Escrito por Oscar Misael Hernández-Hernández
Conectada con el Golfo de México, la Laguna Madre es un extenso cuerpo de agua hipersalina, de alrededor de 5,854 km², que va desde Port Mansfield, Texas, y llega hasta el litoral de Tamaulipas, abarcando los municipios de Matamoros, San Fernando y Soto La Marina. Se conforma por cuerpos insulares (islas e islotes), cuenta con ecosistemas como matorrales, humedales y manglares, y desembocan ahí los ríos San Fernando o río Conchos y el río Soto La Marina. Ante esta vasta extensión y biodiversidad, la Laguna Madre ha sido objeto de estudio medioambiental y de impacto antropogénico, como afirmó el biólogo marino John W. Tunnell, Jr. [1]. Sin embargo, tanto en el pasado como en el presente, este cuerpo de agua también ha sido el escenario y cementerio silencioso de desapariciones y asesinatos, atravesando algunos de los municipios más violentos de México.
En el pasado remoto, a inicios de 1519, el explorador Alonso Álvarez de Pineda, se deslumbró al hacer un reconocimiento del Golfo de México, pasando también por la Laguna Madre. Tiempo después, Álvarez de Pineda desapareció, al menos del registro histórico, hasta documentarse que en 1520 fue posiblemente asesinado por indígenas huastecos. Posteriormente, el colonizador José de Escandón, en 1747, conoció el río Conchos y la “Barra de Salinas”, nombre que antes le daban a la Laguna Madre. En su informe al virrey de la Nueva España, Escandón anotó que dicha zona había sido poco explorada porque “los vecinos del dicho Nuevo Reino de León”, aunque iban escoltados, salían “temiendo el riesgo de los indios” [2]. Incluso, escribió que unos nativos le mostraron una piragua que habían arrastrado del mar a la Barra de Salinas, informándole que se la habían quitado a unos franceses que, dos años antes, asesinaron y comieron porque los consideraron enemigos.
En el pasado reciente, mi pasado, la Laguna Madre me asombró al conocerla en los años noventa. Me deslumbraron su amplitud y riqueza, así como su aparente aislamiento. Pero también me impactó de una forma atroz: en 1994 conocí a Iván y nos hicimos amigos. Ambos íbamos a la preparatoria en San Fernando –sí, el poblado de Tamaulipas donde en el 2010 fueron masacrados 72 migrantes de Centro y Sudamérica y en el 2011 fueron encontradas decenas de fosas clandestinas–. Iván tenía una camioneta Ford ochentera, en la que a veces pasaba por mí para ir a la preparatoria o de regreso, me daba raite. Al poco tiempo supe que su vida transcurría entre una localidad de la Laguna Madre y la cabecera municipal de San Fernando; su familia y él eran pescadores, tenían algunas lanchas y de vez en cuando me llevaba camarones, aunque lo hacía porque quería que le ayudara con algunas tareas, pues debido a su trabajo a veces faltaba.
De repente, Iván desapareció. Primero de la preparatoria, pero su ausencia se extendió por más tiempo del común. Cada clase, las y los profesores nos preguntaban si sabíamos algo de él. Pero nadie sabía nada, ni yo que era su amigo. Después, desapareció de su casa, que estaba relativamente cerca de la mía. Comencé a pasar al frente, pero siempre estaba cerrada. Ningún movimiento, ni siquiera estaba su camioneta, ni nadie a quien preguntarle por él. De hecho, la maleza comenzó a crecer en el predio. Iván también desapareció en la Laguna Madre. Vecinos cercanos a su familia narraron que algunos pescadores pensaban que se había ahogado porque no encontraban su lancha y porque, a veces, usaba cocaína para aguantar la jornada laboral. Tiempo después, supe que Iván apareció, pero muerto, no sé si dentro de las aguas de la Laguna Madre, o fuera de ellas. Supuestamente, tenía signos de ahorcamiento.
Nunca indagué más, porque tenía miedo. Si su desaparición de la preparatoria, de su casa y en la Laguna Madre me provocaron ansiedad, saber que había muerto me produjo dolor. No imaginaba lo que sentía su familia, pero posiblemente era una mezcla de emociones como miedo, incertidumbre, terror, depresión, angustia, desesperación, consecuencias de ser víctimas indirectas de estos delitos, como afirman los psicólogos Gabriela Linares y Javier Álvarez en su estudio sobre el impacto social de la desaparición forzada entre madres buscadoras de años recientes [3]. La desaparición y muerte de Iván me marcaron, pero no fui ni el único ni el último en ofuscarse con algo así. Al menos en la parte de San Fernando, la Laguna Madre ha sido escenario de desapariciones y muertes como la de los franceses a mediados del siglo XVIII, o como la de mi amigo Iván a fines del siglo XX. Para situar estos y otros casos, es necesario precisar algunas cosas de la Laguna Madre.
