Culiacán, Sin.- Para los especialistas en archivística y restauradores del Congreso del Estado, hay documentos que ascienden al carácter de histórico desde el momento que ingresan a la ventanilla de Oficialía de Partes, tal es el caso de las iniciativas ciudadanas o los informes del Poder Ejecutivo.

Pero los mismos decretos aprobados por los legisladores ante el Pleno, los acuerdos o dictámenes también van trascendiendo a esa categoría con el tiempo. La concepción que se tiene es que, de aquí a cien años, dicha documentación explicará la historia de lo que en algún momento fuimos; de ahí la importancia de preservarlos.

Estas normativas tuvieron una justificación jurídica apenas en 2018 con la expedición de la Ley General de Archivos y con la ley estatal en 2020.

Actualmente al interior del Congreso se vive un proceso de mudanza del viejo archivo histórico a uno más amplio y con todas las regulaciones exigidas por esta legislación, en lo que será un nuevo edificio. De ello nos hablaron Arturo Aguirre Vilchis, conservador responsable de la parte histórica y Héctor Enrique Valenzuela, Jefe del Departamento de Documentación y Análisis, quien coordina los trabajos del archivo.

Ambos trabajadores nos informan que todavía existe una dispersión documental en todas las áreas del Congreso y que aún hay bodegas que no han podido hacer acopio de ellas, porque los espacios del actual archivo histórico ya son insuficientes cuando la obligación es concentrarlos y organizarlos.

Comentan que la ley de archivos exige tener primero un archivo de concentración, que es donde se van resguardando los archivos y documentos que va produciendo la institución, en tanto se revisa su valor para posteriormente ser objeto de resguardo en el archivo histórico.

“Ambos pueden ser susceptibles de una revisión, pero, sobre todo, el archivo histórico tiene la cualidad de que ya todo lo que está ahí es de acceso público. Entonces, principalmente es eso, pero la ley también exige que el primer criterio es que somos custodios de esa información que no nos pertenece, porque es producción del propio Poder Legislativo, pero también por derecho de acceso a la información”, precisa Arturo.

“Entonces, la idea de estar en un nuevo edificio, esto en principio, por cumplir las normas técnicas nos piden que cumplamos hasta en un 60 por ciento de espacio para crecimiento a futuro, cosa que ya no tenemos aquí”, continúa.

Independientemente de lo anterior, la demanda de una reubicación del archivo por sus propios trabajados comenzó desde antes, en 2013, derivado de las afectaciones que tuvo el Congreso por el paso del huracán Manuel, fenómeno climatológico que afectó el 35 por ciento del material que estaba en proceso de reorganización.

Arturo Aguirre Vilchis, conservador responsable de la parte histórica y Héctor Enrique Valenzuela, Jefe del Departamento de Documentación y Análisis del Congreso del Estado.

“La condición de que sea en un nuevo edificio y en un tercer nivel, es porque nosotros estamos a escasos 500 metros del río. Y cada temporada estamos en el temor de volvernos a inundar. Aunque no nos inundemos, el puro hecho de que nos corten la energía eléctrica sería un acabose para nosotros porque nos regresaría al principio, en tanto el biodeterioro es controlarlo, neutralizar el biodeterioro”, explicó.

Comentó que muchos de los soportes documentales con valor histórico son papel, por lo que el edificio cuenta con control ambiental para estar entre 18 y 20 grados centígrados; mencionan que anteriormente cuando tenían un apagón cerraban las consultas al público para mantener por necesidad las puertas cerradas y así mantener la temperatura.

“Tenemos constantemente el recuerdo del huracán Manuel y no teníamos una planta de emergencia. Aquí una de las cualidades es que ya no vamos a tener cortes energéticos porque con los documentos que ya tuvieron hongos, pasa lo mismo que con los alimentos, tú cortas la luz y se va crear un microclima ahí e inmediatamente van a resurgir los hongos. Cuando pasaba eso cerrábamos las consultas al público, porque preferíamos tener las puertas cerradas para que se conservase las temperaturas lo más posible”, platica.

Al respecto, detallan que las personas los ubican como restauradores, aunque en realidad no es lo que privilegian, sino que se dedican a mantener estables los documentos para poderlos digitalizar y tenerlos a resguardo, sin que eso signifique que no puedan aplicar conocimientos técnicos para intervenir los archivos en casos de deterioro o de alguna fragmentación.

De esta manera, en el acervo del archivo histórico del Congreso del Estado podemos encontrar documentas que datan desde mediados del siglo XIX y que narran el contexto político que se vivía en esas épocas, tal es el caso de las constituciones liberales.

Por su parte, Héctor Enrique reconoce que la legislación fue receptiva a buscar mejores condiciones de conservación para dichos documentos, ya que son parte del patrimonio de los sinaloenses y su deber es custodiar la memoria histórica del estado.

“Los estudiosos de la archivística nos han hecho énfasis en que hasta ahorita no ha habido un método, invento, que nos diga que un archivo electrónico se va conservar hasta 300 años, pueden quedar obsoletos en el curso del camino, ese es el riesgo que se corre con los archivos electrónicos; por eso, muchos especialista dicen que en paralelo, si son documentos con mucho valor histórico, se debe tener una versión en físico, precisamente porque no hay un medio de almacenamiento digital o electrónico que nos permita garantizar esa preservación en el largo plazo”, explica.

Con esta transición a lo que mandata la Ley de Archivos, los trabajadores expresaron que la idea es que desde el Congreso del Estado de Sinaloa se dé un ejemplo de cómo se debe empezar a hacer todo esto, debido a que la ley no es solo darle acceso a la información a la población, sino hacer instituciones más eficientes.

“Ahora bien, algo muy valioso es que las autoridades nos hicieron caso, esta fue una iniciativa de nosotros, pero originada por el diagnóstico, de momento nos habíamos concentrado en el material histórico, pero la ley te exige que toda la institución pueda ser consultada. En este caso, lo importante es que vamos a tener mobiliario de alta densidad que compacta, reduce los pasillos a uno solo”, explicó.

Asigna Congreso nombre “Rafael Buelna Tenorio” al edificio del Archivo Histórico

Al respecto  de las nuevas oficinas que albergará el nuevo Archivo Histórico, el Congreso aprobó asignar el nombre Rafael Buelna Tenorio al edificio, estableciendo una placa alusiva en la entrada.

Además, se convoca a implementar un programa de acciones a efecto de conmemorar el centenario del fallecimiento del revolucionario y líder universitario Rafael Buelna Tenorio, con el objeto de difundir a la sociedad en general las semblanzas de su vida al haber sido un verdadero luchador en favor de la libertad y la justicia.

Se faculta y comisiona a la Junta de Coordinación Política para que por conducto del Secretario General, lleve a cabo la ejecución del presente Acuerdo y coordine los trabajos mencionados en el mismo.

Al edificio se asigna el nombre de Rafael Buelna Tenorio por motivo de los cien años del fallecimiento del revolucionario y líder universitario a manera de homenaje por ser un luchador en favor de la libertad y la justicia.