitectura y Diseño (CUAAD) fue creado en 1994 para integrar las disciplinas artísticas en una sola entidad académica. Hoy cuenta con tres sedes: Huentitán, San Agustín y Santa María de Gracia. Estas dos últimas se encuentran en edificios patrimoniales del centro histórico de Guadalajara, condición que con el paso de los años ha sido percibida por sus estudiantes como un reflejo del rezago.
Santa María de Gracia cuenta oficialmente con una superficie construida de 3,498.51 m², mientras que San Agustín cuenta con una superficie de 976.23 m² :
En el presupuesto 2024, el CUAAD, recibió $48,357,720.00 pesos, pero solo $2,306,842.03 pesos (menos del 5%) se destinaron a infraestructura física, repartida entre todos sus campus. Incluso, a través de la solicitud de transparencia folio 140293625000616, la Universidad de Guadalajara reconoció que:
“Actualmente no existen proyectos, licitaciones o planes aprobados para rehabilitación, remodelación o intervención en las instalaciones del CUAAD.”
En contraste, en la sede Huentitán -que destaca para sus estudiantes por ser uno de los campus más privilegiados en infraestructura y desarrollo- se construye el Centro de Recursos para el Aprendizaje e Innovación (CRAI) con una inversión de $4,998,004.11 en su etapa 2 de construcción, según el 5º Informe de Actividades CUAAD 2024.
Ni Santa María ni San Agustín figuran en ese informe con nuevas obras o adecuaciones.
Obra en construcción del CRAI en Huentitán. Foto por: Jesús Reyes.
Espacios usados, pero no habitables…
En una encuesta aplicada a estudiantes de distintas carreras en los campus de Santa María y San Agustín, respondieron que, los espacios más frecuentados como parte de su recorrido diario son: aulas, pasillos y bancas exteriores. No obstante, también fueron los que más provocaron insatisfacción. Segun mencionaron “los espacios no están pensados para vivir el día ahí, solo para ir y salir.”
Jaime, estudiante de Artes Visuales para la Expresión Fotográfica, lo refuerza al decir:
“Todo es concreto, hace calor, no hay sombra ni dónde descansar.”
Del total de estudiantes que respondieron la encuesta, el 35.9% calificó las condiciones de las aulas como ‘regulares’, un 30.8% como ‘malas’ y un 17.9% como ‘muy malas’. Solo el 15.4% opinó que son ‘buenas’, lo que refleja una percepción mayoritaria de deterioro o insatisfacción en el entorno de aprendizaje.
En disciplinas físicas como Artes Escénicas para la Expresión Teatral, estas deficiencias se vuelven riesgosas para sus estudiantes, debido a que el equipo y las adecuaciones de los espacios no han sido renovados en su mayoría, incluso, expresan que no hay condiciones seguras para el desarrollo de sus clases:
“No tenemos duelas seguras ni material médico para lesiones, y nuestra carrera lo necesita.” – Esteban, estudiante de Artes Escénicas para la Expresión Teatral.
Junto a estudiantes, el profesorado también se enfrenta a estas situaciones. Un docente del campus también lo confirmó. Su identidad ha sido reservada para mantener su privacidad y por temor a represalias:
“Los espacios en su mayoría son inadecuados para la práctica artística y la impartición de clases, se tiene que improvisar con lo que hay. Las instalaciones carecen de una buena iluminación y ventilación. El mobiliario es inadecuado, obsoleto y muy viejo.”
Ante la falta de espacios para permanecer, estudiantes del CUAAD en las sedes de Santa María y San Agustín reconocen que, más allá del aula, las condiciones los obligan a buscar alternativas fuera del plantel para estudiar, comer o simplemente descansar.
“Me he aguantado las ganas de comer cuando la escuela se llena, al medio día, se empiezan a llenar las bancas y hasta la gente se empieza a sentar en el piso”, relata una estudiante encuestada.
¿Por qué no se interviene el espacio?
Erika Gonzalez, coordinadora de personal del CUAAD, explica en entrevista que las intervenciones en el campus de Santa María son limitadas debido a la protección patrimonial del edificio histórico que originalmente albergó el primer convento femenino en Guadalajara, Santa María de Gracia.
