Los recientes debates políticos entre los candidatos a los diferentes cargos de elección popular han dejado al descubierto que la negatividad prevalece sobre las propuestas de campaña. Tal parece que los debates se trataran de un concurso de descalificaciones y agravios.

Los electores como espectadores de las campañas suelen decir “tan malo el pinto como el colorado” en los diversos debates al senado, presidencias municipales y diputaciones federales, en donde ha prevalecido la diatriba, lejos de las propuestas para mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

Sin embargo, los candidatos deben ser cuidadosos en emitir tanto mensaje negativo, dado que las campañas negativas suelen generar que la población no acuda a votar, de hacerlo en blanco o impugnando el voto. Es decir, que ese tipo de campañas generan más desconfianza hacia el proceso electoral y hacia los candidatos en particular.

 

Los tres posibles efectos dañinos que han sido identificados:

·         Efecto boomerang: efecto rebote y mayor formación de sentimientos negativos hacia el que lanzo el ataque. Existe un punto de saturación en el que el votante se hartaría de las tácticas maliciosas y en vez de prestar atención al mensaje, se volverían contra el candidato que realiza la campaña negativa. La candidata de la coalición Fuerza y Corazón por México, Xóchitl Gálvez debe ser especialmente cuidadosa en el manejo de su discurso negativo, porque la publicidad negativa conduce a que muchas veces salga el “tiro por la culata”, existiendo un punto en el que los votantes se harten de las tácticas maliciosas y reaccionan desintonizando el mensaje y volviéndose en contra del mensajero. A la población le interesan más las propuestas que la candidata pueda tener, para resolver los problemas estratégicos del país que llamar “mentirosa” o “narco-candidata” a Claudia Sheinbaum de la coalición de MORENA-PT-PVEM.

·         Síndrome de víctimas: Si los votantes perciben un ataque como injusto o deshonesto, pueden generar sentimientos positivos hacia el candidato atacado. Esta razón subyacería en el voto underdog (votar por un candidato, porque se considera que está siendo injustamente atacado).

·         Doble territorio: Ocurre cuando la campaña negativa evoca un efecto perjudicial tanto hacia el candidato atacado, como hacia quien lo produce. Es decir, que los “cuartos de guerra” de las candidatos y candidatos deben ser estratégicas en el manejo de la campaña negativa, dado que puede alcanzar dañando, electoralmente hablando, a ambas candidatas, como es el caso de Claudia Sheinbaum Pardo, quien usa también publicidad negativa en sus spots y en su discurso, en donde llama a Xóchitl Gálvez “corrupta” y de estar en contra de los programas sociales. Esto implica que ambas candidatas deben tener especial cuidado de que la parte negativa de su discurso y spots no sea superior al 15 % del contenido global de su mensaje, para evitar este tipo de efectos.

El debate acerca de los efectos de campaña negativa sobre el voto está aún abierto. Sin embargo, la negatividad en las campañas estimularía la participación solo en aquellos casos en que se produce una denuncia abierta y formal con evidencias claras, que muestren al electorado el riesgo de votar por tal candidato.

 

En suma, una pequeña negatividad en las campañas resulta estimulante para la participación ciudadana, pero un excesivo manejo de campaña negra o campaña negativa podría generar un efecto desmovilizador, porque los ciudadanos responden en forma diferente a lo que perciben como criticas legitimas versus ataques personales.

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