En esta ocasión abordaré el tema del transporte público. Me interesa particularmente responder a preguntas como ¿Por qué y para quién es importante el transporte público? ¿Qué es la pobreza de transporte? ¿Necesitamos mayores vialidades o un mejor transporte público para ser una ciudad más moderna y sostenible? ¿Cuál es el estado del transporte público en la ciudad de Culiacán?
Empezaré por recuperar algunas reflexiones que recientemente se publicaron en la Revista Forbes México en una colaboración con el título de Ciudades ansiosas: por qué cuidar el entorno urbano es clave para la productividad. Lo que básicamente se plantea es que mientras las ciudades crecen en población y actividad económica, también lo hacen el estrés, la ansiedad y la fatiga crónica entre sus habitantes. Entre los muchos factores que abonan a este escenario se consideran los largos traslados, que no solo afectan el bienestar individual, sino que están generando pérdidas económicas considerables que comprometen la competitividad de las ciudades. Se considera que la salud mental de las personas se forja en el espacio público, en la calidad del aire que respiramos, en la posibilidad de caminar por un parque, en la seguridad del vecindario o en el tiempo que toma llegar al trabajo. Las políticas urbanas, por tanto, se convierten en aliadas fundamentales del bienestar emocional. Llegar al trabajo en menos de la mitad del tiempo, en condiciones dignas y seguras, contribuye no solo al rendimiento laboral, sino también a una mejor calidad de vida. Se destaca que la ansiedad no se combate únicamente con medicamentos. También se previene mediante espacios verdes accesibles, transporte eficiente, vivienda digna, entornos seguros y más tiempo para compartir con la familia.
En este orden de ideas, la “pobreza de transporte” se refiere a la incapacidad o dificultad de una persona u hogar para acceder a servicios de transporte necesarios para realizar actividades esenciales, como trabajo, educación o salud, ya sea por falta de medios, costo elevado o accesibilidad limitada. También se puede definir como la dificultad para cubrir los gastos de transporte en relación con los ingresos, o la falta de alternativas de transporte accesibles y asequibles. Se considera que un individuo es pobre en transporte si su capacidad para satisfacer las necesidades y actividades diarias está limitada por los siguientes factores: Falta de disponibilidad de transporte o pobreza de movilidad (falta de opciones de transporte público, o baja frecuencia), Inaccesibilidad del transporte (siendo disuadido por el terreno circundante o los requisitos de accesibilidad), Baja asequibilidad del transporte (incapacidad para afrontar el coste del transporte), Pobreza de tiempo (mucho tiempo dedicado a viajar), Inadecuadas condiciones de viaje (siendo peligrosas o inseguras) y Falta de adecuación del transporte a la movilidad de usuarios vulnerables.
Para saber el estado que guarda el transporte público en las principales ciudades de México, el Centro Mario Molina junto con autoridades y expertos del sector elaboraron y publicaron a finales del año pasado el primer Ranking de Transporte Público para Ciudades Mexicanas (RTPCM), una iniciativa para evaluar el desempeño, sostenibilidad y calidad de los sistemas de transporte público en el país. El estudio fue elaborado en conjunto con la Cooperación Técnica Alemana en México, y GIZ. Se evaluaron las condiciones del transporte público en 32 ciudades mexicanas a través de siete áreas que incluyen la eficiencia, la sostenibilidad, la accesibilidad, la institucionalización, la equidad, la digitalización, la experiencia y la seguridad de los usuarios.
La edición 2024 del RTPCM incluye información para 32 ciudades, una por cada entidad, dividida en dos índices considerando el nivel de avance en la profesionalización del transporte público en México: 11 ciudades con prestación de servicio de transporte público básico (STPB), y 21 ciudades con una visión de profesionalización del transporte público (STPP).
En el grupo STPB (ciudades con menos de 900 mil habitantes) Villahermosa resultó con el transporte mejor evaluado mientras que en el grupo STPP, la Ciudad de México obtuvo la puntuación más alta. En el grupo STPB solo el 19 por ciento de la población tiene una estación de transporte público cercana. Respecto a la eficiencia, apenas el 36 por ciento de los viajes al trabajo tomó menos de 30 minutos, cifra que resalta la necesidad de mejorar la infraestructura y planificación del transporte. En materia de sostenibilidad, Tlaxcala y Zacatecas fueron identificadas como las ciudades con el transporte con la mayor emisión de contaminantes, lo que subraya la urgencia de renovar sus flotas.
Las ciudades con avances en profesionalización, que forman parte del grupo STPP, mostraron buen nivel de sostenibilidad en sus sistemas de transporte. En el ranking general el transporte público de la CDMX obtuvo una puntuación de 57 de 100 puntos. Le siguieron Pachuca con 54.4 puntos y Mérida con 51. De este grupo de ciudades, destaca que la institucionalización del transporte ha permitido mejorar el servicio, mientras que la digitalización presenta las mayores deficiencias. En el grupo de ciudades STPP, el transporte público de Culiacán, con 37.7 puntos, ocupa la posición 15 en el conjunto de las 21 ciudades que formaron parte del estudio.