“Es patrimonio y no todo se puede intervenir. Hay gestiones para poner malla sombra, pero debe revisarse primero.”
Aunque se han colocado algunas bancas con sombrilla, Erika reconoce que estas acciones son mínimas frente a las necesidades de la comunidad.
También agregó que “seguimos siendo una institución pública con presupuesto limitado”, lo cual complica las gestiones para realizar intervenciones más profundas.
Restricciones legales sí, pero no imposibles
Los campus Santa María de Gracia y San Agustín del CUAAD no solo comparten carencias materiales, también están ubicados en dos de los edificios más antiguos del centro histórico de Guadalajara. El primero fue el primer convento femenino de la ciudad, y el segundo, el antiguo Convento de San Agustín, fundado por frailes agustinos en el siglo XVII, que después funcionó como colegio, hospital militar y espacio cultural.
Ambos inmuebles cuentan con una categoría especial de protección como patrimonio cultural edificado, por lo que están regulados por el Reglamento de Protección y Conservación de la Zona Centro Histórico de Guadalajara (aprobado en 2004) y por lineamientos federales. Esto significa que cualquier obra estructural, modificación de fachada o intervención permanente requiere trámites ante el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y la Dirección de Patrimonio Cultural del Estado.
Estas restricciones existen para preservar la memoria urbana de la ciudad. Sin embargo, el reglamento permite intervenciones menores, reversibles y de mantenimiento, siempre que no alteren los elementos originales del inmueble.
Arabella González, arquitecta especialista en patrimonio cultural, explica que intervenciones como colocar mobiliario ligero, sombras parciales, ventilación o incluso, puntos de venta son posibles en edificios protegidos, siempre que no sean permanentes. “Lo que no se queda para siempre es bienvenido.”
La también autora y coordinadora del Manual de mantenimiento y conservación del patrimonio cultural edificado en Guadalajara agrega que los inmuebles históricos deben adaptarse a nuevas funciones sin perder su esencia. “Hoy en día hay edificios romanos que se reciclan: conservar lo valioso y adaptar el interior a lo contemporáneo es totalmente posible”.
Como ejemplo local, menciona que ya se instaló un techo parcial en un edificio con el mismo nivel de protección patrimonial, lo cual demuestra que sí se pueden hacer adecuaciones si se gestionan bien.
Por eso, la ausencia de mejoras básicas como sombra, ventilación, mobiliario funcional o espacios dignos para descansar parece responder más a una falta de atención, gestión o voluntad institucional que a una imposibilidad legal real.
La arquitecta, quien tiene experiencia en la preservación del patrimonio cultural, especialmente en el legado construido, destaca experiencias exitosas en otros países donde inmuebles con estas características han servido también como espacios educativos:
“En Chile adaptaron edificios históricos para universidades y, además de restaurarlos, revitalizaron zonas enteras con servicios para estudiantes y profesores. Fue un caso de éxito”.
Para González, lo importante es tener visión y coherencia institucional.
“La UdeG tiene una dirección de patrimonio de edificios de la universidad y forma a futuros especialistas. Tiene que predicar con el ejemplo.”
Además, recuerda que el espacio no es un lujo, sino una necesidad académica:
“En cualquier carrera se necesitan espacios funcionales, pero en una escuela de artes es aún más importante. Se requieren áreas con ciertas características y espacios adecuados a sus dinámicas. Lo ideal es que tengan instalaciones a la medida”.
Equipamiento: “No tenemos con qué trabajar”
En su Plan de Desarrollo Institucional, la Universidad de Guadalajara promete:
“Impulsar el desarrollo de la infraestructura física y el equipamiento cultural en la Red Universitaria.”
Pero en el presupuesto 2024 del CUAAD , $48,357,720.00 de pesos, solo se asignaron $1,764,055.67 a infraestructura tecnológica para todas las sedes. Y en el 5º Informe de Actividades no se reportan inversiones en talleres, laboratorios o equipos para el campus de Santa María de Gracia.
A nivel departamental, las carreras artísticas recibieron montos reducidos:
Artes Escénicas: $219,618.00
Artes Visuales: $219,618.00
Música: $219,620.80
Teorías e Historias: $247,459.80
En total: $906,316.60, menos de un millón de pesos asignado para la operación de estas licenciaturas a lo largo de un año.
