Píldora para el optimismo en medio de la atmósfera de aflicción que cubre a Sinaloa por la violencia prolongada e incontenible, la firma de contratos estratégicos para que inicie en Topolobampo la construcción de la planta de metanol verde más grande del mundo trae indicios de recuperación al menos del desarrollo económico pese a condiciones de incertidumbre en todos los sectores que reclaman paz positiva.

El gobernador Rubén Rocha Moya atestiguó el acto de concreción del complejo industrial Pacífico Mexinol por parte de directivos de alto nivel de las empresas Transition Industries LLC, Samsung Engineering, Techint y Grupo Maire, lo cual se traduce en la inversión estimada de 3 mil 300 millones de dólares respaldada por la Corporación Financiera Internacional del Grupo Banco Mundial.

En el evento realizado en la Ciudad de México mientras Culiacán atrae la atención nacional e internacional debido al hallazgo de 20 cadáveres, cuatro decapitados colgados de un puente y 16 acumulados en una camioneta, Rocha declaró que la instalación de la planta de metanol verde en Sinaloa genera prestigio internacional y confianza para atraer inversiones.

Lo alentador que resulta el hecho de lograr inversión extranjera y privada que apuntale la economía, abriendo fuentes de empleo y generando riqueza para la región norte del estado, debe complementarse con lo confortante que sería proporcionarle a la población en general y a las ramas productivas la certidumbre que sólo da la seguridad pública integral cimentada en la legalidad, civilidad y estabilidad.

A la confianza depositada por los inversores en un Sinaloa con seguridad pública en crisis le debe corresponder un mayor compromiso de parte de los gobiernos federal, estatal y municipales para que prevalezca el Estado de derecho con su función protectora no únicamente de capitales extranjeros que llegan sino también de empresas y actividades económicas ya establecidas, es decir de los sinaloenses y las actividades lícitas en general.

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