Culiacán, Sin.- Era día de visita en el Penal de Aguaruto, en Culiacán, y decenas de personas se quedaron dentro del lugar, incluyendo a Eusebio, un pastor de una iglesia cristiana que asistió a un evento de graduación de personas que tratan de dejar su adicción a alguna sustancia.
Según una testigo que se encontraba dentro del penal, fue una balacera que duró más de media hora entre miembros de los reos y el personal de seguridad.
Durante las horas siguientes se armó un operativo de seguridad en un radio de dos kilómetros a la redonda, cortando la circulación carretera entre Culiacán y Navolato.
Se colocaron decenas de patrullas de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, la Marina, la Guardia Nacional y el Ejército para custodiar en un radio de 2 kilómetros las inmediaciones del penal de Aguaruto tras el enfrentamiento.
Al lugar llegaron distintas familias para pedir información, entre ellas la del pastor cristiano, quienes a las 21:00 horas -casi nueve horas después del hecho violento- no sabían de él.
No hubo una sola autoridad que atendiera mensajes, llamadas o que diera un posicionamiento público.
Posteriormente se mencionó en conversaciones de policías estatales que se hizo el hallazgo de un túnel que no alcanzó a terminarse.
Nada es certero aún, pues la única información que se tiene fue un comunicado de la Secretaría de Seguridad Pública que se publicó alrededor de las 18:00 horas, en el que se mencionó que no se tenía más datos sobre personas heridas o muertas.
El pastor Eusebio sigue desaparecido.
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