Sinaloa.- Ante las denuncias de dos comunidades de la sierra de Cosalá, donde la mala infraestructura las ha privado del acceso al agua potable por más de un año, el presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH), Óscar Loza Ochoa, señaló que la atención por parte del Ayuntamiento de Cosalá ha sido lenta frente a una problemática que calificó como urgente, ya que desde inicios de diciembre el municipio había planteado un acercamiento con una de las comunidades afectadas; sin embargo, dicho encuentro no se ha llevado a cabo.

“Lo que nos han puesto incluso son plazos de que van a ir un día determinado y luego aparecen otras cosas, y lo cierto es que ha estado un tanto atorado. Yo espero que no nos digan que ya no hay presupuesto para los días que quedan de este año (…) Voy a estar, despuntando el día, volviendo a insistir para que se vea como un asunto de emergencia el problema de las comunidades.”

—¿Ha sido lento el avance entonces por parte del Ayuntamiento?

“Así es”. Comentó Loza.

Comentó que, desde el Ayuntamiento de Cosalá, se ha argumentado que la atención no ha sido inmediata porque, en su momento, la comunidad habría optado por resolver el abasto de agua por su cuenta, para evitar el pago de cuotas, incluyendo la gestión de pozos o tecnología propia.

Sin embargo, la Comisión Estatal de los Derechos Humanos rechaza este argumento y señala que ningún acuerdo previo, ya sea escrito u oral, le quita la responsabilidad al gobierno municipal de garantizar el acceso al agua, al tratarse de un derecho humano que debe atenderse de manera inmediata, independientemente de arreglos comunitarios o administrativos. Además, advierte que no se está cumpliendo con el derecho de la comunidad de El Palmar de los Ceballos, la cual, al ser una comunidad indígena, tiene el carácter de población vulnerable prioritaria.

¿QUÉ SE DENUNCIA?

De acuerdo con lo reportado por este medio, El Palmar de los Ceballos, la única comunidad indígena del municipio, y Agua Caliente de Alaya padecen desde hace tiempo las consecuencias de un sistema en malas condiciones: bombas y flotadores que dejaron de funcionar, así como cableado y tuberías desgastadas que han sido intervenidas por los propios habitantes con sus propios materiales.

Todo ello ha limitado su acceso a un recurso tan importante como lo es el agua potable.

La falta de agua en las comunidades no solo a afectado las actividades cotidianas, sino que representa un riesgo para los afectados, ya que su único acceso a este recurso es por medio de cuerpos de agua cercanos, contaminados en la mayoría de los casos, lo que pone en peligro la salud y la vida de las personas que dependen de él para consumo e higiene y que, además, aseguran que en poco tiempo estarán secos.

Para preservar lo más posible el agua en estos arroyos, han tenido que reducir su consumo en un 50 por ciento, lo que ha generado afectaciones en su economía, ya que esta reducción provoca una baja en la producción agrícola y la venta de su ganado por el temor de que los animales terminen falleciendo por desnutrición o deshidratación.

“Todo está muy caro. Cualquier cosita cuesta bastante. Y el huerto, pues de ahí se ayuda uno: una cebolla, un tomate, lo que sea, ya lo produce uno mismo. Y para ir por el mandado también está retirado.

Le da lástima a uno verlos que se mueran de sed o de hambre. Le da lástima verlos irse también, porque uno se encariña. Pero más lástima da verlos morir igual.” Comentó María Ignacia, de la comunidad del Palmar.

Ante esta situación, la CEDH informó que insistirá en que el caso sea atendido como una emergencia, con la exigencia de que se fije una fecha concreta para la intervención y con el compromiso de dar seguimiento directo, incluso con presencia personal durante la visita técnica que se realice para atender el problema.

 

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