El pasado 9 de agosto se conmemoró el Día Internacional de los Pueblos Indígenas en reconocimiento a la primera reunión de trabajo de las Naciones Unidas sobre la población Indígena que tuvo lugar en Ginebra en 1982. Se estima que en el mundo existen alrededor de 476 millones de indígenas viviendo a lo largo de 90 países. Constituyen alrededor del 6 por ciento de la población mundial y se encuentran entre las poblaciones más desfavorecidas y vulnerables representando al menos el 15 por ciento de los más pobres en el mundo.

En México el 6.1 por ciento de la población es considerada indígena, estamos hablando de cerca de 7 millones 400 mil habitantes. Los estados con el mayor porcentaje de su población en condición de etnicidad son Oaxaca (31.2%), Chiapas (28.2%), Yucatán (23.7%), Guerrero (15.5%) e Hidalgo (12.3%). Los datos de CONEVAL para la medición de la pobreza en 2020 revelan que el porcentaje de la población que se encuentra en condiciones de pobreza es mucho mayor cuando se trata de la población indígena. De acuerdo con las mediciones de la pobreza, en el caso de la población no indígena el 41 por ciento se encuentra en condición de pobreza, mientras que para la población indígena los datos muestran que poco más del 73 por ciento se encuentra en esta condición. El contraste es mucho mayor cuando se trata de la población en condición de pobreza extrema, el 6.4 para la población no indígena contra 29.2 por ciento para la población indígena. Estos últimos datos están retomados de un ensayo que en este mismo espacio escribí hace aproximadamente un año, también con motivo del Día Internacional de los Pueblos Indígenas.

Esta vez voy a hablar también de la población indígena, pero me referiré a la discriminación salarial de los trabajadores indígenas en México. Para ello me voy a basar, fundamentalmente, en los resultados de un trabajo de investigación realizado por Christian De la Luz Tovar y Sibyl Italia Pineda Salazar titulado Análisis regional de la discriminación salarial de los trabajadores indígenas en México que fue publicado en el segundo semestre del año pasado en Nóesis. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades. El objetivo de la investigación en mención fue estimar y descomponer la brecha salarial entre trabajadores indígenas y no indígenas por regiones en México, para examinar si existían diferencias regionales en la desigualdad salarial que a priori afecta a la población indígena y si estas, se atribuyen al perfil laboral de este grupo de trabajadores o a una discriminación laboral sistemática en su contra.

Los datos utilizados en esta investigación fueron tomados de la Encuesta Nacional de Ingreso y Gasto de los Hogares de 2018 (ENIGH-N). Construyeron una base de datos de trabajadores subordinados indígenas y no indígenas en edades de entre 14 a 65 años que reportaron ingresos por trabajo. El número de observaciones de la muestra fue de 80 mil 323 individuos de los cuales, 23 mil 425 (29.2%) son indígenas y 56 mil 898 (70.9%) no indígenas. Para la clasificación de las regiones de análisis, se consideró la división territorial realizada por el Banco de México en sus reportes sobre las economías regionales, en donde se utiliza un criterio económico que divide al país en cuatro regiones: Norte: Baja California, Chihuahua, Coahuila, Nuevo León, Sonora y Tamaulipas; Centro-Norte: Aguascalientes, Baja California Sur, Colima, Durango, Jalisco, Michoacán, Nayarit, San Luís Potosí, Sinaloa y Zacatecas; Centro: Ciudad de México, Hidalgo, Guanajuato, Estado de México, Morelos, Puebla, Querétaro y Tlaxcala y; Sur: Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.

Sin pretender entrar en muchos detalles técnicos, diré que para la estimación de la brecha salarial étnica utilizaron la metodología de Oaxaca-Blinder que descompone la diferencia salarial entre dos grupos, en la parte explicada por las diferencias grupales en productividad –tales como educación o experiencia laboral– y la parte residual no explicada por dichas diferencias y que, por lo general, se interpretan como una medida de discriminación en el mercado laboral. Estimaron dos ecuaciones o modelos econométricos, una para los trabajadores indígenas y otra para los trabajadores no indígenas.

