Hoy dedicaré este espacio para analizar el origen, las características y la relevancia de lo que suele llamarse Economía Digital (digital economy), también conocida como “economía de Internet” (Internet economy), “nueva economía” (new economy) o “economía web” (web economy).
De las muchas definiciones que hay, una de más acertadas me parece aquella que considera que la Economía Digital se refiere “al conjunto de actividades económicas en las que el activo sobre el que se realizan las transacciones es la información, junto a aquellas actividades en las que las tecnologías digitales son el elemento clave para el desarrollo del negocio a través de nuevos productos y servicios o mediante nuevos mercados digitales”.
Se considera también, que es el resultado de la incorporación efectiva de las tecnologías digitales en el desarrollo de la actividad económica sobre la base y posibilidades que ofrece la conectividad a Internet. La Economía Digital tiene que ver, por ejemplo, con la banca digital, el comercio electrónico, la educación virtual, las aplicaciones móviles, las plataformas colaborativas, la Inteligencia Artificial, la realidad virtual, entre otros. La economía digital es la actividad económica que se basa en las tecnologías de la información y la comunicación para intercambiar bienes y servicios.
El término de Economía Digital se le atribuye a Don Tapscott, quien lo incluyó en un libro publicado en 1995 con el título de “The Digital Economy: Promise and Peril in the Age of Networked Intelligence”. El libro trata de cómo la aparición de la Internet y la digitalización de la información cambiarían la forma de hacer negocios en el futuro. Posteriormente, en 2001, Thomas Mesenbourg, explicó que existen tres componentes que definen a la economía digital y la diferencian de la tradicional; Infraestructura que son los recursos tecnológicos con los que cuenta el negocio. Incluye tanto a los programas informáticos (software), los equipos (hardware) y el talento humano especializado; Negocio electrónico que se refiere a los procesos que se desarrollan valiéndose de aplicaciones informáticas, herramientas en línea o plataformas digitales y; Comercio electrónico que se trata de la compra y venta de productos y servicios a través de Internet. Las principales ventajas de la Economía Digital son la reducción de costos debido a la automatización de procesos y el uso de modelos de negocio digitales, el incremento de la productividad al automatizar tareas, el aumento de la disponibilidad de bienes y servicios para los consumidores y la creación de nuevas oportunidades laborales. También genera efectos negativos, como el aumento de la brecha digital que acentúa las desigualdades en la sociedad, la ciberdelincuencia, o la pérdida de privacidad y la desconfianza para los usuarios que no están familiarizados con el mundo digital.
La Economía Digital es tan importante que se estima que alcanzará un valor de 16,5 billones de dólares y captará el 17 por ciento del PIB mundial en 2028. Se considera que la transformación digital es una piedra angular de la innovación y el crecimiento sostenible de los países y sus regiones. Por su tamaño, las seis principales economías digitales son Estados Unidos, China, el Reino Unido, Japón, Alemania y Corea del Sur. De acuerdo con Statista, en los primeros cinco puestos en el ranking de competitividad digital se encuentran, Estados Unidos, Países Bajos, Singapur, Dinamarca y Suiza. De América Latina, Chile ocupa la primera posición (42), México la segunda (54) y le siguen Perú (56), Brasil (57), Argentina (61), Colombia (62) y Venezuela (64). La competitividad digital se refiere a la capacidad que tienen los países de adoptar tecnologías digitales e implementarlas en empresas y organizaciones gubernamentales.
También es relevante saber que el gasto en tecnología es el principal contribuyente a las economías digitales de Francia, Italia, España, Canadá, Brasil, Estados Unidos, el Reino Unido, Japón y Alemania, y que las exportaciones de productos y servicios de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) captan la mayor parte de las economías digitales en India, Corea del Sur y México. Se sabe, además, que el gasto en Investigación y Desarrollo (I+D) de un país como porcentaje del PIB se correlaciona con su participación en la economía digital del PIB. Para fomentar el crecimiento de la economía digital, los países deben centrarse en las empresas digitales, los servicios públicos, la disponibilidad de habilidades digitales, el crecimiento del gasto en I+D y las inversiones en tecnología que influyen en las actividades no digitales.
