La flexibilidad es una característica muy importante en los negocios, porque cuando se emprende se presentan decenas de obstáculos, pero cuando se es flexible se entiende que se puede cambiar la orientación y hacer ajustes para llegar a esa dirección bien fija, sin embargo, nunca perder de vista el objetivo, es la historia de Constantino Jorge Karamanos Gómez, socio fundador y director general de Autocamiones de México.

Cuenta que cuando inició, su dirección era el comercio de autocamiones, en 2006 se aventuró en la industria, primero por medio de la importación y comercialización pagando un arancel, pero al ser un mejor producto se empezó a encarecer y ser poco el diferencial de precio contra las grandes marcas de mayor presencia en el país, fue entonces que se dieron cuenta que la única manera de obtener utilidad sería evitar el pago del arancel de importación que desde aquel momento hasta hoy es del 20 por ciento del costo del camión.

Karamanos Gómez reflexiona en entrevista para Espejo Negocios que los buenos negocios son complejos de ponerse en marcha, que ahí está el secreto, ningún negocio que sea fácil de llevar a cabo es deseable, porque los negocios que son sencillos todo el mundo los está haciendo; en su caso recuerda que se adentró en una industria que en la entidad no existía, batalló para iniciar, pero tiene la filosofía de que siempre hay una manera de hacer las cosas, solo se trata de buscarle cómo sí.

Recuerda que en 2010, luego de obtener una serie de permisos vieron una oportunidad en la manufactura, importar las partes con un beneficio arancelario importante, traerlas a sus instalaciones, ensamblarlas y hasta ese momento tener el camión listo para comercializar, así evolucionó; perseguían ser el distribuidor maestro para México de la marca de camiones con origen chino, pero esta evolución de la empresa al final de cuentas los colocó en el interés de una marca internacional y en 2012 se dieron las circunstancias para migrar a la manufactura por contrato con Internacional Trucks.

Autocamiones de México actualmente tiene 12 años de experiencia en el servicio para el gigante de Navistar, empresa que para ellos ha sido universidad, postgrado y doctorado, lo que le aporta un gran diferencial frente a la competencia, dónde han aprendido que el orden en los procesos es muy importante en el más mínimo detalle.

“El detalle más minucioso es bien importante, tener el proceso documentado, tener la herramienta para que sea fácil cumplirlo y medirlo, todo eso lo hemos aprendido porque ha sido una exigencia del cliente. Hemos tomado esa exigencia y nosotros hemos ido un paso más allá y hemos buscado herramientas de información o de gestión que nos faciliten a nosotros como empresa mediana poder dar un servicio como las grandes fábricas que hay en México”, explica Constantino.

 

Considera que la compañía ya ha pasado por diferentes etapas de maduración, siendo la primera el vender para tener dinero, después, con el dinero se acomodaron para pasar a la orden del control del proceso; de ahí se pasó al uso de las herramientas de tecnologías de información al día, en tiempo, fácilmente consultada. Por último, brincaron a una etapa en la que se dieron cuenta que el negocio era financiero.

“Todos los negocios terminan siendo financieros, pero tienes que pasar tu etapa de maduración. Es cuando todo lo que ya has hecho te ayuda a cuidar cada medio por ciento de utilidad para tu negocio, y ya se vuelve una estrategia de cómo no perder esos medios puntos porcentuales de utilidad, todas las empresas tienen que pasar por ese por ese periodo”, señala.

 

El Nuevo capítulo industrial para Sinaloa

 

Constantino Karamanos es de ascendencia griega, busca seguir los pasos de sus ancestros para repetir la historia de oportunidades y prosperidad que, en la década de 1920, aprovecharon para transformar a la región mediante la agricultura. Ahora, él aspira a abrir un nuevo capítulo en Sinaloa, esta vez en el sector industrial.

