Por Karen García / @karen_gdlt

El Parque Rojo es un símbolo de resistencia, de toma y resignificación del espacio público. Un lugar en el que colectivos, disidencias, tribus urbanas y cualquier persona fuera de la norma podía convivir y coexistir; en el que el comercio era el sustento de muchas familias, madres autónomas y jóvenes artistas, estas fueron algunas de las conclusiones a las que se llegaron en el “Conversatorio: ¿Qué está pasando con el Parque Rojo?”, organizado por Semillero de Conciencia Estética – Política en la Casa Taller José Clemente Orozco.

El Conservatorio se realizó semanas después del cierre de este espacio público por  remodelaciones por parte del Gobierno de Guadalajara para el próximo Mundial de Fútbol en 2026, lo que provocó el cierre abrupto del parque y con ello del desplazamiento, sin diálogo, de comerciantes, colectivos y toda persona que habitaba el Parque Revolución, mejor conocido como Parque Rojo.

En los diversos espacios de diálogo participaron Semillero de Conciencia Estética-Política, la Colectiva Sociedad de Pintoras, la periodista Anashely Elizondo, el cineasta Daniel Luna y las comerciantes de este lugar Mystika Espiral y Suprema Siempre, en conjunto charlaron sobre sus experiencias  al habitar el Parque Rojo y, sobre todo, lo que pasó después del abrupto cierre por de las autoridades municipales.

Shakty Nuñez, moderadora de la primera charla junto a las miembrxs de Sociedad de Pintoras, señaló al Parque Rojo como un lugar importante para la protesta, en el que, a la vez, las personas encontraban un refugio.

Así lo fue para Sociedad de Pintoras y sus participantes Karla, Paulina y Bistere, quienes contaron que su acercamiento a los murales del Parque Rojo sucedió en 2020 con intenciones de resignificar las pinturas que el gobierno colocó, pues éstas no representaba el verdadero sentir y dolor de la lucha feminista.

 “El arte no sólo es arte si está en una galería o en un museo”, comentó Bistere, quien narró que el espacio fue una oportunidad para descentralizar el arte, al que únicamente algunas personas pueden acceder.

Ponentes y asistentes del “Conversatorio: ¿Qué está pasando con el Parque Rojo?”.

Tras el cierre del Parque Rojo y la brutalidad policiaca a comerciantes después de este, Sociedad de Pintoras tomó esto como un mensaje del Estado, uno que amenaza a toda persona “diferente” y que incomode al gobierno, pues el adueñarse del espacio público y convertirlo en uno en el que diversas ideas y resistencias podían coexistir les resultó amenazante como autoridades. Es por esto que trataron de “deshacer estas células de luchas por medio del desplazamiento”, pues el parque se estaba convirtiendo en “un espacio de ebullición de luchas sociales”.

En medio de la rabia y tristeza, insistieron en no caer en la desesperanza para comenzar a luchar desde la ternura.

El segundo conversatorio llevado a cabo por Anashely Elizondo y Daniel Luna fue: “El Parque Rojo como punto de encuentro”, ahí abordaron la importancia de este espacio para los movimientos sociales y colectivos, entre los que se encontraban las madres buscadoras con la Colectiva Hilos.

Al ser un “punto de encuentro accesible y seguro” por su ubicación céntrica y el cruce de rutas del transporte público y estaciones del Tren Ligero, las personas encontraron un lugar para generar ingresos a través del comercio “informal”, mismo que señalaron llevaba cinco años pidiendo al gobierno que se regularizará, pero este nunca les dio respuesta.

“Era un espacio donde todo el mundo podía ser, sin temor”, expresó Anashely, ya que las personas “alternativas” podían ser ellas mismas y a su vez, encontrar y convivir con gente con sus mismos ideales.

Daniel Luna señaló que el “Fifa Fest”, parte del Mundial 2026, fue la excusa perfecta para llevar a cabo el blanqueamiento de la ciudad, acción que el Estado ha estado llevando a cabo desde tiempo atrás mediante el Plan de Repoblamiento que lanzó Pablo Lemus cuando fue alcalde de Guadalajara. Para el cineasta es claro que a las autoridades de Movimiento Ciudadano: “la diferencia de realidades les incomoda”.

“En una ciudad con altos niveles de desigualdad, es importante que estos “terceros lugares” se mantengan públicos, o dejen de ser accesibles y la recreación se convierte en un privilegio de clases.”, mencionaron ambos participantes.

La pérdida de la identidad del parque tras el cierre también constituye una realidad amenazante, pues el desplazamiento sin consulta previa de toda aquella persona que participaba de la dinámica en el lugar conlleva a la dispersión de tribus urbanas y colectivos en los que conectaban y luchaban en comunidad.

