Por: Luis Armando Becerra Pérez (1) y Roberto Alonso Ramos Ávarez (2)

Introducción

 

El Valor Estadístico de la Vida (VSL, por sus siglas en inglés) no mide el valor de la vida como si fuera una mercancía, sino que refleja la disposición de las personas a pagar por una pequeña reducción en el riesgo de mortalidad, sacrificando otros bienes y servicios. Este concepto nos ayuda a comprender cómo las personas perciben y priorizan las amenazas potenciales en sus vidas. Al estudiar el VSL, se puede profundizar en la comprensión de lo que las personas están dispuestas a intercambiar o sacrificar para minimizar el riesgo de muerte en un período de tiempo específico.

Estimar el VSL es crucial para cuantificar los costos y beneficios de las políticas públicas. Nos permite monetizar los impactos de problemas en la salud pública, en el ambiente, accidentes laborales, de tránsito, incendios, entre otros. Este artículo se basa en una reciente investigación realizada por los autores sobre el VSL en México a nivel sub-nacional (Becerra-Pérez et al., 2024). Las estimaciones para los 32 estados, son un importante insumo para evaluar políticas públicas a nivel local. Esto es particularmente valioso en el ámbito de la salud púbica, considerando los desafíos que plantea evaluar los impactos de la contaminación atmosférica por material particulado (PM2.5 y PM10).

 

Resultados

 

Siguiendo la metodología usada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para este tipo de estimaciones en otras regiones del mundo, la investigación analiza las diferentes concepciones e interpretaciones sobre la asignación de un valor a la vida humana en México. A nivel práctico, los hallazgos de la investigación son las primeras estimaciones de VSL a nivel sub-nacional, proporcionando valores específicos para cada uno de los 32 estados del país.

Esto permite realizar comparaciones y ofrece información valiosa sobre las disparidades regionales en el valor de la vida. Estos resultados confirman que las regiones con mayor desarrollo tienen un VSL más alto debido a la adversidad del riesgo percibido y a un mayor PIB per cápita.

 

Con estos resultados es posible evaluar las políticas públicas de los estados utilizando el Análisis Costo Beneficio (ACB) y monetizando los impactos. También permite a los formuladores de políticas tomar decisiones más informadas y establecer un marco legal acorde a la magnitud del problema que ocasiona la contaminación ambiental sobre la población en general, y que afecta en mayor medida al segmento con menores ingresos por ser la población, que por sus condiciones laborales, está fundamentalmente expuesta.

La siguiente tabla muestra las estimaciones realizadas de VSL de México y las 32 entidades federativas, ordenados de mayor a menor por el valor promedio. Notar que para cada caso existe un valor mínimo, medio y alto, por lo que es válido hablar de rangos sobre el valor de la vida en cada uno de estados.

 

Discusión

 

Como país miembro de la OCDE, la introducción de métricas del VSL en México puede ayudar a los formuladores de políticas a tomar decisiones más informadas al evaluar los costos y beneficios de las políticas relacionadas con las regulaciones de salud, seguridad laboral y medio ambiente. Al comprender el valor económico que los individuos otorgan a la reducción de los riesgos para la vida, la sociedad puede priorizar intervenciones que maximicen el bienestar social y promuevan la salud y la seguridad públicas. Del mismo modo, el VSL entre regiones puede variar debido al crecimiento económico desigual. Desde una perspectiva filosófica, el concepto de valor de la vida humana es un tema complejo y debatible. Si bien es cierto que la muerte y sus consecuencias no se pueden deshacer ni compensar, los humanos han encontrado formas de asignar valor a la vida, reduciendo los riesgos asociados a ello. Una forma de monetizar la vida es a través de las decisiones que toman las personas para mitigar el riesgo de daño o muerte.

Las personas suelen tomar decisiones basadas en su percepción de seguridad y están dispuestas a pagar un precio más alto por bienes o servicios que consideran más seguros en comparación con alternativas más riesgosas. Ya sea seleccionando un asiento de avión que consideren más seguro, invirtiendo en equipo de protección como un casco de motocicleta, eligiendo neumáticos de automóvil de alta calidad, pagando un peaje por una carretera más segura, optando por alimentos que cumplan con ciertos estándares de seguridad, entre otros. Lo cierto es que los individuos evalúan implícitamente la reducción del riesgo antes de cada evento. Al asignar valor a la seguridad y tomar acciones para minimizar los riesgos, las personas reconocen la importancia de la vida y su deseo de protegerla. Si bien puede que no sea un valor monetario directo, las decisiones que toman las personas reflejan su evaluación implícita de la reducción de riesgos y el valor que le dan a su propio bienestar y longevidad.

