En días pasados se presentó Tal vez me darás un reno, obra de Manolo Díaz. Empezar con que el Colectivo Los Pata Salada, ha sido un parteaguas en la escena local. Manolo es un creador escénico que ha encontrado en la dirección la posibilidad de llevar a escena sus propios textos, aquí hay una gran conversación con Manolo sobre sus procesos de montaje, pero eso será en otra ocasión.

Cuando digo que Los Pata son un parteaguas en la escena local, es porque Manolo encontró en la narraturgia la vía para contar historias, y eso generó una perspectiva de ver y hacer teatro en Mazatlán. Y es que básicamente hacer teatro es eso: contar historias. Una de las características que tiene la narraturgia es el estado confesional, el uno a uno que tiende a tener esta escritura, lo cual ha colocado al público en una posición “cercana” porque es a “” a quien le dicen, y sin duda esto -entre otras cosas- ha generado no sólo una estética propia, sino un público que conecta con esta forma. Alguien me decía al salir de esta función, “se me hizo algo moderno, alivianado”, y antes de que brinquen los expertos para decirme que no hay nada nuevo y me manden a Grecia con todo y Manolo para descubrirlo, creo que esta persona se refería a que se encontró con una puesta alejada a la solemnidad, con una forma de estar en escena que “dialoga” de manera distinta, y que dista mucho de la forma en la que se ha hecho teatro en el puerto.

Creo que un acierto/característica que tiene este teatro es el sentido del humor, la vis cómica que permite alejar de la “solemnidad”, vamos, no le rinde silencio al dolor -por lo menos el que la escena local nos ha pautado- y es justo eso lo que hace que nos resulte cercano, porque permite personajes cotidianos, entrañables, con dobleces, que se nos presentan como “posibles”.

Hay en “Tal vez me darás un reno” una pieza que Manolo tuvo en el tintero por un tiempo. Es que siempre hay algo que se quiere contar, siempre. Creo que las obras previas caminaron por la ausencia que después veríamos en esta obra. Hace tiempo me dijo que él siempre había querido escribir sobre un accidente que marcó a su familia, que sentía que no era su historia, pero su mamá le aclaró que sí, pues era una herida familiar. No sé si precisamente esta sea una sobre la memoria, creo más bien es la forma que encontró para reconocer que las heridas se heredan, es el reconocimiento al dolor y la pérdida que tuvo su madre, y que en esa noche “La bala”, su impacto, modificó los vagones del resto de la familia. Siento que Manolo se enuncia desde ahí, y habita la ficción con el rumor, con lo que percibe, con lo que intuye, y lo muestra desde esa forma que ha construido.

Tal vez me darás un reno” o tal vez me darás lo imposible, porque las pérdidas se aceptan con el tiempo, pero siempre son una vía rota.

Con un dispositivo sencillo -característico del grupo- dos actrices interpretan a las dos hermanas y otros personajes. Nene es la hermana mayor, y es interpretada por Montserrat Cuéllar. Este personaje se presenta como el ideal de hermana mayor, al menos para Nina es así. Nina es interpretada por Dulce Guzmán, a quien podríamos asignar como el personaje central, porque si bien Nene es quien pierde la vida, la lupa está en Nina, es decir, es Nene en relación a Nina, cómo Nina la “alucina”, la busca, la encuentra, le llora, la extraña. El pivote de esta historia está en dolor de Nina. La anécdota de la obra muestra un poco la vida previa al viaje, muestra la relación entre ellas y cómo es que Nene representa esta figura amorosa que todo lo sabe, que en todo ayuda. Después las vemos en el tren, en el viaje que emprendieron junto a su abuela paterna hacia “Reno”. El estruendo y luego llega el tener que buscar a Nene, en la búsqueda Nina se enfrenta a una situación cruda, inimaginable para su edad. Un golpe en la cabeza le permite ver a Nene, le permite asimilar que ya no está. El estruendo del choque sobrevive al tiempo y crea una fractura familiar. Las vías se dividen y los vagones familiares no pueden seguir juntos. Y es que siempre llega la culpa y produce un efecto dominó de dolor, pues ese accidente sin duda fracturó a una familia por completo.

Del trabajo de las actrices debo decir que me sorprendió mucho el Monserrat, hay una intuición nata por parte de la actriz, y una sensibilidad que le permite acuerpar y jugar. En conjunto con Dulce hay una relación establecida, tienen buena mancuerna. Decir que Dulce ha crecido junto con Manolo, y viceversa. Hablar de Los Pata es hablar de Dulce quien tiene una nutrida trayectoria, pero me atrevo a decir que es a partir de Los Pata que Dulce encontró el cómo habitar la escena. Y es claro que todo lo dicho en párrafos anteriores es posible por las actrices.“Reno” que es el destino del viaje, se convierte en imagen de lo imposible. Es que quizá le llamamos Reno al lugar donde están los renos, pero ¿cómo son? ¿caben en una caja de regalos de navidad? ¿qué podría pedir de regalo una persona que ha perdido un ser querido?… por eso creo que no es una obra sobre la memoria, sino el reconocimiento de la ausencia, del dolor, y claro, el teatro es también para eso. El teatro es también un lugar para enunciar lo propio, que, aunque no resuelva, a veces decir es suficiente.

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