Ponentes y asistentes del “Conversatorio: ¿Qué está pasando con el Parque Rojo?”.

Argumentaron que esta acción fue por poder, pues para la remodelación no solo hay una malla ciclónica que recubre el espacio, sino que esta está tiene un recubrimiento que imposibilita ver y ser testigxs de cuáles son las modificaciones, además de la evidente y excesiva presencia policial alrededor del parque.

“¿El renovado parque rojo atenderá las demandas de lxs ciudadanos o será recodificado para el beneficio de unos cuantos?”, expresaron.

Al ser un punto céntrico y, por lo tanto, “incomodo” para el Estado, lo que era el Parque Rojo quiere ser borrado para realizar un “FIFA Fan Fest limpio”, lo que conlleva que este se vuelva un espacio para los turistas.

“Todo lo que sea incómodo o manche la imagen del gobierno actual buscará ser removido, eliminado. ¿Qué nos espera? ¿Qué más nos van a quitar?”, comentaron los ponentes, quienes especularon sobre sitios que significan esto para el Estado, como lo es también la Glorieta de las y los desaparecidos, así como la antimonuenta feminista, ubicada en la Plaza Imelda Virgen.

Por lo que instaron a instruirse, pues se necesita toda la inteligencia, a conmoverse, porque se necesita todo el entusiasmo, y a organizarse porque se necesita toda la fuerza.

El último conversatorio se realizó desde una perspectiva anclada en la ternura, pues fue llevado a cabo por Mystika y Suprema, quienes fueron comerciantes y artistas del Parque Rojo.

Suprema comenzó señalando las reacciones que atestiguó, a través de internet, después del cierre del Parque Rojo, fueron negativas, pues de se tildó de su presencia en el lugar como “un secuestro al parque”, incluso, se les criminalizó. Recuerda que hasta hubo personas que se alegraron de que los hubieran quitado porque “no pagaban impuestos”. Todos estos comentarios no sólo la enojaron, sino que desanimaron su lucha.

Ponentes y asistentes del “Conversatorio: ¿Qué está pasando con el Parque Rojo?”.

Tras esto, lxs asistentes compartieron sus experiencias y anécdotas bonitas dentro del Parque Rojo, pero también aquellas en las que muchxs fueron discriminadxs y excluidxs por diversos intereses e ideologías. Esto fue importante, pues no sólo se habló del parque desde una idealización del lugar perfecto, sino también como un sitio el cual necesitaba atender esas violencias internas.

“Yo empecé por necesidad, la necesidad que tengo como artista ambulante, periférica. La ciudad me ha negado galerías, espacios y hasta las banquetas. El parque rojo nos dio un espacio para existir sin pedir permiso.”, señaló Suprema, recalcando que fue un espacio en el que el arte era resistencia y una oportunidad no solo para unos cuantos.

Asimismo, Mystika expresó que el Parque Rojo para ella fue un refugio y un escape de su mundo, un espacio que donde pudo habitar, laborar, mostrar su arte y ser protagonista. Aquí parte del poema que declamó:

“… Inspirada en otros jóvenes artistas que ya me habían ofrecido sus stickers en Parque Rojo, una de ellas Liliana Duro, que vendía stickers con dibujos y frases profundas que me llenaban de calidez, de inspiración, que le sonreían a mi alma. Recuerdo una que decía, “. Con la incertidumbre del camino, pero con la firmeza de mis pasos…

En el Parque Rojo, en medio de pausas, esas sagradas pausas que no se tienen en un trabajo común. Podíamos sentarnos a platicar, a preguntarte cómo estaba, ya sabes, ¿no? Conectar. Pausas para conectar, conectar con extraños. Que era y fue y es mi parte favorita…

Parque Rojo, un lugar que ofrecía estas posibilidades, el dichoso imposible vivir del arte. Vivir del arte, para mí que no estudié.

Parque Rojo ha sido el espacio que hizo posible mi acercamiento al arte y a sus múltiples disciplinas.

No, no hubo un día que no pasara algo mágico, que no me encontrara gente ensayando su obra para la escuela, bailando una coreografía, o sea, demasiado, demasiado. No hubo un día que no pasara algo surreal, mágico. Que no hubiera gente expandiéndose, siendo extravagante, siendo ella misma…”, declamó Mystika.

Finalmente, el conversatorio cerró con una mezcla de sentimientos, en la que la rabia imperó, pero también la resistencia y la memoria de lo que fue el Parque Rojo, un espacio que aún vive y vivirá en las personas que lo habitaron, esto a pesar del desplazamiento y el blanqueamiento de los espacios públicos.