Capacidades, experiencia, voluntad y deseos en México hay de sobra, y en marcha está un movimiento de la sociedad civil organizado en un Frente Nacional con profundas raíces estatales y locales.

¿Qué es la 4t?

Antivalores, corrupción, mentiras, desastres, traiciones, calamidades, odio, desunión, huachicol y oropel. Más miseria política no puede haber. 18 años de aspirar al poder para destruir al País, como si el desarrollo dependiera de un regreso al oscurantismo medieval, a la restauración de los feudos políticos y al de la represión y amenaza a quienes piensan diferente.

Desde el 2018 AMLO tenía claro lo que quería y del grupo internacional del que formó parte: constitucionalizar el virus del comunismo, y en México no había forma de evitarlo. Por un lado, la credibilidad de los partidos era insostenible y la corrupción brotaba por doquier, y por el otro, como la escalera para acceder a un puesto de elección y ser parte del primer círculo del poder era precisamente la sumisión y deshonestidad, el expediente de gobernadores, senadores, diputados y uno que otro magistrado y comisionado era judicialmente insalvable. AMLO lo sabía y la UIF, la FGR y la SHCP hicieron lo suyo.

Para enero del 2024 AMLO ya tenía el control del rompecabezas que le garantizaría la continuidad del proyecto de su ideología, que no el de México, y el 5 de febrero anunció el tiro de gracia de la república, como empezó a suceder a partir de septiembre del año en curso.

El “segundo piso de la 4t” no es un proyecto para hacer Grande a México, sino la organización política que las dictaduras en Iberoamérica han impuesto en sus países; un guion sin variantes en el discurso ni en las reformas que implementan, y cuyos efectos y consecuencias, en el caso de nuestro País, los quieren apilar en un segundo piso, ya que el sótano y el primer nivel está llenos de toda esa basura que el gobierno ha acumulado del 2018 a la fecha. Y que por lo mismo, ya ungida Presidente, CSP alzó las paredes de ese relleno sanitario para depositar lo que queda de la república, la libertad, la democracia, el conocimiento, la dignidad y los valores.

CSP no gobierna para la realidad, sino alucina que sus decisiones son de Estado y que el pueblo bueno y sabio es quien gobierna, sin darse cuenta de los efectos directos indirectos que el gobierno les hace en su nombre. El grueso de esa población no le permite ver lo que el día siguiente le depara ni se ofende por ser parte de una clientela electoral. A esa población le es imposible entender la manera en que en su nombre la 4t les corta su futuro y los condena a la mendicidad y a la proliferación de los antivalores, y ni idea tienen del costo que en sus familias tiene la deuda pública, el déficit gubernamental, la corrupción e ineficiencia, la desaparición de los organismos autónomos, la mediocridad del Congreso, y lo que en un corto futuro será la SCJN, junto a un Poder Judicial a cargo de ignorantes e improvisados. Para ese pueblo, al que CSP se le destila la boca al mencionarlo, sólo una fecha le importa: el día que reciben la dádiva y si esta se amplía dentro del núcleo familiar mucho mejor.

CSP debe saber que su gobierno quedó dentro de la Trampa de la Pobreza que AMLO construyó. No creo en su ingenuidad y sólo desde adentro tiene la manera de salir de ella y trabajar para un México sin pobreza ni mendicidad.Un país educado y formado, y con una división de poderes cualitativamente autónoma y soberana, es un país libre e independiente. Destino al que la 4t odia, se opone y critica.

Seamos claros. México ni idea tiene de lo que significa navegar con las fortalezas que tienen las naciones del Primer Mundo. Por alguna razón, explicable pero no aceptable, al gobierno no le ha interesado hacer lo que los gigantes de occidente hicieron para ser lo que hoy son, sino conformarse a navegar con los vicios una romanización contaminada por el parasito del comunismo, como ha sucedido del 2018 a la fecha.

Desde el cuadrante que se analice, las naciones comunistas navegan al interior del cuadrante XY negativo, y mientras más se profundiza dentro de esos ejes cartesianos más visible es la autocracia, la corrupción, la destrucción, la represión, el empobrecimiento, la enajenación y los antivalores. Y la única manera de hacer que México se acerque al cuadrante XY positivo es lograr imponer un gobierno cuyo propósito inamovible sea ese. Lo que no existe en México. Pero ello no quiere decir que no lo podamos hacer. De ahí a que a nosotros la sociedad civil nos compete luchar para que así suceda.

Entendámoslo y que el gobierno lo sepa. Nosotros somos los pasajeros, no la tripulación, y si México es como ese titanic que yace en el fondo del mar, la culpa no es nuestra sino de un estado de derecho que selecciona capitanes y tripulantes sin experiencia ni capacidad.