Para la ubicación en el ranking se consideraron los valores estandarizados de la evaluación de la calidad del transporte público a través de 7 áreas: Accesibilidad: Identifica la facilidad con la que las personas usuarias pueden acceder a los servicios de transporte para realizar sus viajes. Digitalización: Mide el grado de adopción de tecnologías digitales para mejorar el servicio, facilitar su uso y mejorar la experiencia del viaje. Eficiencia: Evalúa el aprovechamiento óptimo de los recursos para ofrecer un servicio que cumpla con las necesidades de las personas usuarias. Equidad: Mide cómo los servicios de transporte son distribuidos de manera justa, garantizando el acceso igualitario a todos los grupos sociales, con independencia de ubicación, género, ingresos o capacidades. Institucionalidad y gestión: Identifica el avance en las políticas, regulaciones, gobernanza y administración de los sistemas de transporte para garantizar su buen funcionamiento. Seguridad y experiencia de viaje: Identifica desde la perspectiva de las personas usuarias, la confiabilidad de los servicios de transporte. Sostenibilidad: Evalúa el impacto de los servicios de transporte en el medio ambiente, y el fomento de acciones que reduzcan las emisiones contaminantes.
Considerando que en estas áreas el transporte público de las ciudades pudiera estar en estado Óptimo (verde), Intermedio (amarillo) o Bajo (rojo), Culiacán tiene 3 áreas en estado Intermedio (Eficiencia, Institucionalidad y gestión, y Seguridad y experiencia de viaje) y 4 en estado Bajo (Accesibilidad, Digitalización, Equidad y Sostenibilidad). Es decir, en Culiacán no resulta fácil acceder a los servicios de transporte, en ellos se utiliza escasa tecnología, estos no se distribuyen de manera justa y es alto el impacto nocivo que tienen sobre el medio ambiente.
El transporte público de la Ciudad de México no tiene ninguna de sus áreas en estado Bajo y el de las ciudades de Guadalajara, Pachuca, Puebla-Tlaxcala solo tienen una de sus áreas en esa condición. En cantidad de áreas en estado Óptimo destacan la CDMX, León y Puebla-Tlaxcala que tienen dos, y Acapulco, León y Puebla-Tlaxcala que tienen una.
Para la ubicación en cada una de las áreas señaladas se tomaron en cuenta una serie de indicadores. Por ejemplo, en Accesibilidad, los indicadores considerados fueron el porcentaje de viajes al trabajo e instituciones educativas realizados en transporte público, el porcentaje de viajes al trabajo con una duración menor a 30 minutos realizados en transporte público, el porcentaje de viajes a instituciones educativas con una duración menor a 30 minutos realizados en transporte público y el porcentaje de vehículos de transporte público con piso bajo o acceso por plataforma.
El transporte público de la ciudad de Culiacán no registró información en el primero y en el último indicador. En el segundo, con 100 puntos, se ubicó en la posición 4 y en el tercero, con 90 puntos, se colocó en la posición 6.
En Digitalización los indicadores tomados en cuenta fueron la implementación de un sistema de tarjetas de prepago para el transporte público, la publicación de los datos de operación del transporte público en formato GTFS y la existencia de información de siniestros viales georreferenciados. El transporte público de Culiacán no figura en los dos primeros indicadores y en el último, con 100 puntos se encuentra en el puesto 7.
En Eficiencia se incluyeron los indicadores que tienen que ver con la existencia de vías exclusivas de transporte público, de estaciones de transbordo en el sistema de transporte público y de un sistema de bicicleta pública. El transporte público de Culiacán no acumula puntos en ninguno de estos indicadores.
El porcentaje de la población de estratos socioespaciales bajos que tienen acceso al transporte público al frente de la manzana de su vivienda, el porcentaje del gasto total de los hogares destinado al transporte público (hogares con al menos un salario mínimo de ingreso) y el porcentaje de mujeres en posiciones gerenciales en instituciones encargadas de la planeación y supervisión del sistema de transporte, son los indicadores utilizados para medir la Equidad en el transporte público. En el primero y en el último indicador, el transporte público de la ciudad de Culiacán no dispone de información y en el segundo tiene 26 puntos y ocupa la posición 13.
En Institucionalidad y gestión los indicadores se refirieron a la presencia de canales de atención a las personas usuarias del transporte público, la existencia de una encuesta origen destino pública no mayor a 10 años, la presencia de una organización a cargo de la planificación y la movilidad urbana, y la existencia de información de servicios tolerados de transporte público no regularizado. Culiacán no tiene registros en el segundo y en el último indicador. Con 100 puntos ocupa el puesto 14 en el primero y, también con 100, el 18 en el tercero.