En primer lugar, que es un cuerpo de agua, que al menos en el litoral de Tamaulipas abarca alrededor de 200 kilómetros de costa y en la que la parte de San Fernando concentra una extensión considerable. En segundo lugar, que conecta con un cuerpo de tierra, conformado en este último municipio por localidades como Carboneras, Punta de Alambre, Punta de Piedra, Carvajal, Barrancón del Tío Blas y Media Luna, donde habitaban, hasta el año 2020, alrededor de 5,471 personas. En tercer lugar, que la Laguna Madre es un sitio que da vida a múltiples especies, incluyendo el homo sapiens, pues tan sólo en la parte de San Fernando se estima que 2000 personas son pescadores. Y, en cuarto lugar, que la Laguna Madre también es un espacio donde las desapariciones y muertes tienen lugar.
Es difícil precisar cuántas desapariciones o muertes han sucedido en el territorio que abarca la Laguna Madre de San Fernando. El Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas, por ejemplo, concentra un total de 299 reportes de búsqueda de personas en todo el municipio de San Fernando desde el año 2010 hasta el año 2025 [4]. Sin embargo, más allá del sexo, la edad, el año de los hechos y el estatus del caso, no se dice el lugar exacto de la desaparición. Aunque, por otro lado, en abril de este año, la representante de Colectivos Unidos de Tamaulipas, María Teresa Molina, informó a los medios que sólo en la cabecera municipal y en la zona de la Laguna Madre, tenían registradas 50 fichas de búsqueda activas, por lo que llevarían a cabo una jornada de búsqueda con 16 colectivos más [5].
Más allá de los registros oficiales o de las cifras que manejan los colectivos de búsqueda, entre algunas familias del litoral de San Fernando se sabe que, en la Laguna Madre, desaparecen y/o son encontradas muertas, tres tipos de personas: los pescadores que son arrastrados y hundidos por el oleaje, como David, un joven de 20 años de edad que desapareció en 2021 frente al campo pesquero Punta de Alambre y cuyo cuerpo apareció una semana después, atorado en una red [6]; algunos migrantes del Caribe que huyen de sus países de origen por diferentes razones, como un grupo de cubanos que naufragó y fueron rescatados en 2024 por pescadores sanfernandenses [7]; y por último, personas desconocidas, cuyos cadáveres son arrastrados por el agua y se especula que fueron víctimas del crimen organizado.
Esto último no es de extrañar. Desde la década de los ochenta, Juan García Ábrego, entonces líder del Cártel del Golfo, traficaba cocaína desde Colombia hasta Estados Unidos [8]. Posteriormente, a finales de los años noventa, un sobrino de Osiel Cárdenas abrió la plaza de San Fernando para la organización criminal [9]. Entonces, no sorprende que San Fernando fuera de interés y, posiblemente, la Laguna Madre utilizada como espacio de trasiego, pues, como afirmó el periodista Humberto Padgett, al menos durante la administración del exgobernador Tomás Yarrington (1999-2004), vinculado con el narcotráfico, uno de sus prestanombres construyó pistas de aterrizaje en la región [10].
La Laguna Madre es una dualidad, pues aunque es un cuerpo de agua que da vida, también es usado para desaparecer: es una especie de “fosa de agua”, parafraseando el título del libro de Lydiette Carrión [11]; o una tumba anónima del mar, como describió el periodista David Marcial Pérez al mar del Pacífico, en alusión al uso que hicieron los militares y la policía mexicana, durante los años setenta, al tirar ahí los cuerpos de opositores al régimen [12]. A decir de la reportera Roxana González, “De acuerdo con información de distintas fiscalías estatales (…) en la última década al menos cinco mil 112 restos humanos y 62 osamentas han sido encontrados en afluentes (ríos, lagunas, lagos, pozos y presas) del país. Se trata, de acuerdo con los especialistas, de otro tipo de fosas clandestinas a las halladas por los buscadores debajo de la tierra” [13].
