Como en el mundo, en México, el pasado 12 de agosto de conmemoró el Día Internacional de la Juventud. Un día después, se dieron a conocer los resultados de la medición de la pobreza multidimensional 2024. Quiero relacionar estas fechas para analizar las condiciones de pobreza e informalidad laboral en los jóvenes, enfatizando la situación en las economías subnacionales.
Lo primero que señalo es que, de acuerdo con la información del INEGI, la pobreza multidimensional, sin considerar la edad de la población, se redujo 12.3 por ciento al pasar de 41.9 a 29.6 por ciento (2028 vs 2024). Pero la pobreza multidimensional de los jóvenes de 12 a 29 años solo se redujo 10.9 por ciento. Pasó de 42.3 a 31.4 por ciento. Puede observarse que en 2018 era más alta que la cifra general y que siendo más alta en 2024.
Otro aspecto relevante es que, en 2024, sin importar que modalidad (moderada o extrema) de pobreza se considere, el porcentaje de personas en condición de pobreza siempre es mayor si las personas tienen entre 12 y 29 años, en comparación con las personas que tienen 11 años o menos, o 30 o más años. Lo mismo sucede cuando se trata de los indicadores de privación y carencia social (salud, seguridad social, rezago educativo y vivienda). Siempre el porcentaje de jóvenes en esta condición es mayor, especialmente si se trata de qué porcentaje de la población tiene al menos una carencia social. El 68.5 por ciento en el caso de los jóvenes, contra el 58.9 en otro caso.
En México hay cerca de 12 millones de jóvenes en condición de pobreza multidimensional y están concentrados, en el ámbito regional, en el Estado de México (15.4%), Chiapas (10.0%), Veracruz (8.9%), Puebla (7.2%), Guerrero (5.5%) y Oaxaca (5.2%). En estos seis estados se encuentra poco más de la mitad de los pobres con edades entre 12 y 29 años.
Si se considera el porcentaje de jóvenes que en cada entidad se encuentran en condición de pobreza, los casos extremos corresponden a Chiapas (66.4%), Guerrero (61.1%), Oaxaca (51.9%), Veracruz (49.1%). En estos estados, cinco y hasta siete de cada diez jóvenes se encuentran en condición de pobreza. En ellos están presentes también más de tres carencias sociales. Es así en Chiapas (3.3), Oaxaca (3.2) y Guerrero (3.2). Los porcentajes más bajos de jóvenes considerados pobres se localizan en Baja California (9.4%), Baja California Sur (10.4%) y Nuevo León (11.1%).
En el país, el 36.4 por ciento de la población considerada joven recibe un ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos. De modo que como lo señala Gerardo Sánchez en un trabajo para El Economista, la informalidad, pocas prestaciones y jornadas extensas marcan el empleo juvenil en México. La revisión que hice de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) correspondientes al segundo trimestre del 2025, revela que los trabajadores menores de 24 años reportan una tasa de informalidad laboral de 67.3 por ciento. Dicho de otra manera, casi siete de cada 10 jóvenes tienen un trabajo informal. El nivel es casi 13 puntos porcentuales superior al promedio de toda la fuerza laboral.
La nota de El Economista destaca también que el Reporte de jóvenes oportunidad elaborado por la organización YouthBuild, concluye que en México las personas jóvenes enfrentan algunas condiciones de precariedad laboral como ingresos insuficientes, falta de seguridad social, ausencia de contratos estables, subocupación y jornadas laborales excesivas. El reporte señala, además, que los bajos ingresos que reciben los jóvenes están relacionados con los sectores en los que se emplean. El 67 por ciento de la población juvenil labora en el sector comercio, en donde el trabajo recibe las más bajas remuneraciones. Sin embargo, pese al rezago en prestaciones e ingresos, los jóvenes enfrentan jornadas laborales superiores al límite legal, casi una cuarta parte de los empleados de 20 a 29 años trabajan más de 48 horas por semana.
Por regiones, en todas las entidades federativas la población más joven enfrenta tasas de informalidad superiores al promedio de toda la fuerza laboral. La brecha más grande corresponde al estado de Zacatecas en donde la diferencia entre el porcentaje de jóvenes en la informalidad, sin prestaciones sociales, es de casi 20 puntos porcentuales cuando se le compara con el promedio de toda la fuerza laboral.
Hay entidades federativas en las que prácticamente todos (nueve de cada 10) los jóvenes tienen un trabajo informal. Son los casos de Oaxaca (92.5%), Guerrero (90.3%), Chiapas (88.7%) y Puebla (85.9%). El porcentaje es muy alto también en Tabasco (83.7%), Michoacán (82.6%), Hidalgo (82.2%), Tlaxcala (80.5%) y Zacatecas (78.3%). Los porcentajes más bajos se observan en Coahuila (39.9%), Nuevo León (40.2%) y Chihuahua (43.1%).
Para terminar, hago la siguiente reflexión. Pudiera pensarse que la informalidad en la que labora un alto porcentaje de quienes tienen menos de 24 años de edad, bien puede deberse a que no han concluido sus estudios profesionales, situación que posiblemente cambiaría cuando alcanzarán el grado, lo que les posibilitaría incorporarse al mercado laboral formal y recibir la cobertura de la protección social y aspirar a beneficios sociales, como pensiones, incapacidades por enfermedad o el seguro de salud. Pero resulta que en México cerca del 80 por ciento de las personas mayores de 25 años no tienen estudios profesionales. Seguramente por eso la informalidad laboral en el siguiente grupo laboral (25 a 44 años) sigue siendo muy alta, cerca del 50 por ciento en el país y arriba del 60 por ciento en los casos de Chiapas (74.4%), Oaxaca (73.6%), Guerrero (71.8%), Puebla (66.6%) y Tabasco (61.2%).
Así las cosas, considero que hacemos bien en celebrar que en términos generales la pobreza multidimensional haya disminuido, pero hay todavía muchas tareas pendientes. La primera es sostener la tendencia y esperar que en la próxima medición haya menos pobres. Pero también, diseñar estrategias que atiendan la especial situación en la que se encuentran las mujeres, la población indígena y los jóvenes, porque la pobreza y la informalidad están ligadas a la educación, el ingreso, el acceso a la vivienda y la posibilidad de tener una vida digna. En materia laboral todo el país demanda la especial atención a la situación de los jóvenes, pero como en muchas otras variables que evidencian rezago económico y social, la situación más grave se encuentra en las entidades federativas del sur. La deuda con esa región del país sigue presente.
Comentarios
Antes de dejar un comentario pregúntate si beneficia a alguien y debes estar consciente en que al hacer uso de esta función te adíeles a nuestros términos y condiciones de uso.