Mediocres y vende patrias ha sido la regla que desde hoy debemos luchar por revertir y tener en mente que nuestro deber como ciudadanos, comunidad y nación, es que nuestro gobierno se caracterice por tener el expertise que sus 32 motores y 2,469 engranes necesitan para que funcionen como deben de funcionar y lo redireccione a la superficie donde navegan las naciones del Primer Mundo. Una vez ello, en pocos años México será uno más de los gigantes que caracterizan a Occidente.

No hay que esconderse en justificaciones mediocres. AMLO primero y CSP después, insiste en que los problemas socioeconómicos de México nacieron con los neoliberales ya FCH le endosan todas las culpas de la inseguridad. Más miseria política no puede haber, pero le debemos recordar cosas en particular: la primera es que AMLO se formó en lo que Vargas Llosa denominó la dictadura perfecta, y que al alfil que puso en la CFE, fue el ideario de los fraudes patrióticos , con los que Morena revivió su carros completos en el 2024; la segunda es que en todas las entidades que gobierna Morena, incluyendo al País, ha crecido la inseguridad y en muchas de ellas los cárteles tienen una gran influencia y presencia política, habiendo otras que como Guerrero Morena la ha convertido en un narco estado, incorporado hoy Tabasco, Chiapas y Tamaulipas.

La pregunta entonces ¿Cómo podemos recuperar a México?

La clave está en nuestra capacidad para seleccionar a una tripulación con el expertise para hacer que sus 32 motores y 2,469 engranes funcionen de manera armónica, sincronizada, interdependiente y complementaria. Ni Morena ni los partidos tienen esa capacidad o voluntad y recordémosles que nosotros somos los pasajeros, no la tripulación, y que nosotros no llevamos al titanic donde hoy está, sino el gobierno. Pero también, que es demasiado ingenuo creer que la solución a los graves problemas de México está en adornar nuestros camarotes con cartones 3d.

Recuperar a México está en nuestra fuerza y capacidad para poner en el cuarto de máquinas la tripulación adecuada y con el expertise adecuado, y que nuestro capitán sea quien se ha preparado para llevar a México al puerto donde se respira libertad y democracia, y donde el progreso es consecuencia del esfuerzo. Capacidad, experiencia, voluntad y deseos en México hay de sobra y hasta para exportar. El objetivo es seguir con este movimiento hasta que sea la voz y representante de la ciudadanía.

No hay duda.

A México le debemos extirpar el parasito del comunismo, ese virus que detonó la meningitis que le ha paralizado el cerebro y la medula espinal, y que hoy lo agrava el síntoma de una encefalitis que hace alucinar al gobierno en general y a CSP en particular al confundir pobreza con prosperidad, mediocridad con formación, violencia con paz y dictadura con democracia. Pero esos cirujanos no están en Morena ni en ningún otro partido, sino en la sociedad civil que hoy se ha organizado en un Frente Nacional. Y que quede claro, firme y tajante. El objetivo del FCN no es ser un partido más ya que de antemano un partido que engrosa la cesta de partidos en gangrenado se pudre.

Que el FCN debe lograr su registro como partido, no hay duda ni forma de aspirar a un puesto de elección. Pero al erguirse en un movimiento abocado a recuperar a México, hay necesidad de pensar en el todo, no en uno de sus segmentos e intensificar el diálogo político con los constitucionalistas en primer lugar, a fin de desterrar la tanta basura que la Constitución hasta hoy le permite al gobierno.

Es incuestionable que México debe aspirar a ser una nación de Primer Mundo y ello es factible. De las naciones que a los pocos años de independizarse se industrializaron y desarrollaron son de quienes debemos aprender, como ellas lo hicieron de quienes eran las potencias de esos períodos. Independientemente de donde sea su localización geográfica, tienen un común denominador: Aseguraron que la Constitución garantizara las mejores decisiones de Estado, y que los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial quedará en manos de los ciudadanos más capaces, honorables y de moral inquebrantable. El resto, y me refiero a la estrategia académica, económica y social, fue consecuencia y en pocos años ya navegaban en el cuadrante XY positivo, donde los éxitos y las realizaciones empezaron a ser sus cosechas periódicas e intergeneracionales.

En ningún caso de nación exitosa, el Este fue el ejemplo a seguir, y a diferencia del auge ideológico y temático que surgió del comunismo a mediados del siglo xx, hoy es objeto de calificativos desagradables y de verdaderas parias en sus gobiernos.

Volvamos a lo que nuestra realidad es.

La 4t es el retroceso más destructivo en la historia política de México y ha resultado una vergüenza internacional presumir un segundo piso donde se apila lo peor de la sociedad y una muchedumbre que el gobierno la ve como un cliente-elector. Desde el 2018 a la fecha, en todas las métricas internacionales México retrocede y hoy ocupa lugares vergonzosos en corrupción, inseguridad y desarrollo humano. No me centro en señalar lo que es un programa de acción sectorialmente detallado, sino enfatizar el virus que a México le debemos extirpar, ya que una vez hayamos recuperado a nuestro paciente que es México, lo demás saldrá por añadidura y será consecuencia de un  gobierno a cargo de las más altas virtudes.

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