El 4 de noviembre de 2025, la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo, *nombrada por la revista Forbes como la cuarta mujer más poderosa del mundo, fue víctima de abuso sexual en las calles de la Ciudad de México, a la vista del mundo entero.

Seis años han pasado desde que se decretó la Alerta de Violencia de Género contra las Mujeres (AVGM) el 21 de noviembre de 2019, por la entonces jefa de gobierno de la Ciudad de México, la misma Claudia Sheinbaum Pardo.

El decreto de la alerta de género fue resultado de años de lucha por colectivos feministas, sociedad civil y movilizaciones sociales de mujeres que han denunciado las violencias que nos afectan a mujeres, niñas y adolescentes en la Ciudad de México.

Muy específicamente, en agosto de 2019 se convocó a una manifestación en la Ciudad de México derivada de las respuestas institucionales ante el caso de una menor de 17 años que denunció haber sido presuntamente violada por 4 policías de la alcaldía Azcapotzalco.

Los comunicados oficiales del gobierno de Ciudad de México carecieron de toda perspectiva de género por parte de su secretaria de las Mujeres, Ernestina Godoy, y el secretario de seguridad Jesus Orta. En comunicados y entrevistas se mencionaba que los policías regresarían a sus funciones dado que la víctima no había continuado con su denuncia y las movilizaciones fueron descritas como provocaciones injustificadas.

Días después, por presión pública, la misma jefa de gobierno ofreció disculpas y convocó a mesas de trabajo, talleres y foros abiertos con un plazo máximo de un mes para generar programas integrales. El primer encuentro formal fue el “Diálogo Cero impunidad y justicia absoluta para las mujeres y niñas víctimas de violencia“, donde se instaló permanentemente una mesa técnica de trabajo.

Yo participé en dos de esas mesas de trabajo, junto con una veintena de mujeres.

Un sexenio después, con la alerta de violencia de género en la Ciudad, y viendo en tiempo real cómo un hombre puede acercarse a la presidenta y abusar sexualmente de ella, el grito para exigir justicia hoy parece que se hace en silencio.

La rabia que conlleva la derrota de saber que si eso le pasa a la mujer más poderosa del país, las mujeres de a pie no tenemos ninguna oportunidad de vivir una vida libre de violencia.

¿Quién protesta por la presidenta?

Las propuestas de 2019 locales y las propuestas federales de 2025:

Los datos de abuso sexual en Ciudad de México 2020 – 2025

Total ‘abuso sexual’ registros:19,680

Entre 2020 y 2025 se iniciaron 19,680 carpetas sobre “abuso sexual” es el segundo delito con más carpetas iniciadas después de “violencia familiar”.

Top 8 – Conteo de carpetas de investigación de todos los delitos con perspectiva de género en Ciudad de México entre 202 y 2025

Los comunicados oficiales de la Ciudad de México

En noviembre de 2020, el gobierno de la Ciudad de México presentó su primer informe con cifras que buscaban demostrar efectividad: más de 93 mil atenciones a mujeres en situación de violencia, 51 mil elementos policiales capacitados y 227 mujeres rescatadas que estaban en riesgo de violencia feminicida.

En noviembre de 2021, Sheinbaum declaró que la alerta “estaba funcionando” porque se había reducido el feminicidio en 25 por ciento de 2021 a 2018, y en 22 por ciento de 2021 a 2020. La Fiscal Ernestina Godoy informó un aumento del 175% en la detención de feminicidas.

En noviembre de 2022, el informe cambió su enfoque. Ya no se hablaba tanto de cifras absolutas sino de percepción: la percepción de mujeres que se sienten seguras incrementó 50 por ciento, la percepción de seguridad en la calle aumentó 70 por ciento.

Las muertes violentas de mujeres disminuyeron 31 por ciento (de 163 casos en 2019 a 111 en 2022). Sheinbaum destacó que había más feminicidas detenidos que feminicidios cometidos en el año.

En 2023 no se publicó boletín ni informe oficial sobre los avances de la Alerta de Violencia contra las Mujeres. Esto rompe con la práctica establecida de presentar informes anuales en noviembre, justo en el marco del 25N.

¿Qué está faltando?

El cambio cultural que se anuncia como punto de partida por la secretaría de las mujeres del Gobierno de México, Citlali Hernández, es fundamental para comprender por qué aun con mecanismos, legislaciones, protocolos, servidores públicos capacitados, el combate a la violencia machista- feminicida sigue siendo insuficiente.

El feminismo ha sido un movimiento y teoría político-social revolucionario cuyo sujeto político oprimido ha generado consciencia entre su propia clase para liberarse de su opresión. La opresión para las mujeres es el patriarcado y la violencia machista- feminicida.

Décadas han pasado desde que las mujeres en todo el mundo empezaron a generar conciencia de su situación de opresión en el mundo entre ellas mismas, para exigir una vida libre de violencia, derechos políticos, derechos económicos, equidad y libertades en todas las extensiones de la vida. “El método feminista es la generación de consciencia: la reeconstitución critica colectiva del significado de la experiencia social de las mujeres, cómo las mujeres la experimentan” . Las mujeres nos acercamos al feminismo por la experiencia violenta que compartimos siendo mujeres en el mundo.

El esfuerzo institucional ante una crisis de violencia como la que se vive en la ciudad de México y en el país debe enfocarse en un cambio cultural y social en la ciudad y en todo el país.

Diseñar estrategias multidisciplinarias e integrales con protocolos claros y eficientes de prevención primaria. Esfuerzos de prevención dirigidos a la sociedad en general. Esfuerzos enfocados en cambiar la capa estructural de educación y transformación, combate al machismo, misoginia y violencia simbólica para niños, adolescentes, y hombres. Una campaña de concientización no es suficiente.

Mientras esto no se atienda, los modelos de prevención que se propongan serán esfuerzos únicamente para contener la violencia.

Las mujeres mexicanas merecemos vivir libres de violencia.

Las opiniones expresadas aquí son responsabilidad del autor y no necesariamente reflejan la línea editorial de ESPEJO