La historia de los migrantes griegos que llegaron a Culiacán en busca de tierras fértiles es bien conocida en la región. Cuenta que su abuelo fue uno de aquellos pioneros que contribuyeron al desarrollo de productivo para aprovechar al máximo la tierra disponible. Gracias a ese arduo trabajo, la horticultura floreció y consolidó a Culiacán como una potencia en la producción agrícola.

El nieto de uno de esos visionarios griegos ve ahora una oportunidad similar en el ámbito industrial. Con una perspectiva centrada en la eficiencia y el reconocimiento de oportunidades, señala la creciente demanda de manufactura cerca de los mercados de consumo, de empresas de todo el mundo que están buscando opciones viables para reubicar sus producciones, y México, en particular, se ha convertido en una elección atractiva.

“Es el mismo momento, pero ahora con la manufactura por contrato”, señala el empresario. Que actualmente es un contexto donde la competencia global es intensa y Sinaloa tiene una gran oportunidad. La visión es clara: desarrollar un complejo industrial que albergue estas operaciones.

Destaca que una de las ventajas es la ausencia de competencia en términos de mano de obra calificada. Mientras que en otros lugares la lucha por obtener trabajadores especializados es intensa, en Culiacán, la situación se presenta como una oportunidad para atraer inversiones y talento.

Con un llamado al trabajo duro y constante, el director general de Autocamiones de México propone que el mismo espíritu que hizo florecer la agricultura en el valle de Culiacán sea ahora el motor del desarrollo industrial para transformar la región en un epicentro de manufactura por contrato, generar empleo, riqueza para la comunidad local y llevar a Sinaloa hacia un nuevo capítulo en su historia industrial.

La semilla que se sembró

 

Constantino se considera una persona inquieta, luego de graduarse de ingeniería industrial y de sistemas decidió explorar y se fue a trabajar a Alaska en la captura y procesamiento de salmón, allá aprendió lo que es el esfuerzo para ganarse las cosas y lo que es la independencia económica, al volver, buscaba iniciar un proyecto propio cuando un amigo le comentó que el negocio automotriz era bueno y estaba despuntando en Sinaloa.

Recuerda que su amigo le comentó: ‘Oye, pues estos amigos venden carros y venden un mundo’, se quedó la idea resonando en su cabeza, en el inter planeaba un viaje de mochilero a Europa y coincidió que uno del grupo era de Obregón y tenía unos hermanos que vendían camiones importados de China, entonces le hizo ruido el comentario de su amigo y en tres años comenzó sus operaciones.

Me decía: ‘oye, y por qué no ves la distribución para Culiacán de los camiones que venden mis hermanos’, ahí fue cuando se unió la idea de que era buen negocio el de los vehículos, y aparte mi amigo me está poniendo sobre la mesa vender vehículos que sus hermanos ya estaban comercializando, una marca nueva, ahí fue cuando me interesó.

Tuve un aprendizaje de cómo tener una negociación más real hacia alguien que aporta el capitán y yo que traía la idea del negocio. Sin darnos cuenta el comentario ese de mi amigo en el año 2000 digamos que preparó el terreno para tener esa coincidencia con esta persona de Obregón que hizo sembrar la semilla”, cuenta.

 

Reconoce que han sido 17 años en los cuales ha identificado no por dónde ir, sino por dónde no ir, con los errores suficientes como para decir que conoce muy bien lo que hacen, por su parte, enfocado en la planeación estratégica, en saber reconocer oportunidades y medir bien el riesgo contra la recompensa, siendo lo que puede poner a la mesa en un equipo que necesita de muchas disciplinas.

Karamanos Gómez dice que la disciplina que actualmente les está apasionando y que viene hacia la cultura de la eficiencia es inteligencia artificial, algo a lo que están apenas empezando a ver, identificar cómo sacar provecho de ello, apoyarse de una herramienta para liberar el tiempo de desplazamiento para el trabajador y de este modo pueda ayudar en más cosas.