Debido a la pandemia por Covid-19, las reuniones virtuales han reemplazado las interacciones cara a cara en un importante número de empresas que han tenido que ajustar su dinámica de operación para, a través del home office, mantener la productividad de sus equipos. En este proceso, se ha perdido la convivencia social que solía ser una característica de la jornada de oficina.

La recuperación de la interacción social durante el trabajo remoto fue el eje central de una reciente investigación de parte de Microsoft e investigadores de la Universidad de Cambridge, en la que, a través de entrevistar a equipos de trabajo en distintas partes del mundo, descubrieron cuánto han mermado las relaciones personales entre colegas durante la pandemia.

Los investigadores  encontraron que las conferencias virtuales están creando sus propias normas conversacionales en torno a la cortesía y la etiqueta, además de estar influenciadas por relaciones y jerarquías preexistentes en las organizaciones, y los momentos más divertidos, donde la gente charla de forma natural, son difíciles de replicar en este mundo virtual, por lo que propusieron una serie de consejos para ayudar a los equipos  a recuperar esas importantes interacciones lúdicas entre compañeros que son esenciales para la productividad:

Planificar reuniones informales. Las reuniones sociales que utilizan conferencias virtuales no pueden ocurrir en momentos aleatorios. Durante su jornada, es común que los colaboradores se desconecten de los mensajes que no estén relacionados con su trabajo, sofocando la informalidad.

Para esto, los investigadores sugieren programar reuniones de convivencia para continuar con algunos de los hábitos tradicionales de los oficinistas, como la hora del café o del refrigerio. Esta clase de actividades pueden ayudar a establecer conexiones, especialmente para los nuevos colaboradores que ingresaron a laborar directamente en modo remoto y no conocen personalmente a sus compañeros. Es importante permitir que el equipo pueda participar y desconectarse de las conversaciones de trabajo mientras realizan esta dinámica.

Los investigadores mencionan también que, agendar rutinas de socialización, pueden ayudar a reducir los temores de los jefes sobre la pérdida de productividad pues son menos disruptivas para los flujos de trabajo de los empleados.
Permitir la diversión. Aunque las reuniones virtuales han sido una experiencia nueva para muchos, las formas tradicionales de comportamiento persisten, particularmente entre el personal de mayor tiempo en la empresa.

Para esto, el equipo de Cambridge sugiere permitir formas divertidas de comunicarse, como el uso de emojis o gifs para reaccionar a lo que se dice en la reunión, así como el uso de filtros de cámara. Los cuestionarios, juegos y otras actividades compartidas también pueden ayudar a promover las interacciones sociales.
Permitir el multitasking. Hacer otra cosa mientras se supone que debes estar en una reunión de Zoom es una tentación a la que muchos sucumben. No sorprende que los organizadores de reuniones y los compañeros de equipo a veces encuentren esto como una falta de respeto o una distracción.

Sin embargo, el equipo de Cambridge menciona que la multitarea en realidad puede ser útil en las reuniones virtuales dado que los empleados entrevistados comentaron en la investigación que les resultaba difícil mantener la atención en las sesiones, especialmente cuando el tema en turno no los involucra, por lo que la multitarea los ayudó a reducir la llamada “fatiga de Zoom”, dejándolos libres para concentrarse en las partes de la reunión que tocan tópicos relacionados con ellos.
Evitar grupos demasiado grandes. Las reuniones virtuales han permitido que sea más fácil interactuar con grupos más grandes dado que la tecnología permite a las personas superar las barreras físicas para reunirse con el personal de otros equipos y ubicaciones.

Pero en grupos grandes, dicen los investigadores, los temas de conversación inevitablemente se volverán más generales y, por lo tanto, menos específicos para los individuos que participan, por lo que pueden entonces encontrar la reunión menos valiosa que si hubieran estado en un grupo más pequeño.

El informe de Cambridge concluye que además de permitir el flujo de operaciones, las herramientas virtuales pueden también ser utilizadas para reemplaza