Un año de gobierno le bastó al gobernador Rubén Rocha Moya para dejar en claro que, si algo o alguien no le gusta, simplemente será desterrado.

Hay una lista pública de esas personas o cosas que no le han gustado tenerlas cerca y que, sin empacho, ha eliminado de su círculo cercano ahora que se encuentra en el poder.

Pero antes de comenzar con esa lista, es importante conocer que este tipo de acciones no son nuevas de su parte, pues cuando fue rector de la Universidad Autónoma de Sinaloa en la década de 1990 también actuó de manera similar.

Ahora, 30 años después, Rocha Moya ha reincidido en su particular manera de ejercer el poder.

AQUÍ LA LISTA DE ¿LOS TRIUNFOS?:

JUAN JOSÉ RÍOS ESTAVILLO

“Yo tengo un acuerdo con el fiscal que lo hemos trabajado juntos el gobernador actual (Quirino Ordaz Coppel) y yo, de que vamos a hacer un cambio antes de que concluya su periodo constitucional”, señaló Rocha Moya el 30 de septiembre, un mes antes de tomar posesión del gobierno de Sinaloa.

El entonces Fiscal General no respondió a las declaraciones, pero el acuerdo con Rocha Moya era que la salida del Fiscal General se diera en un tiempo estimado de dos semanas antes de rendir protesta como gobernador.

El problema era la mala relación entre el principal aliado del gobernador electo, su secretario general Enrique Inzunza Cázarez, quien desde su carrera en el Poder Judicial tenía un choque con Ríos Estavillo, quien fue presidente de la la Comisión Estatal de Derechos Humanos y luego Fiscal General.

El acuerdo se cumplió, el 18 de octubre Ríos Estavillo, considerado un obstáculo para la administración de Rocha Moya por Enrique Inzunza Cázarez, envió su carta de renuncia admitiendo que ante la solicitud del gobernador le sería imposible seguir.

JUAN CARLOS SAAVEDRA ORTEGA

Era comisionado estatal de búsqueda de personas desaparecidas en Sinaloa, un hombre designado en la administración de Quirino Ordaz Coppel bajo las órdenes de Gonzalo Gómez Flores, pero también significaba mantener parte del pasado en el gabinete de Rocha Moya.

Ese pasado, además, no era terso, sino el más oscuro, el de espionaje.

Era enero de 2022 y Enrique Inzunza Cázarez anunciaba presunto espionaje en el gobierno de Sinaloa, por ello dio de baja a 45 personas de la dirección de gobierno. Eran personas que hacían reportes de actividades de personas específicas, pero dentro permanecía un problema más grande.

La unidad de Saavedra Ortega compró un equipo que se usa para espionaje, uno cuyo programa lleva por nombre UFED, de la empresa Cellebrite, el cual solo puede ser usado únicamente por fiscales bajo permisos de víctimas y de jueces de orden federal.

Saavedra Ortega se mantuvo en el cargo por solicitud de colectivos de búsqueda de personas desaparecidas en Sinaloa, por lo que darlo de baja significaba un mal mensaje, pero el equipo de espionaje fue una oportunidad que no se dejó pasar.

En enero se le solicitó su renuncia y él accedió.

RUTH DÍAZ GURRÍA

Era secretaria de Bienestar y Desarrollo Sustentable y dejó la dependencia como un mensaje para todo el gabinete: nadie puede hacer un desplante contra sus trabajadores, menos contra aquellos que Rocha Moya contrató directamente.

Díaz Gurría era una carta que llegó desde la Ciudad de México, recomendada por el Presidente Andrés Manuel López Obrador, de quien fue su secretaria técnica.

Sin embargo, su mala relación con empleadas y empleados de la Secretaría causó indignación con distintas personas, entre ellas María Inés Pérez Corral, entonces subsecretaria de Planeación, quien en su página oficial de Facebook reveló malos tratos y despidos.

Rocha Moya llamó la atención a la secretaria y esta decidió renunciar horas más tarde. En su lugar quedó Pérez Corral.

HÉCTOR MELESIO CUÉN OJEDA

Este fue el movimiento de mayor escándalo en el primer año de Rocha Moya.

Cuén Ojeda no es del agrado de un gran número de personas que integran Morena, pero él y su instituto político, el Partido Sinaloense (PAS) lograron incluirse en las elecciones de 2021 para ir en una alianza común para impulsar a Rocha Moya.

Fue un acuerdo que no pareció al interior de Morena, un partido sin estructura política local. Hubo riñas, desplegados, señalamientos, reclamos y cuestionamientos durante la campaña política, pero hubo un acuerdo que se firmó a nivel nacional y no pudo romperse.

Rocha Moya solo sonrió y permaneció así hasta mayo de 2022, cuando despidió a Héctor Melesio Cuén Ojeda de la Secretaría de Salud.

La excusa fue no desistir de las demandas contra periodistas, a quienes acusó de daño moral. Una de ellas fue contra el periodista Luis Enrique Ramírez, asesinado el 5 de mayo en Culiacán, así como contra María Teresa Guerra Ochoa, ex columnista y actual secretaria de las Mujeres.

Pero antes reprochó el activismo político de Cuén Ojeda siendo secretario de Salud y malos tratos a funcionarios contratados por él. La relación entre ambos, sin embargo, no se dañó.

“No traigo mi celular, pero ahí dice que quedamos como amigos… esas son las cosas que ocurren en estos quehaceres”, dijo Rocha Moya el 19 de mayo en conferencia de prensa.