Hoy escribo sobre la llamada economía naranja (EN) o economía creativa (EC), que está muy cerca de lo que se conoce como industrias culturales y creativas (ICC). Voy a precisar qué se entiende por EN, EC o ICC y por qué son importantes en el mundo y en México. Mostraré cuáles son las modalidades que pueden adoptar y qué presencia tienen en nuestro país y sus distintas regiones. ¿Qué entidades aportan mayor valor a la llamada economía naranja?

Se considera que el término de economía naranja surgió en el año 2013, en una publicación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) con el título de La economía naranja: una oportunidad infinita. Pero el concepto de economía creativa se conoció en 2001 cuando apareció en el libro de John Howkins titulado La economía creativa: cómo las personas hacen dinero de las ideas. En esta obra, el autor explica que la clave del éxito económico de estados o compañías tiene mucho que ver con la capacidad de crear. Plantea que las ideas tienen traducción económica, ya que se venden como producto y generan derechos de propiedad intelectual. Las claves, por tanto, residen en la capacidad de generar esas ideas, así como la de crear valor en otros ámbitos gracias a ellas.

Algunas de las definiciones que encontré, refieren que la economía naranja es un modelo productivo en el que los bienes y servicios que se comercializan tienen un valor intelectual, debido a que surgen de las ideas y del conocimiento de sus creadores. Dicho de otra manera, son todas las actividades económicas relacionadas con el arte, la cultura, investigación, ciencia, tecnología, entre otras, en las que la creatividad es la principal característica. Por ello, también es conocida como economía creativa. En un principio se le relacionaba específicamente con la cultura y las artes, pero debido al creciente uso de la tecnología, hoy también tiene que ver con las telecomunicaciones, robótica, programación, creación de contenidos, entre muchos otros.

La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) estima que la economía creativa representa el 3 por ciento del PIB mundial (la agricultura representa entre 3 y 4%) y emplea a más de 30 millones de personas en todo el mundo. La economía naranja está considerada como uno de los sectores de mayor crecimiento y creación de riqueza para el futuro. Algunos oficios o actividades productivas que forman parte de la EN son el arte (teatro, cine, música, pintura, danza, escultura, literatura), la comunicación (canales digitales y redes sociales), la gastronomía, la programación, el emprendimiento y la generación de ideas innovadoras. Se proyecta que antes de 2030 la economía naranja represente el 10% del PIB mundial, de acuerdo con el G20.

Para medir el peso que la EN, la EC o la ICC tienen en la economía nacional, tomé los resultados de la llamada CUENTA SATÉLITE DE LA CULTURA DE MÉXICO (CSCM), 2023 que publicó el INEGI a finales del año pasado. Los resultados de la CSCM 2023, revelan que en 2023, el sector de la cultura contribuyó con un monto de 820 963 millones de pesos de PIB, es decir, con el 2.7 por ciento del PIB del total de la economía. En precios constantes, este sector creció 2.6 por ciento respecto al año anterior y 46.4 por ciento en los últimos 10 años. Las actividades económicas del sector de la cultura o de las industrias creativas generaron un millón 439 mil 671 puestos de trabajo, lo que representó 3.5 por ciento del total de la economía.

 

Las actividades de mercado (las que realizan los agentes privados y que generan bienes y servicios culturales con fines de lucro) contribuyeron con 2.19 por ciento del PIB del sector de la cultura, las relacionadas con los hogares (se refiere al trabajo voluntario en la organización de actividades culturales o comercio de productos culturales en la vía pública, entre otras) aportaron 0.39 por ciento y las de gestión pública (actividades que realizan unidades de gobierno y que contribuyen a facilitar el acceso, la difusión, desarrollo y fortalecimiento de actividades culturales), 0.16 por ciento.

Los estados que más contribuyen a las actividades relacionadas con la economía naranja son la CDMX (14.6%), el Estado de México (9.1%), Nuevo León (7.9%), Jalisco (7.4%) y Guanajuato (4.5%). La concentración es evidente ya que la CDMX y el Estado de México aportan cerca de la cuarta parte del PIB cultural y creativo en el país.

Como antes señalé, el sector de la cultura representa el 2.7 por ciento del total de la economía nacional, pero hay entidades en las que este representa mucho más. En la CDMX, por ejemplo, las actividades relacionadas con la economía naranja o creativa representan casi el 7 por ciento. Después, los porcentajes más altos corresponden a Guerrero (5.5%), Oaxaca (4.9%), Quintana Roo (4.7%) y Morelos (3.9%).