Para México, información del INEGI que no ha sido actualizada, revela que, en 2018, considerando las industrias digitales y el comercio electrónico que utilizan las TICs y la Internet, el Valor Agregado Bruto (VAB) de la Economía Digital representó el 7.4 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB). Por su parte, el VAB del comercio electrónico pasó de representar el 3.3 por ciento del PIB en 2013, al 5.9 en 2022.
Aunque México ha avanzado en el terreno de la Economía Digital, todavía falta mucho por hacer. Las expectativas son muchas ya que se estima que el PIB de México podría crecer hasta 15 por ciento impulsado por la digitalización del país. Como evidencia del avance, puede observarse, a partir de datos del INEGI, que el porcentaje de hogares con computadora pasó de 11.8 por ciento en 2001 a 43.8 en 2023. El porcentaje de hogares con Internet pasó de 6.2 a 71.7 en los últimos veinte años, mientras que el porcentaje con televisión de paga era de 13.5 en el 2001 y es de más de 40 por ciento en la actualidad. Tan solo en los últimos diez años, el número de hogares con Internet se triplicó y, en el mismo período, el porcentaje de hogares con teléfono celular aumentó cerca de diez puntos porcentuales (de 50.8% a 59%).
Considerando los usuarios de tecnologías de la información en México, las cifras revelan que del 2015 al 2023, los usuarios de computadora disminuyeron al pasar del 51.2 por ciento de los potenciales usuarios, al 37.3. Para el mismo periodo, el porcentaje de usuarios de Internet y de telefonía celular sí aumentó y pasó de 57.4 a 81.2 por ciento en el caso de la Internet y de 71.4 a 81.4 por ciento para usuarios de telefonía celular. A propósito de la brecha digital, cabe señalar que, en el caso del porcentaje de usuarios de computadora, la cifra es de apenas 14.2 para personas que pertenecen al estrato socioeconómico bajo y de 69.3 por ciento para quienes se ubican en el estrato alto. Lo mismo sucede para los usuarios de Internet y telefonía celular, 62.6 y 65.2 por ciento para los de estrato bajo y 93.4 y 91.7 por ciento para los de estrato alto.
Por regiones, PRIMEWEB dio a conocer que, considerando la adopción de herramientas digitales por parte de las MiPymes, las entidades más digitalizadas, las que más destacan en Economía Digital, son Quintana Roo, CDMX, Querétaro, Yucatán y Jalisco. Para más detalle, Quintana Roo tiene a las MiPymes más digitalizadas en todo México, las empresas de la CDMX son las que más buscan herramientas de colaboración en equipo, Querétaro ocupa el tercer lugar en adopción de herramientas digitales, Quintana Roo y Baja California Sur son los estados más interesados en Google Mi Negocio, las MiPymes de Yucatán son las más interesadas por anunciarse en Facebook e Instagram, Quintana Roo es el estado más interesado en el diseño de sitios web, las MiPymes de Quintana Roo y Jalisco son las que tienen el mayor interés por vender en línea, Yucatán es la entidad que más busca “agencias de marketing” y “community manager” y, Campeche y Chiapas son los estados que menos buscan herramientas digitales para sus empresas.
Adicionalmente, los datos del INEGI muestran que la CDMX (65.5%), Baja California (56.6%), Baja California Sur (54.5%), Aguascalientes (52.8%) y Nuevo León (52.0%), son las entidades federativas en las que un mayor porcentaje de los hogares cuenta con computadora. El mayor porcentaje de hogares con Internet corresponde a la CDMX (89.5%), Baja California (86.4%), Quintana Roo (83.6%), Jalisco (83.3%) y Aguascalientes (81.4%). En el caso de hogares con televisión de paga, los mayores porcentajes están en Michoacán (52.0%), Sonora (50.8%), Jalisco (50.3%), Sinaloa (49.7%) y Querétaro (48.9%). En el ranking de computadoras e Internet, Sinaloa ocupa las posiciones 11 y 6, respectivamente.
