El campo sinaloense enfrenta un difícil escenario económico por la sequía, la inseguridad y el aumento del 1% para el presupuesto de 2026 al agro, lo cual ha  generado entre los productores de granos y hortalizas una gran incertidumbre y un severo riesgo para la soberanía alimentaria.

El Presupuesto para 2026 se enfoca en apoyar para el campo los programas de política pública más enfocados a la agricultura de subsistencia y los pequeños y medianos productores, dejando de lado a los grandes productores y las políticas públicas, orientadas a incrementar la productividad y la competitividad de la agricultura.

Los programas que son contemplados en el PEF 2026 hacia el campo son los de apoyo a la agricultura de subsistencia y orientado a pequeños y medianos productores, tales como: Sembrando Vida, Fertilizantes para el Bienestar, Producción para el Bienestar y Precios de Garantía, los cuales carecen de supervisión y vigilancia en su implementación por parte del Gobierno Federal.

La propuesta de Presupuesto asciende a 75,195.5 millones de pesos, lo que representa un incremento de apenas el 1 % con respecto al año anterior en lo referente al campo, lo cual queda casi pulverizado frente a la inflación.

Sin duda, esta es una mala noticia para Sinaloa, cuya economía depende en gran medida del desarrollo del sector primario. La situación se agudiza por la crisis hídrica y la inseguridad, que ha provocado que ni los jornaleros quieran venir a trabajar en los campos hortícolas de la entidad.

En opinión del Presidente de la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES), Jesús Alberto Rojo Plascencia de cumplirse este presupuesto, México corre el riesgo de perder seguridad alimentaria, ya que el país depende cada vez más de importaciones de granos, debido al estancamiento de la producción nacional por la implementación de políticas públicas erráticas hacia el campo.

El dirigente agrícola ejemplificó que actualmente el 60 % del consumo total de granos proviene de importaciones, cuando hace apenas siete años la dependencia era del 40 %. “En el caso del maíz importamos ya la mitad de lo que consumimos en maíz blanco y amarillo”.

Ante esta situación, el presidente de CAADES consideró que debe fortalecerse el programa de Precios de Garantía de alimentos Básicos (conocido también como programa de acopio), ya que este esquema debe garantizar su continuidad y actualizar el ingreso a pequeños y medianos productores de maíz y trigo panificable y que se cuente con presupuesto suficiente para que los pagos de este programa se realicen en forma oportuna.

En tanto, el Presidente de la Comisión Organizadora de la Unidad Campesina (CUOC), Agustín Espinoza Laguna, consideró que el aumento proyectado para la SADER en el  PEF 2026 es insuficiente para enfrentar la crisis que vive el campo sinaloense.

Espinoza Laguna hizo un llamado a los diputados federales por Sinaloa a revisar con seriedad el PEF hacia el campo, puesto que el agro  enfrenta una situación muy crítica por la caída histórica de los precios de los granos básicos, la competencia desleal de importaciones subsidiadas y la sequía (las presas apenas están al 35 % de su capacidad).

Ante esta situación, el líder campesino propuso: fortalecer los precios de garantía conforme a los costos reales de producción, establecer un seguro catastrófico universal de ejecución inmediata y aprobar un paquete integral de apoyo ganadero con subsidios al forraje, así como destinar recursos específicos para la gestión de riesgos y vincular el presupuesto de sanidad con una apertura comercial efectiva.

Es importante reflexionar que si bien las políticas públicas propuestas por el Gobierno Federal (y que pretende darles continuidad), para el campo son positivas para los agricultores de subsistencia y coadyuban a reducir la pobreza alimentaria en comunidades rurales, pero no se traduce en mayor productividad, ni competitividad; por lo que urge reorientar la propuesta de presupuesto, a fin de que incentiven la producción de alimentos básicos.

México enfrenta riesgos de seguridad alimentaria en maíz, frijol y sorgo frente a sus competidores externos, especialmente de Estados Unidos, en donde la agricultura comercial goza de elevados subsidios del Gobierno.

En suma, Sinaloa demanda un análisis profundo del PEF 2026 en lo referente al campo, a fin de paliar la crisis actual con un incremento al menos similar al del índice inflacionario actual y así evitar una “rebelión” de los agricultores ante las políticas públicas agrícolas erráticas.

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