¿Cómo crear una cultura de la legalidad cuando a veces observamos que no se garantizan los derechos por igual por parte de los gobiernos y la justicia es selectiva?

Tatiana Clouthier considera que las personas deben entender que la cultura de la legalidad es un proceso, y justo por eso el término alude a la cultura, en el cual uno va culturizándose no solamente a uno mismo, sino a la sociedad en forma conjunta.

Y dado que es una ruta que se va caminando, explica, uno tiene que ir viendo cómo se va avanzando y no cómo se va justificando para decir “no lo cumplo”.

“Uno va conquistando la cultura de la legalidad, vamos a decirlo así, el que otros decidan hacer lo mismo porque en el proceso de la cultura de la legalidad uno va ‘enamorando’ a los otros a entender que es un tema de conveniencia en favor del todo, para poder que avancemos como sociedad”, sostiene.

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En síntesis, la cultura de la legalidad es apegarse a cumplir con las nomas en favor de un bien mayor. Sin embargo, al preguntarle a Tatiana si considera que para alcanzar este conjunto de valores, es necesario primero confiar en los gobiernos, hace primero alusión a la obra de Leoluca Orlando, ex alcalde de Palermo, Italia, quien dice que este proceso tampoco se da de la noche a la mañana.

En su libro “Hacia una cultura de la legalidad: la experiencia siciliana”, Leoluca narra cómo Palermo logró cambiar de la cultura de la ilegalidad a finales de los años noventa hacía una cultura de la legalidad, esto tras un esfuerzo para expulsar a la mafia de los más altos niveles de la política nacional italiana.

“Leoluca Orlando dice que no es una cosa que se da en el corto plazo, es una ruta, y es como una carreta en donde por un lado una rueda es la sociedad y la otra es el gobierno; y lo que uno va haciendo es que vaya caminando la carreta de forma coordinada para poder que avance y no que se quede dando vueltas en forma circular”, argumenta.

La ex secretaria de Economia de la Cuarta Transformación sostiene que la cultura de la legalidad tampoco es una sumisión hacia el gobierno, ya que piensa que uno no se somete a la ley, sino que la tiene que cumplir.

“¿Por qué? Porque entra la conveniencia de cumplir la misma porque ésta le provee consideraciones para avanzar como sociedad”, explica.
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Reitera que la cultura de la legalidad tampoco es una medicina, en el sentido de tomarse una pastilla y al día siguiente uno amanece aliviado, es todo un proceso de vida, comenta.

Posteriormente indica que en los lugares donde se ha implementado este mecanismo ha tomado entre 10 y 15 años, principalmente para recuperar los espacios que se fueron perdiendo, porque se fueron cediendo, “no porque se nos quitaron”.

“La sociedad decidió ceder esos espacios, de forma obligada o no, a otros grupos de la sociedad en donde fueron dejando espacio para que los otros fueran creciendo”, opina.
Para ello, continúa, es necesario modificar la cultura para poder avanzar hacia donde uno considere que debe ir caminando: “Entonces, otra vez, no es una medicina mágica es un proceso”, reitera.

Tatiana Clouthier es optimista con este modelo, e informa que el tema ha dado resultados en muchos lados del mundo, por lo que piensa por qué no puede dar resultados en Sinaloa, ya que es para resolver problemas de fondo.

Cabe destacar que estas ideas serán expuestas el próximo sábado 18 de febrero en Culiacán, en un taller titulado “Por una cultura de la legalidad que sume a la paz”, organizado por La Casa del Maquio A.C., donde también estará acompañada de Luis Pérez de Acha.

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Detalla que el taller va en dos caminos; uno, poder compartir lo que ha sucedido en otros lados del mundo a partir del cumplimiento de la cultura de la legalidad como ruta para lograr una sociedad en donde podamos tener un espacio de paz a partir de la construcción de los que vamos cediendo como sociedad.

Y por otro lado, analizar qué es lo que esperan del taller los participantes, es decir, por qué él, ella o ellos decidieron tomarlo y cuáles son sus expectativas.

“Lo que queremos es que salgan con un plan para caminar esta ruta de forma coordinada hacia lo que ellos esperan, pero no es una cosa que nosotros venimos a imponer, nosotros venimos a compartir lo que ha sucedido en otros lados del mundo a partir del cumplimiento de esta ruta hacia lograr una sociedad en donde se pueda caminar con el estado de derecho, en la creación de paz, y en donde la sociedad va recuperando los espacios que le fue cediendo al crimen organizado”.