Diciembre llega cargado de luces, música, ambiente festivo y aumentos de precios que golpearán los bolsillos de todos los mexicanos; entre las tradiciones que marcan este periodo destacan la veneración a la Virgen de Guadalupe y las posadas navideñas.

Cada 12 de diciembre, la mayoría de los mexicanos veneran a la Virgen de Guadalupe, una de las tradiciones religiosas más profundas del país. Miles de peregrinos acuden a iglesias y santuarios, especialmente a la Basílica, llevando flores, velas y ofrendas, la fecha se vive entre rezos, cantos y convivios de familiares y amigos que forzosamente implican un gasto significativo.

La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) realizó un sondeo de mercado que arrojó las siguientes cifras: transporte de $130.00 a $500.00, flores de $150.00 a $600.00, velas de $60.00 a $240.00, artículos religiosos (agua bendita, rosarios, imágenes, medallas, crucifijos y veladoras) entre $70.00 y $350.00, diezmo o limosna de $100.00 a $500.00 y, finalmente, los antojitos en la típica kermes (churros, elotes, algodón de azúcar, tostadas, tamalitos, etc.) entre $200.00 y $500.00. Celebrar a la virgen puede costar hasta $2,690.00, un aumento del 17% frente a los $2,300.00 del año pasado.

Por su parte, las posadas, que según la tradición se realizan del 16 al 24 de diciembre para recordar el peregrinar de José y María, en la práctica comienzan desde los primeros días del mes. En algunas comunidades se conserva la posada tradicional con letanías, procesiones y piñatas de siete picos, cargada de dulces, fruta y colación; debido a la apretada situación económica que viven las familias se ha dejado de ofrecer la tradicional cena, pero se conserva su esencia original, unir, compartir, rezar y abrir las puertas del hogar y del corazón.

“En las ciudades las posadas se han transformado en reuniones más informales. Hoy 9 de cada 10 posadas son simplemente convivios prenavideños entre amigos, escuelas o centros de trabajo, dejando de lado el componente religioso. Esta transformación no representa una pérdida de fe sino una adaptación natural a la vida moderna; las tradiciones cambian, pero su propósito permanece, reunir, compartir y fortalecer lazos”, destacó Cuauhtémoc Rivera, líder de los comerciantes.

ANPEC realizó un sondeo y encontró que el costo de organizar una posada para un grupo de diez personas este año implica los siguientes gastos: la cena sigue siendo el gasto principal con $3,500.00, seguida de bebidas, incluyendo alcohol $3,000.00, botanas $1,300.00, decoraciones $900.00, velas y bengalas $700.00 y la piñata $600.00, un total de $10,000, lo que significa un aumento de 19% contra el año pasado que fue de $8,400.00.

En el ámbito laboral, empresas, oficinas gubernamentales, pequeños comercios, despachos profesionales, fábricas o negocios familiares, las posadas se han convertido en un espacio para reconocer el esfuerzo del año, mejorar la convivencia y renovar energías para el siguiente ciclo. Antes estos espacios laborales solían hacer un gran despliegue festivo con cenas, música y convivios más elaborados; sin embargo, la situación económica actual ha obligado a muchas organizaciones a reducir estas celebraciones a formatos más modestos, como un desayuno, buscando mantener el espíritu de agradecimiento y convivencia sin comprometer sus finanzas. En esa situación, el desayuno bufet llega hasta un costo por persona de $500.00, cuando el año pasado podía ser de $400.00, lo que implica un alza de 20%.

Ahora que inicia plenamente la temporada de fiestas, la ANPEC dio cinco consejos para disfrutar de las fiestas sin arrepentimientos:

1. Comer con moderación. Servir porciones pequeñas, equilibrar antojos y mantenerse hidratado.

2. Tomar con moderación. Beber despacio, acompañar con alimentos y nunca manejar bajo los efectos del alcohol.

3. Gastar con moderación. Definir un presupuesto y evitar compras impulsivas para no arrancar enero con presión financiera.

4. Priorizar la convivencia. Lo importante está en los momentos compartidos, no en lo material.

5. Cuidar el descanso. La agenda decembrina puede saturarse; saber decir “no” también es parte del bienestar.