Otro dato relevante es el que refiere a hogares que disponen de dispositivos inteligentes conectados a internet o a una red local. En esta lista, el mayor porcentaje de hogares corresponde a Chihuahua (31.0%), Jalisco (29.9%), CDMX (28.7%), Baja California (28.4%) y Coahuila (28.1%). En cuanto a hogares que disponen de servicio de streaming, los mayores porcentajes están en Baja California (53.4%), CDMX (52.5%), Baja California Sur (50.7%), Quintana Roo (41.0%) y Chihuahua (40.6%). En estas listas, Sinaloa se ubica, respectivamente, en las posiciones 14 y 13.
Si la revisión de los datos se hace por usuarios de las tecnologías de la información, a la CDMX, Baja California y Colima corresponde el mayor porcentaje de usuarios de computadora; a Quintana Roo, Baja California y Jalisco el mayor porcentaje de usuarios de Internet y; a Baja California, Baja California Sur y la CDMX, el mayor porcentaje de usuarios de telefonía celular. Sinaloa se encuentra, respectivamente, en los puestos 17, 11 y 6. En referencia a usuarios de dispositivos inteligentes, las primeras entidades en la lista son Sonora (46.2%), Tamaulipas (41.0%), Yucatán (39.8%), Nuevo León (38.3%) y Chihuahua (37.7%), mientras que en porcentaje de usuarios de teléfono celular inteligente con conexión móvil a internet encabezan la lista Quintana Roo (93.5%), Sonora (92.9%), Sinaloa (91.9%), Baja California (91.7%) y Baja California Sur (91.6%).
Como se habrán percatado he presentado las entidades que lideran las listas en cada una de las variables a las que he hecho alusión, pero no he mencionado que en contraste otro grupo de entidades presentan valores relativamente bajos en los indicadores, haciendo evidente la existencia de una brecha digital que impide que la Economía Digital se manifieste en plenitud. En el mundo, el acceso a Internet es desigual, ya que mientras en Norteamérica es de 94.6 por ciento, en África apenas alcanza 39.3 y en América Latina el porcentaje promedio es de 68.9 por ciento. En México se estima que cerca de 25 millones de mexicanos no tienen acceso a Internet. Ya señalé que en la CDMX y Baja California cerca del 90 por ciento de los hogares cuentan con Internet, pero en Chiapas, último lugar en la lista, la cifra es de apenas 44 por ciento.
Cuando se habla de brecha digital no solo se hace referencia a la desigualdad en el acceso a Internet, sino también a la disparidad en el acceso y uso de las tecnologías de la información y comunicación (TICs) entre diferentes grupos de la población. Aquí se incluye la disponibilidad de acceso a Internet, pero también la posesión de dispositivos digitales y la capacidad para utilizar eficientemente herramientas tecnológicas.
Cerrar las brechas digitales es fundamental para garantizar el aprovechamiento amplio de las mayorías de lo que hoy se llama Economía Digital, ya que esta se va consolidando en el mundo, generando todo tipo de impactos sobre los agentes económicos y los sectores productivo, comercial y de servicios. Tenemos que caminar más aprisa en México y sus regiones, porque lo digital se considera ya como un factor de competitividad territorial, crecimiento económico, empleo y bienestar colectivo.
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Referencias:
https://www.statista.com/statistics/1042743/worldwide-digital-competitiveness-rankings-by-country/
https://www.primeweb.com.mx/pymes-en-mexico-digitalizacion
https://squareup.com/es/es/glossary/economia-digital
https://www.gaceta.unam.mx/la-brecha-digital-el-horizonte-de-las-desigualdades/
Encuesta Nacional sobre Disponibilidad y Uso de Tecnologías en los Hogares (Endutih). INEGI. 2023
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