La Laguna Madre. Cortesía de Óscar Misael Hernández
Sin embargo, como se dijo antes, la Laguna Madre también es un cuerpo de tierra, o al menos conecta con este y conforma un todo en un mismo territorio. La gente de las localidades y comunidades pesqueras se ufana al decir “vivo en la laguna”; en este otro espacio terrestre también han tenido lugar las desapariciones y muertes. Un joven que conocí hace varios años, me narraba que su familia vivía en un ejido cercano a la Laguna Madre y que, durante los años álgidos de violencia en Tamaulipas, posterior a la masacre de los 72 migrantes en San Fernando, varios de sus amigos de la secundaria comenzaron a desaparecer:“Llegaban las camionetas de la maña y les ofrecían trabajo, unos se iban con ellos, pero otros nomás de repente desaparecían. Por eso mucha gente se salió de ahí, porque levantaban a los morros”. Recientemente, una estudiante me compartía que su padre tenía una parcela rumbo a Carboneras, la cual rentaba, pero que en los últimos años ya no tenía clientes porque los levantones y las balaceras eran constantes.
Las desapariciones y muertes que tienen lugar en la Laguna Madre o en la región circundante, parecen ser sólo la parte visible de intereses económicos y políticos complejos. En septiembre de 2019, por ejemplo, los periodistas Daniela Pastrana y José Ignacio De Alba, así como el fotógrafo Duilio Rodríguez, documentaron parte de la etiología de la violencia in situ. Desde el Barrancón del Tío Blas, donde un mes antes hubo una balacera y las autoridades estimaron alrededor de 40 muertos, descubrieron que “toda esta región es conocida como trasiego de drogas y cualquier cantidad de contrabando, incluidas personas migrantes”. También, que en redes sociales circulaba información acerca “de los movimientos de grupos criminales que operan en la Laguna, extorsionando a los pobladores y robando lanchas y gasolina” [14].
Aún más: los periodistas encontraron que, en ese año, los pescadores tenían una batalla legal contra la reforma energética, entonces aprobada por el expresidente Enrique Peña Nieto, amparándose y resistiéndose al despojo de sus tierras ante la política de construir parques eólicos y licitar a empresas extranjeras la explotación de gas mediante fracking para construir un gasoducto de 800 kilómetros. También develaron que algunos ranchos como El Mezquite y la Isla, cada vez más sumaban miles de hectáreas colindantes con la Laguna Madre. Develaron que, al menos el primero, había sido propiedad del exgobernador de Tamaulipas, Emilio Martínez Manautou (1981-1987), quien al morir heredó su fortuna a su hija Leticia Martínez, madre del “Niño verde”, Jorge Emilio González Martínez, exdirigente nacional del Partido Verde. El rancho se vendió, aunque según los periodistas, se rumoraba que el dueño era Peña Nieto.
Ante este panorama complejo, no es de extrañar que en el territorio de la Laguna Madre de San Fernando, las desapariciones y muertes sean el denominador común desde hace varios años. Las autoridades del estado y del municipio se hacen de la vista gorda, como les reportaron los habitantes del Barrancón del Tío Blas, a los periodistas Daniela Pastrana y José Ignacio de Alba. En la Semana Santa del 2023, por ejemplo, el ayuntamiento de San Fernando contrató los servicios de Karely Ruiz para dar un show en la playa de Carboneras; la influencer cobró alrededor de medio millón de pesos y fue custodiada por policías de la Guardia Estatal. Su presencia suscitó un debate en redes sociales que cuestionó el uso de recursos públicos, la seguridad y la sexualidad para impulsar un show erótico [15]. Ese mismo año, gente de la Laguna Madre reportó a civiles armados y la Armada de México detuvo a varios que causaban terror en la región [16].
Como se aprecia, la Laguna Madre de San Fernando se conforma por una dualidad de agua y tierra que da vida, pero también es un espacio de muerte donde las desapariciones y asesinatos tienen lugar. Al menos así lo demuestran algunos registros del pasado y del presente, pero sobre todo, los relatos de algunas madres que buscan a sus hijas o hijos desaparecidos en esta región, abrazando la esperanza de encontrarlos vivos o al menos sus restos para tener paz.
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Óscar Misael Hernández es sociólogo por la Universidad Autónoma de Tamaulipas, antropólogo social egresado de El Colegio de Michoacán y actualmente profesor titular en El Colegio de la Frontera Norte, Unidad Matamoros.
Este texto es una colaboración entre el LEVIF (https://www.colef.mx/levif/), de El Colegio de la Frontera Norte, y A dónde van los desaparecidos.