En seguridad y experiencia de viaje se evaluaron los indicadores relacionados con el porcentaje de mujeres que se sienten seguras utilizando el transporte público (puntos:4/lugar:8), la existencia de programas de sensibilización a personas conductoras para la prevención del acoso en el transporte público (100/12), la existencia de programas de sensibilización a personas funcionarias del sistema de transporte público para la prevención del acoso (100/14), el número de lesionados en accidentes de transporte público (sin registro), el porcentaje de la población satisfecha con relación al sistema de transporte público (65/1), porcentaje de población mayor de 18 años satisfecha con la suficiencia de rutas en transporte público (100/4), el porcentaje de usuarios que consideran que los conductores respetan las normas viales (16/7), la vulnerabilidad en los viajes femeninos relacionada con el tiempo de viaje en transporte público (87/4) y, la vulnerabilidad en los viajes infantiles relacionada con el tiempo de viaje en transporte público (86/3). Los puntos y las posiciones entre paréntesis corresponden al transporte público de la ciudad de Culiacán.
La disponibilidad de subsidios o programas de incentivos al transporte público relacionados con la transición a tecnologías limpias, la edad promedio de la flota de vehículos del transporte público, las emisiones promedio de material particulado menor a 2.5 micras (PM2.5) emitidas por vehículo del transporte público y las emisiones promedio de CO2eq emitidas por vehículo del transporte público son los indicadores evaluados para medir la Sostenibilidad. El transporte público de Culiacán solo tiene registros en el primer indicador. Tiene 100 puntos y ocupa la posición 13 entre las 21 ciudades consideradas para la elaboración del índice.
En el RTPCM también se muestra cómo cambiaron en el tiempo algunos indicadores. Particularmente resulta interesante saber que para el caso del transporte público de la ciudad de Culiacán mejoraron varios indicadores específicamente en el área de seguridad y experiencia de viaje. Por ejemplo, el porcentaje de mujeres que se sienten seguras utilizando el transporte público pasó de 23.5 por ciento en 2021 a 41.4 en 2023. También mejoró el porcentaje de la población satisfecha con relación al sistema de transporte público, ya que era de 46.3 por ciento en 2015 y llegó a 53 en 2023. De igual manera hubo mejoría en el porcentaje de población mayor de 18 años satisfecha con la suficiencia de rutas en transporte público (74.8% en 2015 y 75.6% en 2023) y en el porcentaje de usuarios que consideran que los conductores respetan las normas viales (33.6% en 2015 y 45% en 2023).
Todo parece indicar que en términos generales hay un nivel aceptable de satisfacción con el transporte público de Culiacán, aunque, como antes lo señalé, existen preocupantes desafíos principalmente en las áreas de accesibilidad, digitalización, equidad y sostenibilidad. Aunque un sistema de transporte público cuando tiene un nivel adecuado en todas sus áreas se convierte en una oportunidad de movilidad para todos los estratos sociales, lo cierto es que por lo pronto sigue siendo el más utilizado por los grupos menos favorecidos en términos económicos y sociales. El transporte público es el medio de transporte más utilizado por quienes no tienen otra opción de movilidad.
De acuerdo con el Censo de Población y Vivienda 2020, en la ciudad de Culiacán, el 30 por ciento de las viviendas habitadas no cuenta con automóvil, lo que significa que alrededor del 31 por ciento de la población hace uso del transporte público para movilizarse al trabajo, a la escuela o a las zonas comerciales y de ocio. Para Sinaloa, las cifras son más altas en los casos de las ciudades de Los Mochis y Mazatlán. En Los Mochis cerca del 32 por ciento de la población es un potencial usuario del transporte público, mientras en Mazatlán la cifra asciende a 46 por ciento. Casi la mitad de la población.
En consecuencia, se requieren sistemas de transporte eficientes, seguros, asequibles y accesibles ya que estos no sólo promueven la productividad económica y crean puestos de trabajo, sino que pueden aumentar el acceso al empleo, al ocio y a otras oportunidades esenciales para la vida que permiten a las personas mejorar sus condiciones de vida y salir de la pobreza. Termino con algunas preguntas. ¿Será que necesitamos más vialidades que aseguran, entre otros efectos, más congestión, contaminación y accidentes? ¿No sería mejor apostar por mejores sistemas de transporte público tratando los problemas de calentamiento global a través de la transformación de los desplazamientos urbanos en movilidad sostenible? ¿No serán estos, problemas que en conjunto deberíamos estar tratando los prestadores del servicio, los gobiernos y la academia?
Referencias
Entendiendo el concepto de pobreza de transporte. https://esmovilidad.transportes.gob.es/noticias/entendiendo-el-concepto-de-pobreza-de-transporte#:~:text=Se%20considera%20que%20un%20individuo,transporte%20p%C3%BAblico%2C%20o%20baja%20frecuencia)
Lynn Scholl, P, Fook, A., Lee, S., Barahona, J.D. (2022) ¿Cómo el transporte reduce la pobreza, la desigualdad y promueve un desarrollo socialmente inclusivo? https://blogs.iadb.org/transporte/es/como-el-transporte-reduce-la-pobreza-la-desigualdad-y-promueve-un-desarrollo-socialmente-inclusivo/
Ramirez García, L.A. (2025). Ciudades ansiosas: por qué cuidar el entorno urbano es clave para la productividad. https://forbes.com.mx/ciudades-ansiosas-por-que-cuidar-el-entorno-urbano-es-clave-para-la-productividad/#
https://www.ranking-transporte-publico.info/
INEGI. Censo de Población y Vivienda 2020.
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