 

En los modelos utilizados la variable dependiente es el logaritmo del ingreso laboral y las independientes: los años de escolaridad; la experiencia laboral y su cuadrado; las horas trabajadas por semana; el sexo biológico del individuo; la condición de hablante de lengua indígena (si o no); el tamaño de localidad de residencia (rural, semiurbana y urbana); el tamaño de la empresa (pequeñas y medianas o grandes); la existencia de un contrato laboral (si o no); la existencia de prestaciones laborales en el trabajo (si o no); el sector de actividad de la empresa (primario, secundario, terciario y gubernamental) y el término de error.

Encontraron que, en todas las regiones del país, los trabajadores indígenas enfrentan una brecha salarial. Sin embargo, esta es más pronunciada en los estados de las regiones centro y sur, en donde, en promedio, el componente asociado a la discriminación laboral tiene un peso mayor al 56 por ciento. En estos mercados laborales, los trabajadores indígenas son retribuidos a tasas diferentes por cuestiones ajenas a su desempeño laboral. Se apunta que es posible que la causa de la mayor profundidad de la brecha en la región sur se deba a su atraso en términos de actividad económica, atribuido a su vocación de agricultura de bajo rendimiento y mano de obra poco calificada, lo que resulta en un estancamiento de los salarios y en pobreza laboral para este grupo poblacional.

En cambio, en el centro-norte y norte de México, el promedio del componente residual es menor (33%), lo que sugiere que la brecha salarial se explica por las diferencias grupales en la productividad. En estas regiones la brecha salarial étnica es menor por lo que, probablemente, esta diferencia en las desventajas salariales sea uno de los factores que más explica la acelerada migración de indígenas hacia estas regiones.

 

Fueron también resultados relevantes de la investigación el saber que las personas indígenas se ocupan, generalmente, en las actividades primarias, la construcción, la industria manufacturera, el comercio al por menor y otros servicios excepto actividades gubernamentales. Se precisa que la tendencia y el orden jerárquico de los sectores es relativamente homogéneo entre regiones, con excepción del sur, en donde las actividades manufactureras emplean menos mano de obra indígena y no indígena, y que el sector de alojamiento temporal desempeña un papel más importante para ambos grupos. Otro aspecto importante por considerar es que, de acuerdo con los datos, los indígenas presentan muy baja participación laboral en los servicios financieros y de seguros y, además, no se ocupan en los servicios corporativos.

Un ejemplo señalado en el estudio, que evidencia la discriminación, se refiere a que los trabajadores indígenas del norte que trabajan en la industria manufacturera ganan en promedio, mil 294 pesos (mensuales) menos que los trabajadores del grupo no indígena en la misma región y sector. Dado que esta diferencia se repite en todos los sectores y regiones, se plantea que probablemente, la diferencia salarial en contra de los indígenas se debe a factores socio-culturales, entre ellos, la discriminación. Además, aunque la falta de un contrato laboral (tomado como indicio del grado de formalidad del empleo) afecta a los dos grupos de trabajadores, las personas indígenas sin este derecho representan la mayoría en cada una de las regiones analizadas. Por otro lado, dentro del grupo indígena, se observa que los que trabajan en la región norte tienen más acceso a un contrato laboral.

Adicionalmente se observa que, en todas las regiones analizadas, las diferencias salariales en contra de los trabajadores indígenas se atribuyen a la menor escolaridad de estos y a las condiciones de precariedad en las que laboran. Asimismo, se señala que el peso de estos tres elementos es mayor en la región del centro-norte del país y menor, en la región sur. Otra cuestión por resaltar es que hablar una lengua indígena representa un factor de desventaja salarial para los trabajadores de origen étnico en casi todas las regiones y, sobre todo, en la región del sur. Un resultado que los investigadores consideran importante es que, en la brecha explicada, el efecto de la experiencia al cuadrado es positivo. Es decir, a pesar de que los trabajadores indígenas tienen mayor experiencia, la depreciación del salario a medida que avanza la edad del trabajador es más precipitada en los indígenas, lo que contribuye a ampliar la brecha salarial a través del tiempo.

