Culiacán, Sin.- Sobre la muerte de un bebé en el campo agrícola Ruiz Cortines hace unos días, en Guasave, Guillermo Gastélum Bon pidió diferenciar entre un albergue agrícola y una cuartería, esto con la finalidad de no estigmatizar a los empresarios agrícolas organizados.

Si bien manifestó que esto no es para deslindar al sector, aseguró que los productores adheridos a la Confederación de Asociaciones Agrícolas del Estado de Sinaloa (CAADES) cumplen con todos los estándares en sus albergues.

“Si bien es cierto, históricamente existe esta problemática, pero ha llegado a tal la evolución de los productores de estarles brindando techo, piso de cemento, baños con todas las condiciones, y eso te lo puedo recalcar como ex presidente de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán, de que sí se llevan esas condiciones en los albergues agrícolas”, aseguró.

El productor de alimentos de tercera generación en la región y hoy presidente de la COPARMEX en Sinaloa, dijo que se tiene que dejar muy claro principalmente entre la población la diferencia entre un alberge agrícola y una guardería.

¿Quiénes habitan los albergues?

Son los colaboradores (jornaleros) que se traen de otros estados por medio de trabajadores directos de los productores, los cuales son avalados por cada asociación de agricultores.

“Me voy a enfocar en lo que me ha tocado vivir, que es en el Valle de Culiacán y Navolato. Entonces, desde su lugar de origen se trae una bitácora, un protocolo, cómo se llama, cuánta gente lo acompaña, se les revisa clínicamente para que no sean portadores de algún virus. Me estoy enfocando ahorita en la atención en albergues”, explica.

“Hay empresas que tienen su propio consultorio de primer nivel, aparte de tener seguridad social en el IMSS, para primero atenderlos en primera instancia. Si hay algo que escale a un mayor problema de salud, se gestione ante el IMSS”, defiende.

 

Estos contratadores de los grandes productores del estado tiene la tarea de contratarlos para todo el ciclo agrícola, luego son hospedados en albergues, los cuales cuentan, afirma, con toda la certificación incluso abalado por estándares internacionales.

Guillermo Gastélum Bon reconoce que esta evolución en las mejoras laborales entre sus colaboradores es porque el mismo comercio internacional lo exige, de lo contrario, sus consumidores dejarían de comprar sus hortalizas, por lo que tienen que cumplir con el Fairtrade.

El Comercio Justo Fairtrade

El Comercio Justo, o Fair Trade,  es un enfoque comercial que busca promover una mayor equidad en las transacciones comerciales, especialmente con productores y trabajadores en países en desarrollo. La idea principal es garantizar que los productores obtengan un trato justo, tanto en términos de precio como de condiciones laborales, promoviendo prácticas sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.

Ahora, ¿quienes habitan las cuarterías?

 

El empresario agrícola informó que este fenómeno se da entre los pequeños y medianos productores, y que en muchos casos las personas que vienen a trabajar en sus campos son “gente que viene por la libre”, es decir, que no vienen contratados por el agricultor, sino por lo que denominó “coyotes”, quienes finalmente los hacinan en cuarterías sin brindarles los mínimos requerimientos de seguridad, salubridad, sanidad, y que por supuesto, al ser una contratación informal no acceden a los servicios de salud como el IMSS.

“Entonces, en estas cuarterías sucede este tipo casos lamentables donde fallecen niños, que muchos ya vienen desnutridos, violencia interfamiliar; entonces, no con esto estoy tapando el sol, sino que son diferentes y muchas veces se estigmatiza al productor agrícola organizado de que es un mal patrón, lo cual no es así”, justificó.

“Tenemos nuestras reglas de comportamiento ético, pero sigue siendo el fenómeno el ‘enganche’ de que esta gente venga sin nada. ¿Y por qué se da el fenómeno? Porque esta gente en las cuarterías existe una rotación diaria de ir a diferentes predios agrícolas a cosechar y se les paga saliendo de cosechar. Entonces, a veces prefieren ese incentivo en lugar de trabajar en una agrícola organizada”, detalló.

 

¿Por qué se tolera esta práctica?

 

El presidente de la COPARMEX en el estado sostuvo que la reincidencia de este fenómeno existe por los “enganchadores”. Aunado a ello, los pequeños y medianos productores no tienen la capacidad de administrar a la gente, en muchos casos, por la falta de mano de obra calificada para la cosecha y para las diferentes laboras agrícolas.

De esta manera, la dinámica de los jornaleros que vienen “por la libre” es rotar, hasta diariamente, de campo en campo y de predio a predio en los diferentes cultivos de la región como de chiles, cebollas, tomatillos, etc.

“No es quitarnos nosotros de golpe como patrones. Yo creo que existe la autoridad, de salud, de trabajo, la Secretaria de Gobierno, que son las encargadas y que hemos pedido mucho la regulación de  esas cuarterías. No nomás existen en Juan José Ríos o Ruiz Cortines, hemos señalado mucho a Villa Juárez, también se da, pero esas cuarterías no pertenecen a productores agrícolas”, explica.

“Y no quiero quitar la responsabilidad, pero es muy difícil para un patrón estar localizando, si la autoridad no lo hace, cómo vamos a comportarnos nosotros los productores con una función de investigación de policía. Entonces, es una fenómeno que se da, hay que dejarlo bien claro. Muchas veces el colaborador prefiere estar informal porque se les paga al final de la jornada”, comenta.

 

Se debe atacar el problema de raíz

 

Gastélum Bon lamenta de nueva cuenta que con este tipo de casos en las cuarterías se estigmatice al productor organizado; señala que no es rehuir de la problemática y asegura que siempre han estado en disposición de ayudar, colaborar, defendiendo las buenas prácticas que están funcionando principalmente en el Valle de Culiacán y Navolato.

Al respecto, mencionó que están  dispuestos a compartirlas con otros productores y cómo llevarlas, aunque indicó que es un costo adicional para los patrones darles todos estos beneficios a sus colaboradores.

Finalmente, sostuvo que esta asimetría entre pequeños y grandes agricultores se viene agrandando por la falta de apoyos que había por parte del Gobierno Federal, como las guarderías, la construcción de albergues dignos.

“No nomas se trataban de albergues, sino de alimentación y educación. El problema es complejo, grave, hay que atacarlo desde raíz junto con la autoridad. Hay que decirlo: el empresario agrícola ha evolucionado en este tema para que nuestros colaboradores estén en las mejores condiciones”.