El 2024 estuvo marcado por una gestión migratoria regional que, bajo el falso supuesto de la seguridad, ha externalizado las fronteras, subyugando la política migratoria mexicana a intereses externos, particularmente de Estados Unidos. Las políticas migratorias, intensificadas con la reelección presidencial de Donald Trump para el periodo 2025-2028, promovieron deportaciones masivas, cierre de fronteras y restricciones al derecho al asilo que impactaron directamente la movilidad forzada en tránsito por México.
Esta realidad no solo configuró nuevas rutas migratorias, sino que provocó un recrudecimiento de prácticas de detenciones arbitrarias, retenes migratorios y devoluciones en la frontera sur que impiden el acceso a espacios seguros como los albergues de sociedad civil, empujando a personas migrantes a rutas más peligrosas bajo el control de redes criminales.
Cambios en las dinámicas migratorias: regionalización y perfil de las personas migrantes
Durante 2024, REDODEM registró 37 mil 999 ingresos a sus albergues, un 29% menos que en 2023, año récord con 53 mil 435 ingresos. Esta reducción contrasta con el aumento del 59% reportado por la Unidad de Política Migratoria en personas en situación irregular, evidenciando el impacto de políticas de contención más agresivas.
Geográficamente, persistió la concentración de ingresos en la región sur (40%), pero destacó un significativo aumento en la región norte (31%), alterando la tradicional relevancia de la región centro, que disminuyó. Estos cambios se vinculan con nuevas dinámicas de control territorial criminal y represivas que afectan rutas y accesos humanitarios.
En cuanto al perfil sociodemográfico, predominan los hombres (68.2%), aunque continúa el proceso de feminización de la migración, con mujeres representando casi el 32%, quienes enfrentan violencias específicas y viajan mayoritariamente en grupos familiares, cuya proporción aumentó a 65.2% en 2024, transformando las dinámicas de atención y protección.
Diversidad nacional y complejidades culturales
La diversidad de países de origen se amplió, con Venezuela y Honduras como principales nacionalidades, invertidas en presencia relativa de 2023 a 2024, y un crecimiento sostenido de migrantes colombianos. Además, se registró un aumento de personas procedentes de Asia, África y otras regiones, lo que plantea nuevos retos en comunicación, convivencia e infraestructura para la atención humanitaria en los albergues.
No obstante, muchas personas migrantes provienen de contextos con bajos niveles educativos y condiciones socioeconómicas precarias, limitando sus oportunidades y perfilando distintas estrategias migratorias como la solicitud de protección internacional.
Violencia estructural y cotidiana: un tránsito marcado por el asedio
Uno de los hallazgos más dramáticos del informe es la intensificación de la violencia. Más del 60% de los casos documentados involucraron al crimen organizado como principal agresor, superando a autoridades migratorias que históricamente tenían mayor protagonismo en las agresiones.
Las violencias físicas, psicológicas, secuestros y especialmente la violencia sexual y de género, afectan de forma desproporcionada a las mujeres migrantes, mientras que los hombres enfrentan violencia patrimonial como robos y extorsiones. El contexto de hostilidad y la presencia de armas agravan esta realidad, tornando el tránsito migratorio en una experiencia de alto riesgo y vulnerabilidad.
La labor humanitaria: resistencia frente a la omisión estatal
Las organizaciones que integran REDODEM realizan un trabajo fundamental de atención, acompañamiento y documentación en un escenario hostil, donde el acceso a espacios seguros se dificulta cada vez más. La saturación de albergues y la implementación de medidas represivas impiden un registro pleno, pero no disminuyen la complejidad de las necesidades.
El compromiso humanitario se erige como acto de resistencia política y ética para proteger la dignidad y los derechos humanos frente a una gestión estatal que, con su política restrictiva y criminalizante, vulnera la vida de las personas migrantes.
Seguir resistiendo en un escenario incierto
En 2024, la migración forzada en México no retrocedió. Más bien, se desplazó hacia rutas de mayor incertidumbre, donde las tensiones políticas, la violencia estructural y las políticas excluyentes marcaron la pauta para millones de personas. Sin embargo, la esperanza persiste en quienes transitan y en quienes les acompañan, resistiendo bajo asedio, reclamando derechos y dignidad.
Los datos, testimonios y análisis del informe de REDODEM invitan a repensar las políticas migratorias desde un enfoque de derechos humanos integral, con atención diferenciada, interseccional y humana, que reconozca la complejidad de este fenómeno y garantice protección y seguridad para quienes buscan simplemente vivir.
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Puedes descargar el informe completo aquí.
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