Finalmente, se destaca que las características que contribuyen a cerrar la brecha salarial por tener coeficientes con signo negativo e indicar ventaja para el grupo de los trabajadores indígenas, son solamente dos: la experiencia laboral y las horas de trabajo por semana. Sin embargo, esta situación, más que una ventaja, resalta el hecho de que a pesar de que los trabajadores indígenas tienen más experiencia y trabajan jornadas laborales más largas, el mercado laboral tiende a desvalorizarlas, por ello, la escasa contribución de estos factores en la reducción de la brecha salarial étnica, sobre todo en la región centro.

A partir de estos hallazgos los autores dan respuesta a las incógnitas planteadas para esta investigación ¿Existen diferencias territoriales en las condiciones de desigualdad salarial para los trabajadores indígenas? La evidencia obtenida indica que, sí. ¿Se puede concluir que la brecha de ingresos se atribuye a diferencias en el perfil laboral y ocupacional entre los dos grupos de trabajadores o simplemente, a una discriminación laboral sistemática en contra de los indígenas? Los resultados indican respuestas diferenciadas según la región. Por ejemplo, en el centro y sur del país, las ganancias de los trabajadores se ven afectadas por su condición étnica ya que una buena parte de la brecha responde a factores no explicados como los prejuicios socioculturales y a la discriminación. En el norte y centro-norte, en cambio, podemos decir que la brecha se debe principalmente a factores asociados a las diferencias en productividad.

 

A partir de ahí se concluye que los factores socioculturales, incluida la discriminación laboral, desfavorecen a la población indígena en el centro y sur del país y representan los principales factores causantes de sus bajos salarios. Mientras que en el norte y centro-norte, la principal causa de los bajos salarios en este grupo son las desventajas asociadas al atraso que enfrenta como grupo étnico y que se reflejan en menor educación formal, menor experiencia en actividades de alta productividad y condiciones de trabajo desfavorables.

Termino con algunas reflexiones que rescato de un trabajo titulado El derecho humano al trabajo de las personas indígenas, que bien complementan las conclusiones del trabajo de De la Luz y Pineda ya que ponen en evidencia lo mucho que todavía hace falta por hacer para poder asegurar que la población indígena y, en este caso los trabajadores indígenas, reciban un trato justo y sin discriminación de ningún tipo. Por ejemplo, el trabajo doméstico todavía es un espacio escasamente regulado, lo que propicia injusticias como baja remuneración respecto del trabajo desempeñado, y en el que sobreviven modalidades semiserviles de contratación para aquellas personas que laboran en forma permanente en casas, jornadas excesivas, malos tratos, abusos —inclusive sexuales—, y ausencia de prestaciones de ley, etcétera. Situación similar se presenta entre los empleados en la industria de la construcción, quienes también son explotados en jornadas excesivas, sin recibir una remuneración justa y desprovistos de las prestaciones de seguridad social y salud. Respecto de los jornaleros agrícolas, estos constituyen un sector que ha sido paulatinamente abandonado, pese a los programas que se han impulsado.

Que la ocasión sirva entonces para recordar que todos tenemos una deuda que no hemos resuelto para con la población indígena.

 

Referencias:

https://www.un.org/es/observances/indigenous-day#:~:text=Para%20dar%20a%20conocer%20las,lugar%20en%20Ginebra%20en%201982.

De la Luz Tovar, Christian y Pineda Salazar, Sibyl Italia (2023). Análisis regional de la discriminación salarial de los trabajadores indígenas en México. Noésis. Revista de Ciencias Sociales y Humanidades. VOL. 32, NÚM. 64, julio-diciembre 2023. México.

Comisión Nacional de los Derechos Humanos (2015). El derecho humano al trabajo de las personas indígenas. México.

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