El desafío para determinar de forma explícita la valoración implícita del riesgo de muerte es una investigación empírica en curso, particularmente en países en desarrollo. Monetizar este riesgo es esencial para realizar análisis de costo-beneficio y tomar decisiones sobre la conveniencia de políticas públicas, bajo una lógica donde el beneficio de las mismas deberá ser siempre mayor a sus costos.

Monetizar el riego también nos permite objetivar de manera económica los impactos fatales (muertes) que pudieron haberse evitado, y que, sin embargo, sucedieron por problemas de inseguridad pública, contaminación ambiental, deficiencias en infraestructura de comunicaciones, mala calidad de bienes y servicios, entre otros.

 

Sin embargo, la estimación del valor de la vida humana es de hecho un proceso complejo y multifacético, influenciado por numerosas variables. Esta complejidad a menudo conduce a controversias y debates dentro del campo de la economía y la ética. Varios factores contribuyen a la controversia en torno a la estimación del valor de la vida humana, como los diferentes enfoques que pueden producir resultados variables. Además, las perspectivas sociales y culturales desempeñan un papel en la configuración de nuestra percepción del valor de la vida. Algunos sostienen que la vida no tiene precio y no puede reducirse a un valor monetario, mientras que otros creen que asignar un valor es necesario para las evaluaciones de políticas y la asignación de recursos, que por definición son escasos.

Además, la estimación del valor de la vida puede verse influenciada por factores como la edad, el estado de salud, la ocupación, el nivel de ingresos y las preferencias individuales. Estas variables introducen mayor complejidad y subjetividad en el proceso de cálculo. Equilibrar estos factores y llegar a un consenso es una tarea desafiante. No obstante, los investigadores y los responsables de la formulación de políticas continúan esforzándose por lograr estimaciones más precisas y completas del valor de la vida humana. Esto es evidente a partir de las tendencias ascendentes del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) real, la mejora continua de los niveles de vida y el poder adquisitivo del ciudadano promedio.

En el ámbito de la evaluación económica, el VSL se utiliza para medir externalidades negativas y sirve como compensación entre riesgo y bienestar, que permita monetizar el valor de prevenir muertes. Este enfoque evalúa los costos económicos asociados con diferentes riesgos y evalúa los beneficios potenciales de la intervención gubernamental. Por ejemplo, medir el impacto económico de la contaminación antropogénica y las actividades productivas ayuda a comprender las externalidades negativas en el entorno; por lo tanto, conocer el valor de la vida es esencial en la cuantificación de los problemas de carácter público como el ambiente, la salud, el trabajo y el desarrollo social. En los mercados laborales, el VSL representa la prima salarial que los trabajadores requieren para aceptar trabajos con mayores niveles de riesgo, considerando la compensación entre el riesgo de muerte y el salario adicional.

Las personas que viven o trabajan en un mayor ambiente de riesgo requieren sentirse adecuadamente compensados. Al reconocer y cuantificar estos valores, podemos informar mejor los procesos de toma de decisiones, diseñar políticas públicas más efectivas y asignar recursos para mitigar los impactos negativos de la contaminación y las actividades económicas. Estos conceptos contribuyen a una mejor comprensión de los desafíos que enfrenta la sociedad del siglo XXI.

 

Conclusión

 

Se estimó el Valor Estadístico de la Vida (VSL) para México y sus 32 entidades federativas. Estos resultados son trascendentes porque son los primeros en su tipo a nivel sub-nacional. Las estimaciones sirven como insumo para evaluar los impactos de la contaminación ambiental sobre la población expuesta, ya que permiten monetizar las muertes evitables. Además, sirven a los gobiernos locales para determinar los costos y beneficios de las políticas implementadas en materia de salud pública, seguridad y medio ambiente.

Para saber más:

 

Becerra-Pérez, L.A.; Ramos-Alvarez, R.A.; DelaCruz, J.J.; García-Páez, B. (2024). Value per Statistical at the Sub-National Level as a Tool for Assessing Public Health and Environmental Problems. Inquiry; Vol. 61:1-11. DOI: 10.1177/00469580241246476.

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1 Profesor-Investigador de Tiempo Completo de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UAS. Correo: [email protected]

2 Doctorado en Ciencias Sociales de la UAS. Correo: [email protected]

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