Lidia Analí Apodaca Tapia es profesionista y estudió la carrera de comercio internacional. La joven ejerció por más de cinco años en empresas privadas, en áreas como cadena de suministro, importaciones, en la búsqueda de nuevos productos, trato con proveedores y hasta el tema de las aduanas.

Sin embargo, su pasión es tejer. Lo hace desde que tiene 9 años y desde entonces no lo ha dejado en ningún momento. Hace accesorios para decorar, tapetes, bolsas, flores, recipientes y muñecos muy característicos.

Cuenta que aprendió a realizar esta actividad en un lugar que se llama la Casita del Estambre e incluso recuerda bien lo primero que logró tejer, una mochila con hilo para bufandas. Si bien en ese momento le quedó muy aguada, comenta, eso le despertó todavía más esa curiosidad.

“El crochet es creatividad, expresión, uno puede realizar lo que uno quiera. Claro, hay especificaciones para cada cosa o prenda, pero cuando uno está joven y quiere experimentar para eso es el crochet”, explica en entrevista para Espejo.

Lidia Analí comparte que su gustó por tejer la orilló a tomar una decisión muy importante en su vida laboral, pausar su profesión para emprender. Así lo hizo con Atípico Crochet, un negocio propio donde ofrece productos elaborados por ella misma.

Su técnica es la de tejer al trapillo, un material grueso que le da más forma y funcionalidad a los artículos del hogar. Aparte, imparte talleres, da clases de tejido en escuelas, a particulares e incluso ha compartido su pasatiempo en el Centro de Justicia para las Mujeres.

“Ahí aprendemos a realizar una bolsita, un tapetito, con los puntos básicos del crochet. También he dado talleres privados en Country Club”, menciona.

“Tejer en trapillo es en ganchillo, como un gancho normal de crochet pero más grueso. El trapillo que yo manejo es de 3 centímetros de grosor, son tejidos gruesos, pero funcionales”, precisa.

Particularmente a ella le gusta tejer bolsitas de fresa, dando a conocer que también son los productos que más vende, ya que es como traer este fruto rojo colgando luciendo muy bonito, aparte que se pueden usar para guardar pequeñas cosas. Les gusta tanto a niñas como adultas jóvenes.

Su emprendimiento lo inició el 4 de febrero de 2024 y en esa ocasión se encuentra en la Plazuela Obregón junto con otros comerciantes y artesanos. Informa que estará ahí hasta el próximo 6 de enero mostrando sus tejidos.

“Ahorita estoy ofreciendo bolsas tejidas, artesanías para regalar en estas fechas navideñas, cojincitos, peluches grandes, accesorios decorativos, duendes para decorar por la época. Nubes, tapetes, todo tejido en trapillo pluma”, expone.

Para Lidia Analí tejer no es solo elaborar objetos, también es una fuerte promotora de esta actividad como uso terapéutico.

“Tejer te ayuda con la regulación emocional, porque al tejer uno despeja su mente. Al tejer trapillo, se terminan más rápido los productos, eso nos ayuda a tener sentido de autoeficiencia y dices ‘sí pude hacerlo’. Te ayuda con la expresión creativa ya que puedes combinar todos los colores que quieras, todas las figuras que quieras”, destaca.

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