El Laboratorio de Estudios sobre Violencia en la Frontera (LEVIF) es un proyecto académico y humanista de El Colegio de la Frontera Norte que tiene como objetivo analizar la violencia criminal en esta región fronteriza, generar eventos y documentos de divulgación científica sobre el tema.
La opinión vertida en esta columna es responsabilidad de quien la escribe. No necesariamente refleja la posición del LEVIF ni de A dónde van los desaparecidos.
Referencias:
[1] Tunnell, John W., Jr. “Introduction”, en Tunnell, John W., Jr. y Judd, Frank W. (eds.) (2002). The Laguna Madre of Texas and Tamaulipas. USA: Texas A&M University Press.
[2] Saldívar, Gabriel (comp.) (1946). Reconocimiento de la Costa del Seno Mexicano por José de Escandón. México: Editor y compilador Gabriel Saldívar, p. 57.
[3] Linares Acuña, Gabriela y Álvarez Bermúdez, Javier (2022). Impacto psicosocial de la desaparición forzada. Una visión de las madres que buscan a su ser querido. Psicología desde el Caribe, 39 (3), 250-275.
[4] Consulta pública del Registro Nacional de Personas Desaparecidas y No Localizadas. Filtros: “Tamaulipas-San Fernando”. Consultado en https://consultapublicarnpdno.segob.gob.mx/consulta
[5] Garza, Jesús (2025). Colectivos de víctimas realizan búsqueda en San Fernando, Tamaulipas. Consultado en https://www.hoytamaulipas.net/notas/587878/Colectivos-de-victimas-realizan-busqueda-en-San-Fernando-Tamaulipas.html
[6] Eguía, Everardo (2021). Localizan cadáver de pescador desaparecido en la Laguna Madre de San Fernando. Consultado en https://www.hoytamaulipas.net/notas/447662/Localizan-cadaver-de-pescador-desaparecido-en-la-Laguna-Madre-de-San-Fernando.html
[7] Le Duc, Julia y Sánchez, Martín (2024). Pescadores hallan a cuatro cubanos náufragos moribundos en Tamaulipas. Consultado en https://www.jornada.com.mx/noticia/2024/05/04/estados/pescadores-hallan-a-cuatro-cubanos-moribundos-en-tamaulipas-2015
[8] Turati, Marcela (2023). San Fernando: última parada. Viaje al crimen organizado en Tamaulipas. México: Penguin Random House Grupo Editorial, pág. 41.
[9] Elefante Blanco (2023). Criminales sitian Valle de San Fernando; guardias blindan toda la región. Consultado en https://elefanteblanco.mx/2023/04/29/criminales-sitian-valle-de-san-fernando-guardias-blindan-toda-la-region/
[10] Padgett, Humberto (2016). #Tamaulipas: la casta de los narcogobernadores (Fragmento de libro). Consultado en https://expansion.mx/politica/2016/05/29/tamaulipas-la-casta-de-los-narcogobernadores-fragmento-de-libro
[11] Carrión, Lydiette (2018). La fosa de agua: desapariciones y feminicidios en el río de los Remedios. México: Debate.
[2] Marcial Pérez, David (2021). Los vuelos de la muerte en México: 50 años de impunidad y olvido. Consultado en https://elpais.com/mexico/2021-05-09/los-vuelos-de-la-muerte-en-mexico-50-anos-de-impunidad-y-olvido.htmlm
[13] González, Roxana (2025). En 10 años, hallan más de 5 mil restos humanos en ríos y lagos de México. Consultado en https://oem.com.mx/elsoldemexico/mexico/en-10-anos-hallan-mas-de-5-mil-cuerpos-en-el-agua-22666744
[14] Pastrana, Daniela y De Alba, José Ignacio (2019). La guerra por la Laguna Madre. Consultado en https://piedepagina.mx/la-guerra-por-la-laguna/
[15] Hernández-Hernández, Oscar Misael (2023). San Fernando: migrantes, desaparecidos y una influencer. Consultado en: https://la-lista.com/opinion/san-fernando-migrantes-desaparecidos-y-una-influencer
[16] Elefante Blanco (2023). Marina detiene a 12 presuntos integrantes del Cártel del Golfo en ejidos de San Fernando. Consultado en https://elefanteblanco.mx/2023/05/03/marina-detiene-a-12-presuntos-integrantes-del-cartel-del-golfo-en-ejidos-de-san-fernando/
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