Mientras tanto, Imagen y Sonido fue “mayormente” favorecida con la designación de recursos, ya que, en total recibió la cantidad de $565,040.70.
“Tenemos que conseguir casi todo por fuera”
En las encuestas y entrevistas realizadas, estudiantes señalan, equipo obsoleto, mobiliario inadecuado y escasez de insumos:
“En artes nunca remodelan ni compran equipo.” respondieron en la encuesta.
Oswaldo, estudiante de Artes Escénicas para la Expresión Dancística, denuncia que el vestuario, el transporte y hasta la contratación de agrupaciones musicales para presentaciones corren por cuenta del alumnado y de sus docentes.
En entrevista, Erika González, Coordinadora de Personal, reconoció que:
No hay sistema institucional de préstamo o dotación de materiales.
En Artes Escénicas para la Expresión Dancística , el estudiantado cubre sus propios gastos de producción.
Si se implementara un sistema de préstamo, tendría que incluir corresponsabilidad estudiantil.
Mientras tanto, en San Agustín, el campus dedicado a la carrera de música, el alumnado advierte que hacen falta: “instrumentos funcionales” y “mejor equipo”.
Eventos: “Las funciones las pagamos nosotros”
Aunque la UdeG ha asumido públicamente su compromiso con el arte, incluso, lo establece así en su Plan de Desarrollo Institucional: “Promover las producciones artísticas universitarias en apoyo a los creadores.”, sus estudiantes denuncian que ese apoyo no llega a los campus de Santa María y San Agustín del CUAAD.
“Ni difusión nos da la universidad.”, aseguró Oswaldo, estudiante de Artes Escénicas para la Expresión Dancística.
Mucho para festivales, poco para estudiantes…
De acuerdo con el Presupuesto UdeG 2024 se destinaron casi 10 millones de pesos para la ejecución de los eventos culturales y festivales más importantes de la casa de estudios.
Feria Internacional del Libro (FIL) de Guadalajara: $2,000,000
Festival Internacional de Cine de Guadalajara (FICG): $7,000,000
Papirolas: $1,000,000
Otros rubros relacionados en el Programa Anual de Adquisiciones 2024:
Espectáculos y eventos: $102.3 millones
Servicios fílmicos: $13.1 millones
Exposiciones, premios y reconocimientos: +7 millones
“Con ese presupuesto podrían arreglar las aulas.”, afirma una de las estudiantes entrevistadas, pues señalan que no tienen sitios dignos siquiera para exponer sus proyectos escolares:“no tenemos condiciones ni espacios para presentar.”
En contraste, el 5º Informe de Actividades 2024 del CUAAD, detalla haber llevado a cabo los siguientes eventos culturales:
Semana de la Escultura
Semana de la Fotografía
Exposiciones como Vínculos alternos y Atisbos del cuarto oscuro
Participación estudiantil en espacios como el Teatro Degollado o el Panteón de Belén
Estas acciones, aunque son importantes, no suplen las verdaderas carencias que enfrentan quienes producen arte dentro de los planteles.
En San Agustín también se pidió un auditorio funcional y terminar la sede.
Diferencia entre sedes: “Nos dicen los migajeros”
Aunque la UdeG no reconoce abiertamente desigualdades entre sedes, sus propios informes muestran una concentración de recursos en el campus de Huentitán. Según el 5º Informe de Actividades 2024. Ese campus cuenta con 16,380.36 m² y se localizan:
“Todo lo bueno está en Huentitán”
En entrevistas y encuestas, la sensación de abandono es constante:
Jaime, estudiante de Artes Visuales para la Expresión Fotográfica, resume su percepción con contundencia:
“A CUAAD Huentitán les dan la mayoría de proyectos y presupuesto.”
Luego añade: “Huentitán tiene estacionamiento, áreas verdes, comida. Nosotros seguimos esperando un nuevo campus desde hace más de 10 años.”
Estudiantes de Huentitán, describen un ambiente cómodo, con hamacas, miradores y espacios para descansar.
