Sin lugar a duda, uno de los principales reclamos de la población a sus gobernantes es el estado físico que guardan las carreteras. En este sentido, en nuestra colaboración del mes de octubre para Espejo, nos dimos a la tarea de realizar una reflexión acerca de las carreteras en el Estado de Sinaloa y cómo este tema representa un reto para la administración pública de nuestro estado.

Según datos oficiales de la red nacional de caminos del gobierno federal [1], en México contamos con 179,536 km de carreteras pavimentadas con asfalto o concreto. Dentro de ese total de carreteras pavimentadas, 51,311 km pertenecen a carreteras federales, 104,040 km a carreteras estatales, 24,185 km a otros (gobiernos municipales o particulares), y 11,174 km a carreteras de cuota. Si analizamos estos datos de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), es interesante observar que más de la mitad del total de las carreteras pavimentadas en nuestro país pertenecen a los gobiernos estatales, lo cual representa un reto presupuestal para las entidades federativas, principalmente, debido a la obligación de mantenerlas en buen estado.

En lo que a carreteras federales se refiere, en el caso particular del Estado de Sinaloa se tienen 7 carreteras de tránsito libre: Culiacán-Los Mochis (205 km), Durango-Villa Unión (100 km en el Estado de Sinaloa), Libramiento de Mazatlán (6 km), Libramiento Sur de Culiacán (9 km), Mazatlán-Culiacán (215 km), Pericos-Los Naranjos (66 km), y Tepic-Mazatlán (98 km en el Estado de Sinaloa). Por otro lado, en Sinaloa contamos con 6 carreteras federales de cuota: Durango-Mazatlán (72 km en el Estado de Sinaloa), Libramiento de Culiacán (22 km), Libramiento de Mazatlán (29 km), Los Mochis-Ciudad Obregón (70 km en el estado de Sinaloa), Mazatlán-Culiacán (190 km), y Tepic-Villa Unión (108 km en el Estado de Sinaloa). Según esta información, Sinaloa cuenta con aproximadamente 700 km de carreteras federales libres y 491 km de carreteras federales de cuota. En términos legales y prácticos, la responsabilidad de las carreteras libres federales corresponde al gobierno federal de México, y para el caso de las carreteras de cuota, dependiendo del acuerdo de concesión, podría ser una responsabilidad compartida entre el gobierno federal y las empresas concesionarias, o incluso solamente responsabilidad de la concesionaria. Un dato curioso es que, del total de carreteras federales de tránsito libre en México, Sinaloa cuenta tan solo con el 1.4%. Por otra parte, las carreteras de cuota del Estado de Sinaloa representan el 4.4% del total de carreteras de cuota en México. Aunado a esto, la gran mayoría de las carreteras en Sinaloa (libre y cuota) están construidas de asfalto, el cual tiene la desventaja de requerir un mantenimiento constante.

En lo que tiene que ver con carreteras estatales, en Sinaloa contamos con 23 libres y solamente una de cuota [2]. En el caso de carreteras estatales libres, se tienen las siguientes: Carrizal-Campo Aníbal (32 km), Culiacán-Altata (67 km), Culiacán-El Dorado (55 km), El Limoncito-Cinco Hermanos (16 km), El Salado-El Dorado (31 km), Escuinapa de Hidalgo-Teacapan (41 km), Estación Dimas-San Ignacio (56km), Guamúchil-Mocorito (17 km), Guasave-Sinaloa de Leyva (75 km), Navolato-El Castillo (29 km), Pozole-Cofradía (9 km), Ramal a Chametla (15 km), Ramal a Cosalá (53 km), Ramal a El Quelite (6 km), Ramal a Estación Bamoa (23 km), Ramal a La Cruz (18 km), Ramal a La Noria (26 km), Ramal a La Reforma (60 km), Rosario-Caimanero (30 km), San Pedro-Campo Aníbal (27 km), Topolobampo-Choix (159 km), Villa Unión-El Walamo (7km) y Villa Unión-Siqueiros (11 km). Por otro lado, la única carretera de cuota estatal en Sinaloa es la Culiacán-Las Brisas (126 km). Por lo tanto, al ser carreteras estatales, el Gobierno de Sinaloa estaría a cargo del mantenimiento de las de tránsito libre, las cuales suman una longitud total de 863 km, lo cual es mayor al total de las carreteras federales libres del Estado de Sinaloa (700 km). Dicho mantenimiento consiste en la reparación de la carpeta o superficie de rodamiento vehicular (bacheo) principalmente después de las lluvias, así como también el mantenimiento, reparación, o reemplazo de puentes en dicha infraestructura, y la señalización. Si se analizan los datos de la SICT [1], se puede determinar que las carreteras estatales en Sinaloa representan solamente el 1% de las carreteras estatales de todo México. También, es importante recalcar que la gran mayoría de las carreteras de Sinaloa, por no decir que todas, son de asfalto, lo cual las hace propensas al mantenimiento constante.

Con base en lo anterior, resulta claro que la administración pública en el Estado de Sinaloa tiene un reto enorme en mantener en condiciones adecuadas año con año las carreteras que le compete rehabilitar. En este sentido, es interesante destacar que nuestro estado cuenta en su mayoría con carreteras de asfalto, el cual es un material propenso a la necesidad de ser reparado constantemente. Esto abre la posibilidad y necesidad de usar otros tipos de materiales para construir nuestras carreteras. En este sentido, las carreteras de concreto son más duraderas, en Estados Unidos, la mayoría de las carreteras federales (Freeway) son construidas con concreto. La principal ventaja del concreto en comparación con el asfalto es su durabilidad, requiriendo menos mantenimiento a largo plazo. Sin embargo, en comparación con el asfalto, la inversión económica inicial es superior. En el caso de México, existen ejemplos claros de carreteras construidas de concreto, las cuales muestran superioridad con respecto a las de asfalto. El ejemplo más claro para los sinaloenses lo experimentamos al entrar manejando al Estado de Sonora, en cuanto se cruza al estado vecino, se siente la superioridad de su carretera de concreto, la cual corre por prácticamente casi todo el estado, desde que principia Sonora, hasta Nogales (a excepción de Hermosillo a Santa Ana, la cual es de asfalto). Finalmente, volviendo a Sinaloa ¿Sería pertinente tomar la decisión de construir nuestras carreteras de concreto? ¿Sería esto conveniente para nuestro gobierno? ¿Se encuentran en buenas condiciones nuestras carreteras? ¿El mantenimiento que les brinda nuestro gobierno es adecuado? Las respuestas a estas preguntas, las dejamos al criterio y valoración de nuestros lectores.

REFERENCIAS
[1] https://www.gob.mx/imt/acciones-y-programas/red-nacional-de-caminos
[2] https://vialidades.com.mx/red-carretera-del-estado-de-sinaloa/

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