Acción Nacional se encuentra en un proceso de renovación. Su objetivo es consolidarse como la opción para sustituir a morena y la visión que se tiene del país. Es decir, regresar a la presidencia de la república, tener la mayoría de los curules y escaños del Congreso de la Unión, y ampliar el dominio en las gubernaturas.
El PAN nació en 1939 como un partido de oposición al Cardenismo y al ideario de la revolución mexicana. En los últimos años adoptó las agendas del conservadurismo político y del liberalismo económico. Los panistas, al igual que el ala tecnócrata del pri, responsabilizaron a los pobres de la pobreza y a los potentados les reconocieron la virtud de la riqueza.
Durante el sexenio de Peña Nieto, Acción Nacional participó en el Pacto por México junto con el PRD, acordando reformas estratégicas en temas como educación, hidrocarburos y la recaudación. El sistema político había cerrado filas para preservarse… hasta que llegó la 4T.
Fue entonces cuando la política de alianzas del pacto se consagró, hasta que el partido de la revolución mexicana perdió el registro y que el partido blanquiazul anunció su renovación política marcada por la distancia hacia los tricolores.
Los dirigentes del pan piensan que el desgaste del partido es producto de la superficialidad: la estética de su logotipo, la falta de campañas mediáticas efectivas que se vuelvan populares y la ignorancia de los electores. Acción Nacional necesita una refundación, no cambios estéticos.
Las ideas que defendieron los militantes más destacados del PAN, entre ellos expresidentes, perjudicaron al ciudadano común en cuanto al ingreso, la seguridad pública y la seguridad social. El modelo neoliberal otorgó privilegios al sector empresarial en detrimento de las mayorías. El tejido social se fracturó bajo la idea del darwinismo social: sálvese quien pueda.
México está viviendo un cambio cultural. Se establece un nuevo sentido común en donde el aumento al salario mínimo, el reconocimiento a la diversidad, las reivindicaciones a los derechos de las mujeres, la distribución de la riqueza, la disminución de la jornada laboral y las responsabilidades fiscales de los grandes empresarios son irrenunciables.
El PAN tiene dos caminos: buscar la representatividad de las clases medias y los pobres, o replicar las experiencias de las derechas latinoamericanas bajo el liderazgo de políticos extremistas o representantes de lobbies, al estilo de Donald Trump, Javier Milei o Bukele.
A su vez, requieren desterrar los fantasmas del elitismo y salir a la calle al reencuentro con la gente. La forma de hacer política en el país cambió. La agenda del territorio no es exclusiva de los tiempos electorales, forma parte de la cotidianeidad porque vivimos en un país marcado por la desigualdad. Millones de mexicanos sobreviven para subsistir, están en resistencia permanente.
Acción Nacional debe aceptar parte de la agenda social del Gobierno de México, tal y como lo hace Movimiento Ciudadano, sencillamente porque es la agenda de millones de mexicanos.
El pulso social está en calle. Antes de vencer, está el convencer.
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