Luis Armando Becerra-Pérez / Roberto Alonso Ramos-Álvarez
[email protected]; [email protected]
www.youtube.com/@VISIONB.1

Parece título de novela, pero no. Existe algo que mata gente sin hacer ruido y sin ser visto. Muchas veces pasa inadvertido, dado su tamaño diminuto y su capacidad de infiltrarse a todas partes, en todas las casas, incluso puede alojarse dentro del cuerpo humano. Se trata de un contaminante llamado Material Particulado (PM, por sus siglas en inglés) que se encuentra flotando en el aire y que puede moverse con el flujo del viento. Son como pequeñas gotas, sin forma, líquidas y sólidas, de diferente tamaño.

La unidad de medida existente para dimensionar el PM es el micrómetro (µg). Para entender mejor esta medida, es como tomar un milímetro y dividirlo en mil partes, una de esas partes, es un micrómetro. El PM se clasifica por su tamaño en tres tipo: 1) grueso: son partículas con un diámetro aerodinámico igual o menor a 10 micrómetros, compuestas por polvo, polen, hollín, cenizas de combustión, etc.; 2) fino: son partículas con un diámetro aerodinámico igual o menor a 2.5 micrómetros, compuestas por emisiones de automóviles, industrias, tornos, fábricas de plástico, termoeléctricas, quemas agrícolas, incendios forestales, engordas de ganado menor y mayor, etc. 3) ultrafino: son partículas con un tamaño aerodinámico  igual o menor a 0.1 micrómetros, compuesta por bacterias, virus, humo de cigarrillos, etc.

Para ejemplificar el tamaño, digamos que el grosor de un cabello humano es de aproximadamente entre 50 y 70 micrómetros; el grosor de un grano de arena fina mide 90 micrómetros, entonces estamos hablando que un micrómetro es tan pequeño que puede flotar en el aire y el ojo humano no lo puede ver a simple vista.

De esta forma, el PM flota en las ciudades, lo respiramos todos los días, dentro y fuera de casa, en escuelas, oficinas, parques, calles, etc. Existe evidencia empírica de que el más dañino es el PM2.5, dado que una vez que lo respiramos, se aloja en los alveolos de los pulmones, de donde pasa al torrente sanguíneo. Una vez anidado en los alveolos, el sistema respiratorio es incapaz de expulsarlo, por lo que una vez que alcanza ciertas cantidades, provoca enfermedades cardiovasculares y daña diferentes órganos del cuerpo, desembocando en muchos casos en cancer de pulmón, y después en muerte.

En función de lo anterior, las preguntas obligadas que surgen son: ¿de qué tamaño es el problema en las ciudades de Sinaloa? ¿quién lo está generando? ¿qué cantidad de personas están expuestas? ¿Cuántas personas están muriendo por este problema? ¿cuánto cuesta en dinero este problema? ¿qué pueden hacer las autoridades federales, estatales y municipales para evitar el problema?

Para intentar contestar dichas preguntas, realizamos un estudio específico para Sinaloa, incluyendo las Ciudades de Culiacán, Los Mochis y Mazatlán, con datos de 2017, los cuales fueron la serie de datos más completa y confiable que pudimos obtener. Porque, dicho sea de paso, existe un gran problema en Sinaloa de insuficiencia de datos para poder llevar a cabo un análisis científico con el rigor técnico requerido por la metodología que se usa en estos casos en nivel internacional.

La importancia del estudio radica en ofrecer evidencia cuantitativa de cómo la reducción de PM2.5 hasta los niveles permitidos por la normatividad podría traducirse en una reducción de muertes prematuras, mayor esperanza de vida y ahorros económicos sustanciales asociados a la pérdida humana. Mediante un enfoque de Evaluación del Impacto en la Salud (EIS) y el uso de modelos desarrollados en el proyecto europeo Aphekom, este trabajo evalúa el número de muertes evitables y estima los costos económicos derivados del incumplimiento de los límites ambientales.