Del total de estudiantes que respondieron la encuesta, el 61.5% calificó las condiciones de las aulas como “regulares”, mientras que un 30.7% las consideró “buenas”. Solo el 7.7% dio respuestas que no se ajustan a estas categorías, lo cual refleja que, aunque sigue habiendo inconformidades, hay una diferencia notoria en la percepción de los estudiantes con respecto a su campus.
Erika González, admitió que:
“Sí se reconoce que hay diferencias entre las sedes. Huentitán es mucho más grande, con más alumnado, más infraestructura.”
Aclaró que la distribución presupuestal y de servicios no depende directamente del personal de cada sede, sino de decisiones tomadas a nivel institucional. También reconoció que la falta de ciertos servicios en Santa María y San Agustín (como trámites, espacios o equipo) es una queja legítima del estudiantado. Cabe mencionar que, en una solicitud de transparencia con folio 140293625000617, se preguntó cómo se determina la distribución presupuestal entre las sedes del CUAAD, pero no se obtuvo una respuesta específica sobre ese criterio.
Sede Santa María de Gracia. Fotos: Jesús Reyes
Resistencia y afectos: “Lo bueno también merece condiciones dignas”
Ante la falta de respuestas, el estudiantado no se ha quedado callado. En 2023, una alumna se amarró al portón de la sede Santa María como forma de protesta:
“Lo hizo porque llevaban prometiendo mejoras desde hace rato y nomás no ha habido ningún cambio.”, detalla Alexandra, Estudiante de Artes Visuales para la Expresión Plástica.
Según estudiantes presentes ese día, lo que hicieron los directivos ante la situación, fue permitir el ingreso de la policía, lo cual —señalan— violó la autonomía universitaria. Relatan que se les obligó a desalojar el campus y que la alumna quedó sola frente al grupo policial.
A pesar de todo, la comunidad resiste. En encuestas y entrevistas, mencionan el valor de sus vínculos y de lo que estudian diciendo cosas como:
“Siempre que vengo me gusta saludar a los profes, siento bonito.” — Emmanuel, Estudiante de Artes Visuales para la Expresión Plástica .
“Amo mi carrera, solo me gustaría que nos apoyaran más.”, mencionó una de las personas encuestadas.
Protesta estudiante CUAAD Santa Maria de Gracia en 2023. Foto Alitzel Rivera.
Las condiciones, no han intervenido en el afecto de los estudiantes por su carrera y/o sede. Lo que sostiene a muchas personas es el compromiso y su amor por lo que hacen y no necesariamente el apoyo institucional.
Áreas que estudiantes quieren mejorar (más allá del espacio físico)
En las encuestas aplicadas en Santa María de Gracia, San Agustín y Huentitán, los estudiantes, señalaron que los problemas no se limitan a la infraestructura, sino a las otras condiciones que comprenden su desarrollo profesional:
Áreas no físicas que estudiantes del CUAAD campus Huentitán, Santa Maria de Gracia y San Agustin quisieran que fueran mejoradas. Resultados de la encuesta aplicada.
“Escuchar no basta: el arte también necesita justicia”
El 12 de mayo de 2025, Isabel López Pérez asumió como nueva rectora del CUAAD. Prometió dignificar los espacios, fomentar la creatividad y escuchar a la comunidad.
Su llegada fue histórica: la primera mujer al frente del centro. Pero en sedes como Santa María y San Agustín, lo que esperan no son discursos, sino resultados.
“Algunos salones se encuentran en mal estado y no se usan”, escribió un estudiante de Artes Escénicas para la Expresión Teatral. Desde Artes Visuales para la Expresión Fotográfica, otra persona añadió: “Los salones están súper mal acondicionados para todos en general”. Otro estudiante, fue claro: “No hay un sensor de alarma sísmica… ¡Es fundamental!”.
No se niega que la Universidad de Guadalajara invierta en arte y cultura. Pero sí queda claro que esas inversiones no siempre llegan a donde más se necesitan. Mientras la universidad se posiciona como un referente en Arte y cultura, hay estudiantes que no tienen con qué trabajar ni dónde descansar.
La nueva administración genera esperanza, pero en voz de quienes viven estas condiciones, los derechos no se garantizan con discursos. Se construyen con hechos. Porque el arte no solo merece visibilidad.
Merece justicia.
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