La remoción de Jaime Montes Salas del cargo de Secretario de Agricultura y Ganadería, que desempeñó desde el inicio del gobierno de Rubén Rocha Moya, abre posibilidades de tender puentes de interlocución con el sector agropecuario de Sinaloa cuya crisis por bajos precios y deficientes canales de comercialización ha sido atendida a medias al hacer distinciones entre productores sociales y privados que por igual aportan alimentos para las familias indiscriminadamente.

El experimento de poner a un productor del campo al frente de las políticas públicas de ese mismo sector no funcionó del todo bien debido a que Montes Salas fue un servidor público más pudiendo convertirse en el líder de actividades económicas fundamentales para la economía estatal, aparte de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador operó para el decaimiento de la agricultura al tratarla con el igual criterio que aplica a sus programas sociales.

La cíclica inestabilidad en el agro sinaloense reclama que el Gobierno del Estado adopte medidas de gran calado al tratarse de una rama de la economía que históricamente le ha significado a Sinaloa prestigio y desarrollo que le aporta a la narrativa de mujeres y hombres de paz que desde el trabajo lícito contribuyen a la autosuficiencia alimentaria de México y la proveeduría de productos de gran calidad al mundo.

 

Aunque no basta con que llegue un nuevo funcionario a la SAyG, el nombramiento de Ismael Bello Esquivel en sustitución de Montes Salas alienta la factibilidad de un cambio de actitud hacia el campo sinaloense donde no se trate de que el Gobierno del Estado le meta recursos públicos a incentivar los precios de los granos sino de implementar un plan con visión de futuro que saque de la incertidumbres a los que se dedican a la labranza de la tierra y que, sean pobres o prósperos, padecen igual los abandonos.

La sustitución del secretario de Agricultura debe ir más allá de la práctica de quitar a uno y poner a otro para que las cosas continúen malas, o peores. Sí es posible conjuntar a los productores del campo alrededor de propósitos compartidos donde el progreso de Sinaloa y los alimentos para la población estén garantizados, con redituabilidad a los que ponen el esfuerzo en los surcos. ¿En ese sentido va la designación de Ismael Bello en la titularidad de SAyG o será otro secretario que ve pasar los problemas desde un escritorio?

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