La contaminación atmosférica es uno de los desafíos ambientales y de salud pública más importantes del mundo contemporáneo. Diversos estudios han demostrado que la inhalación prolongada de contaminantes como el material particulado fino (PM2.5) está estrechamente relacionada con un aumento en la incidencia de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y metabólicas, así como con un incremento en la mortalidad prematura (Lelieveld et al., 2015). Este problema afecta especialmente a las zonas urbanas en crecimiento, donde la actividad industrial, el transporte, la generación de energía y el desarrollo demográfico contribuyen a la degradación del aire.

Cómo se hizo el estudio

El estudio se centró en tres ciudades de Sinaloa: Culiacán, Los Mochis y Mazatlán. En conjunto, estas tres zonas urbanas concentran aproximadamente el 63% de la población estatal y presentan distintas características geográficas e industriales que influyen en la calidad del aire (INEGI, 2020). Los datos sobre PM2.5 provienen de estaciones de monitoreo atmosférico que emplean el método TEOM (Tapered Element Oscillating Microbalance). Aunque esta tecnología tiende a subestimar partículas semi-volátiles, el sistema estatal aplica un factor de corrección para obtener valores representativos en línea con los requisitos de la NOM. Para el análisis se utilizaron las concentraciones diarias de PM2.5 durante 2017.

También fueron utilizados los datos de mortalidad de personas mayores de 30 años, clasificadas según el sistema ICD-10 (A00-R99 para mortalidad total; I00-I99 para enfermedades cardiovasculares) (INEGI, 2017). La población se estratificó en intervalos de 5 años, actualizada con proyecciones del Consejo Nacional de Población.

La metodología implica que usemos una ecuación denominada Función de Concentración-Respuesta (FCR). Con el fin de estimar el impacto en salud ante cambios en la concentración de PM2.5, se utilizó la FCR desarrollada por estudios epidemiológicos de cohorte como el de American Cancer Society y el proyecto Seis Ciudades de Harvard (Krewski et al., 2009). Esta función se expresa mediante la ecuación: ΔY= Y0 (1- e -βΔx); donde: ΔY = muertes evitables; Y0​ = muertes observadas; Δx = reducción en la concentración de PM2.5; β = coeficiente derivado del riesgo relativo (RR). Los valores de RR utilizados fueron: a) 1.06 por cada 10 µg/m³ para mortalidad total (Pope III et al., 2002); b) 1.12 por cada 10 µg/m³ para mortalidad cardiovascular (Pope III et al., 2004). A partir de ellos se calcularon los coeficientes β empleados en las proyecciones de impacto sanitario.

Escenarios evaluados

Se modelaron dos escenarios de reducción de PM2.5, los cuales permiten comparar cuántas muertes podrían evitarse y cuántos meses podría aumentar la esperanza de vida si la contaminación de PM2.5 de las 3 ciudades de Sinaloa bajara al límite permitido.

Escenario 1: NOM (normatividad de México), es el umbral máximo de PM2.5 permitido por el Gobierno de México, al cual no existe riesgo para la población expuesta, el valor es de 12 µg/m³. La evaluación se hizo suponiendo una reducción del nivel observado hasta 12 µg/m³. Nota: la NOM ya fue ajustada a un nivel de 10 µg/m³.

Escenario 2: OMS (normatividad internacional), es el umbral máximo de PM2.5 recomendado por la Organización Mundial de la salud, al cual no existe riesgo para la población expuesta, el valor es de 10 µg/m³. La evaluación se hizo suponiendo una reducción del nivel observado hasta 10 µg/m³. Nota: la OMS ya ajustó el nivel a 5 µg/m³.