En las entidades federativas, las industrias culturales y creativas muestran una gran dinámica de crecimiento. En los últimos 10 años prácticamente en la mitad de las entidades estas han crecido 50 por ciento o más. Las mayores tasas de crecimiento se observan en Michoacán (71.2%), Tlaxcala (70.6%), Quintana Roo (70.1%), Baja California Sur (68.4%) y Chihuahua (67.3%).

Para un mejor análisis, la CSCM divide las distintas industrias creativas o culturales por sus funciones o por áreas generales. Estas son, Artes visuales y plásticas; Artes escénicas y espectáculos; Música y conciertos; Libros, impresiones y prensa; Medios audiovisuales; Artesanías; Diseño y servicios creativos; Patrimonio cultural y natural; Formación y difusión cultural y; Contenidos digitales e internet. Artesanías (19.0%), Contenidos digitales e internet (18.1%) y Medios audiovisuales (17.6%), son las de mayor peso en el conjunto de las industrias culturales y creativas. Artes visuales son las que más han crecido en los últimos 10 años (102.0%).

Con relación a la contribución que las entidades hacen en cada una de las funciones o áreas generales, encontré que la CDMX es la de mayor contribución en todos los casos, con excepción del área de Artesanías en la que la primera posición es para Oaxaca.  La CDMX contribuye con el 24.8% en el caso de Artes visuales y plásticas; 28.8% en Artes escénicas y espectáculos; 22.6% en Música y conciertos; 33.7% en Libros, impresiones y prensa; 50.8% en Medios audiovisuales; 45.9% en Diseño y servicios creativos; 22.7% en Patrimonio cultural y natural; 18.8% en Formación y difusión cultural y; 68.4% en Contenidos digitales e internet. El estado de Oaxaca aporta el 11.7% en la función Artesanías.

También, me llamó la atención saber en qué estados las distintas funciones tienen el mayor peso o participación. Por ejemplo, hallé que en ningún otro estado tienen tanto peso las Artes visuales y plásticas (15.3%) y, las escénicas y espectáculos (17.4%), como en Quintana Roo. En el mismo sentido, Sinaloa es la entidad en la que Música y conciertos (11.7%) y, Diseño y servicios creativos (26.5%), tienen las participaciones más altas en el conjunto de las industrias creativas que se realizan en cualquier entidad. En Guerrero, las Artesanías aportan el 68.8 por ciento y, en Zacatecas, Patrimonio cultural y natural, contribuye con el 22 por ciento de las industrias creativas de la entidad.

Las cifras confirman que las industrias culturales y creativas son muy importantes para el impulso de las economías regionales. En el país, las industrias creativas y culturales siguen ganando terreno como motor clave de innovación, identidad y desarrollo económico. Comparto la reflexión que se menciona en la plataforma indeed cuando se dice que en un contexto cada vez más digital, estas industrias permiten generar y exportar bienes creativos y servicios culturales con alto valor agregado, impulsando sectores como el cine, el diseño, el arte digital y la música. También, que para fortalecer su crecimiento, es fundamental fomentar la propiedad intelectual, ampliar el acceso a tecnología y generar políticas públicas que integren a comunidades creativas en el mercado global. El reto está en convertir el trabajo creativo en un eje estructural de crecimiento económico e inclusión a largo plazo. La economía naranja o creativa y las industrias culturales y creativas son muy importantes porque no solo preservan el patrimonio y configuran las identidades nacionales, sino que también crean empleos, impulsan las exportaciones y atraen inversiones.

Referencias

Felipe Buitrago Restrepo F. y Duque Márquez Iván (2013). LA ECONOMÍA NARANJA. UNA OPORTUNIDAD INFINITA. Banco Interamericano de Desarrollo. Washington, DC.

Alejandra Luzardo A., Dyanis de Jesús y Michelle Pérez Kenderish M. (2017). ECONOMÍA NARANJA. Innovaciones que no sabías que eran de América Latina y el Caribe. Banco Interamericano de Desarrollo. Washington, DC.

González, B, Annayeskha, G. (2020). Economía del siglo XXI: Economía naranja. Revista de Ciencias Sociales, vol. XXVI, núm. 4, 2020. Universidad del Zulia, Venezuela.

INEGI (2024). CUENTA SATÉLITE DE LA CULTURA DE MÉXICO (CSCM), 2023.

https://www.santander.com/es/stories/economia-naranja

https://www.eleconomista.com.mx/el-empresario/economia-naranja-y-emprender-20241011-729592.html

https://mx.indeed.com/orientacion-profesional/como-encontrar-empleo/industrias-creativas

https://unctad.org/es/publication/perspectivas-de-la-economia-creativa-2024

 

 

 

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