Culiacán, Sinaloa.– Con una serie de proyectos de infraestructura enfocados en atraer eventos nacionales e internacionales, Culiacán avanza en su objetivo de posicionarse como la capital de la industria de reuniones en el noroeste de México.

Entre las obras más relevantes se encuentran la construcción del nuevo Centro de Convenciones, la remodelación del Aeropuerto Internacional de Culiacán y la habilitación del malecón margen izquierda del río Culiacán, proyectos que ya cuentan con presupuesto asignado dentro del Plan Sinaloa para la Reactivación Económica y Social.

Durante su participación en la conferencia de prensa semanal del gobierno estatal, el secretario de Economía, Ricardo “Pity” Velarde Cárdenas, subrayó que estas obras responden a demandas históricas del sector empresarial y tienen el potencial de convertir a la ciudad en un punto clave para el turismo de negocios.

“La industria de reuniones ha sido identificada como un motor económico regional. La construcción del Centro de Convenciones responde a una solicitud vigente desde hace más de 15 años por parte de organismos como CODESIN y las cámaras empresariales”, explicó el funcionario.

Según Velarde Cárdenas, se proyecta que en el segundo semestre de 2026 se registren avances importantes en estos proyectos, los cuales no solo impactarán en el turismo de negocios, sino también en el comercio local, la generación de empleo y la reactivación económica postpandemia.

Eventos nacionales llegan a Culiacán

Uno de los primeros reflejos de esta estrategia será la Convención Nacional de Ejecutivos de Venta y Mercadotecnia, la cual se celebrará del 07 al 10 de agosto. Este evento se suma a otros esfuerzos para atraer congresos, ferias y reuniones de alto perfil a la capital sinaloense.

La Secretaría de Economía, dijo Velarde, continuará trabajando de la mano con cámaras empresariales y agrupaciones del sector productivo para garantizar que estas obras respondan a las necesidades reales de los distintos sectores económicos.

Los tres proyectos mencionados se encuentran avalados por el Congreso del Estado y financiados con recursos etiquetados exclusivamente para obra pública, lo que asegura su ejecución a mediano plazo.