Para monetizar los daños ocasionados estimamos el VSL (Value per Statistical Life, por sus siglas en inglés), el cual representa el valor de una vida humana. Esta es una metodología creada por la ciencia y utilizada por los gobiernos para tasar el valor de la vida en múltiples casos de fatalidad y accidentes, así como para estimar el costo-beneficio de las políticas públicas cuando existe mortalidad evitable. Este indicador asigna un valor monetario a la prevención de fallecimientos. El VSL estimado para México (2017) en este estudio fue de 939,894 USD (valor medio) (Becerra-Pérez et al., 2021). En un estudio realizado por Becerra-Pérez y Ramos-Alvarez (2024), el VSL para el año 2024 asciende a los 2,000,000 USD en México.

Resultados

La concentración promedio anual de PM2.5 observado en el año 2017 fue de 14.1 µg/m³ en Culiacán, 22.8 µg/m³ en Los Mochis y 22.4 µg/m³ en Mazatlán.  Lo anterior implica que la población de dichas ciudades estuvo expuesta todo el año 2017 a esos niveles promedio de contaminación de PM2.5, los cuales evidentemente están por arriba del umbral permitido, tanto por Mexico (12 µg/m³) como por la OMS (10 µg/m³). De esta forma, en un primer resultado, podemos ver que la población de las tres principales ciudades de Sinaloa existe un problema ambiental que debe ser atendido. En las gráficas a (Culiacán), b (Los Mochis) y c (Mazatlán) puede apreciarse el problema.

El estudio estimó que las muertes evitables asociadas a los niveles de PM2.5, más allá de la normatividad permitida, fue de 638 personas, según el escenario 1, y de 739 personas según el escenario 2. Notar que son muertes que se deben únicamente a este contaminante, que pudieron no haber ocurrido de haber bajado con antelación la cantidad de PM2.5. Las muertes evitables de Sinaloa por ciudad y escenario pueden verse en la tabla 1.

Otros resultados del estudio indica que reducir las concentraciones de PM2.5 a los niveles permitidos por la normatividad en las tres principales ciudades de Sinaloa, prolongaría la esperanza de vida de la población mayor de 30 años; para el escenario 1 aumentaría en 31 meses y para el escenario 2 en 37 meses. Para ver el aumento de la esperanza de vida en Sinaloa por ciudad y escenario ver la tabla 2.

Un resultado más obtenido del estudio realizado fue estimar el costo económico anual asociado a la mortalidad atribuible a PM2.5, el cual asciende a 599.7 millones de dólares para el escenario 1 y 694.6 millones de dólares para el escenario 2. Estas pérdidas representan un fuerte impacto económico para la región, equivalente a miles de millones de pesos anuales en costos por muerte prematura, sin considerar otros daños como morbilidad, ausentismo laboral o disminución del rendimiento productivo. En otras palabras, el problema que Sinaloa tenga un nivel de PM2.5 por arriba de la norma tiene un costo económico entre 600 y 700 millones de dolares, según la normatividad con que se mida; costo que pagamos toda la sociedad.

Reflexiones sobre los resultados

Los hallazgos del estudio subrayan un problema ambiental importante y frecuentemente ignorado en ciudades de tamaño medio. Mientras los grandes centros urbanos suelen recibir la mayor atención en materia de calidad del aire, los resultados muestran que urbes como Los Mochis y Mazatlán también experimentan niveles críticos de contaminación atmosférica, Culiacán, aunque en menor proporción también tiene un grave problema.

Los Mochis y Mazatlán, con poblaciones cercanas a medio millón de habitantes, presentan mayores niveles de contaminación por PM2.5 que Culiacán, a pesar de que esta última es la capital y la ciudad más grande del estado. Esto sugiere que la localización de industrias, puertos y termoeléctricas desempeña un papel determinante en la calidad del aire local.

En particular, la operación de la termoeléctrica que utiliza combustóleo, un residuo altamente contaminante del proceso de refinación petrolera, contribuye significativamente a la presencia de PM2.5 en Mazatlán y Los Mochis, según el análisis de la investigación.

