Eso sí que es libertad. Así que, ante el caos que vocifera ser contemplado y, hasta que el algoritmo nos alcance, yo zafo.
María Julia Hidalgo
Señora Sinaloa. Sobreviviente sinfónica, surco sediento, sierra suelta, sin seguridad sueña… sigue soñando. Siembra siempre supremos sabores… sin sangre, Señor, suelo sin sangre.
hoy, lunes 20 de enero, somos testigos de la llegada por segunda vez del presidente del país vecino.
Vivió feliz, pero al poco tiempo sintió hastío, no lo podía explicar, su congoja crecía.
Por qué se ha vuelto tan complicado lograr un rato de paz, porque estamos metidos en una carrera sin tregua donde tener y acumular se nos ha convertido en un vicio.
Yo me comía unos tacos, ellos tirados se cubrían del frío. Esa imagen estrujante fue el punto de partida, dice Adrián González, para escribir El gran circo.
Cuando se enteró de que era padre, el muchacho ya tenía 16 años. La madre huyó apenas lo sintió en el vientre; no le hizo saber...
Así nos dejan nuestros muertos, reclamando un tiempo que nunca fue suficiente en un íntimo dolor que intenta compartirse y disminuirse con los que aún estamos.
La sepultaron con su sabiduría y su reciedumbre. Nadie la había superado. Sus descendientes fueron débiles, malentendieron sus enseñanzas.
Allí empezó todo mi mal, primero el insomnio y luego los dolores de cabeza, pero más bien pienso que eso es porque no duermo, no descanso lo suficiente, aunque dormir no es descansar.
