Según la Base de Datos de Perspectivas Económicas Mundiales del Fondo Monetario Internacional, la economía mexicana ocupa ahora el lugar número doce a nivel global. Con un PIB de casi 30.5 billones de pesos al término de 2023, México superó en tamaño a economías desarrolladas como Corea del Sur, España o Australia.

Con un crecimiento anual que se calcula preliminarmente en 3.5%, México cierra el 2023 rompiendo con todo pronóstico. Echando una mirada hacia atrás, vemos que las previsiones económicas para el año pasado eran sombrías. Por ejemplo, la Encuesta Citibanamex de Expectativas, publicada en febrero, esperaba un crecimiento anual en el PIB mexicano apenas superior al 1%.

El crecimiento en el PIB superó incluso a la estimación del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas -cuyas predicciones están caracterizadas por ser, generalmente, las más optimistas- que decía esperar un avance entre el 1.2% y 3%.

Las razones para que el 2023 fuera lo que algunos autores han denominado “un año soñado” para la economía, son diversos. La política monetaria restrictiva que mantuvo altas las tasas de interés de los activos mexicanos, ingresos por remesas en máximos históricos y el optimismo económico generado por la promesa del nearshoring son algunos de los más destacados. Además, las exportaciones mexicanas hacia los Estados Unidos crecieron 4.3%; es así que México supera finalmente a China como su principal socio comercial, acaparando el 15.7% del total de intercambios internacionales del vecino del norte.

Otro factor a tomar en cuenta es el tipo de cambio. La negación de la Reserva Federal estadounidense a bajar sus tipos de interés, junto con un enorme abanico de factores, han propiciado un fortalecimiento del peso frente al dólar. Esta apreciación de la moneda nacional también contribuye en gran medida a la mejora en los resultados en la comparación del FMI, que se realiza en dólares.

Gabriel Yorio, subsecretario de Hacienda y Crédito Público, opina además en una columna para El País:

El crecimiento de México se debe en gran parte a una serie de políticas públicas orientadas a la oferta, iniciadas al comienzo de la Administración de López Obrador. Estas incluyen reformas laborales profundas y una gestión financiera estratégica que han propiciado un entorno favorable para la inversión.

A pesar de haber alcanzado una posición tan celebrada en este ranking, es otra historia cuando hablamos del producto interno bruto per cápita, es decir, el PIB repartido entre el total de la población. Este ranking suele usarse para representar de mejor manera la riqueza generada por un país y su nivel de vida, al comparar el ingreso nacional con la cantidad de residentes. Los países que encabezan esta lista serían Luxemburgo, Irlanda, Suiza y Noruega. México ocupa el lugar 70 en esta categoría. A pesar de esto, se puede considerar una mejora considerable, ya que en el 2022 México se ubicaba en la posición 81 de 213 países y territorios listados.

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