Los cientos de muertes evitables y los más de 600 millones de dólares en pérdidas anuales evidencian que la contaminación atmosférica no es solo un problema ambiental sino también un problema económico grave. Implementar medidas de reducción de PM2.5 podría generar beneficios sociales de gran magnitud, superando con creces la inversión requerida para modernizar tecnologías industriales, actualizar combustibles, fortalecer las redes de monitoreo o implementar políticas públicas más estrictas.

Los resultados señalan que cumplir con las normas vigentes, y aún más, con las recomendaciones internacionales, permitiría salvar vidas y mejorar significativamente la calidad de vida. Sin embargo, el estudio también reconoce que sus estimaciones pueden estar subvaluadas, ya que no consideran otros factores como morbilidad, días laborales perdidos o efectos en menores de 30 años, lo que indica que la magnitud real del problema podría ser todavía mayor.

En general los resultados demuestran que mejorar la calidad del aire no solo es un asunto ambiental, sino una prioridad para el bienestar y el desarrollo económico de las ciudades mexicanas. Las acciones de mitigación ofrecen beneficios sociales claros: más vidas salvadas, ciudadanos más sanos y comunidades más prósperas.

Conclusiones

1.     Los niveles de PM2.5 están muy por encima de los límites permitidos, especialmente en Los Mochis y Mazatlán.
2.     Reducir la concentración del contaminante podría evitar entre 638 y 739 muertes por año.
3.     Las mejoras en la calidad del aire incrementarían la esperanza de vida entre 5 y 15 meses, dependiendo de la ciudad y escenario.
4.     El costo económico estimado por la mortalidad atribuible asciende a 600 – 700 millones de dólares anuales, el cual es pagado por toda la sociedad.
5.     Identificar, cuantificar y regular las fuentes fijas y moviles de emisiones de PM2.5 en Sinaloa para poder reducir los impactos en muertes evitables y los costos sociales.
6.     Políticas ambientales más estrictas, cumplimiento de normas, mejoras tecnológicas y reducción del uso de combustibles altamente contaminantes son estrategias necesarias para proteger a la población.

Referencias

Becerra-Pérez, L. A., Ramos-Álvarez, R. A., DelaCruz, J. J., García-Páez, B., Páez-Osuna, F., Cedeño-Laurent, J. G., & Boldo, E. (2021). An economic analysis of the environmental impact of PM2.5 exposure on health status in three northwestern Mexican Cities. Sustainability, 13(19), 10782.
Becerra-Pérez, L. A., Ramos-Alvarez, R. A., DelaCruz, J. J., & García-Páez, B. (2024). Value per Statistical Life at the Sub-National Level as a Tool for Assessing Public Health and Environmental Problems. INQUIRY: The Journal of Health Care Organization, Provision, and Financing, 61, 00469580241246476.
INEGI. (2017, 2020). Información Sobre el Volumen de las Defunciones Registradas en el País, así Como Algunas Características por Edad y Sexo de los Fallecidos y las Principales Causas que Originan los Decesos. Censo de Población y Vivienda.
Lelieveld, J.; Evans, J.S.; Fnais, M.; Giannadaki, D.; Pozzer, A. (2015). The contribution of outdoor air pollution sources to premature mortality on a global scale. Nature. 525, 367–371.
NOM-025-SSA1-2021 [Norma Oficial Mexicana]. Valores Límite Permisibles Para La Concentración De Partículas Suspendidas PM10 y PM2.5 En El Aire Ambiente Y Criterios Para Su Evaluación. 2021.
PopeIII, C.A.; Burnett, R.T.; Thurston, G.D.; Thun, M.J.; Calle, E.E.; Krewski, D.; Godleski, J.J. (2004). Cardiovascular Mortality and Long-Term Exposure to Particulate Air Pollution. Circulation. 109, 71–77.
World Health Organization. (2021). Air Quality Guidelines for Particulate Matter, Ozone, Nitrogen Dioxide and Sulfur Dioxide.

Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de ESPEJO