Culiacán, Sinaloa.- Rubén Rocha Moya tiene un ambicioso plan de obra pública para 2024 en Sinaloa, un proyecto fuera del plan anual de obra pública.

De acuerdo con el Presupuesto de Egresos de Sinaloa, el Ejecutivo planeó gastar 2 mil 536 millones 334 mil 949 pesos en obra pública. De ese dinero, hay tres rubros que superan los 300 millones de pesos.

Se trata del programa de construcción y rehabilitación de carreteras con 801.5 millones de pesos; pavimentación de calles con 522.9 millones de pesos; y la construcción de una parte de la presa hidroeléctrica Amata, en Cosalá, con 300 millones de pesos.

La mañana del lunes dio a conocer que esta semana hará una presentación ejecutiva a alcaldes y medios de comunicación, con el fin de presentar obras para “desfogar las calles” de las ciudades de Sinaloa.

Como ejemplo, citó que en Mazatlán se buscará hacer un puente elevado en la avenida Juan Pablo Segundo, el cual se rechazó por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para dar financiamiento. Ese puente requiere por lo menos 200 millones de pesos, pero el rubro de “Construcción de urbanización” solo tiene 34.8 millones de pesos.

Lo mismo ocurre con otro de sus ejemplos en Culiacán, el de un puente que atravesaría el Río Tamazula desde la ampliación de la avenida Enrique Sánchez Alonso con el bulevar Santa Fe. En un cálculo previsto por el gobernador, serían por lo menos 130 millones de pesos para conectar ambas vialidades.

El artículo 17 de la Ley de Obra Pública y Servicios Relacionados con las Mismas, establece que “los programas de obra pública para cada ejercicio fiscal deben elaborarse anualmente y sólo podrán programarse las obras públicas que cuenten con un proyecto de obra en los términos de esta ley”.

 

En ese mismo artículo se señala que “El programa enunciará y detallará las inversiones multianuales para las previsiones presupuestales posteriores señaladas en el artículo 31 de esta Ley y, el programa en general, deberá ser aprobado por la mayoría simple que corresponda del Congreso del Estado”.

Es decir, el gobierno de Sinaloa debió pasar el plan de obras al Congreso local, junto con el Presupuesto de Egresos. Incluso en el mes de diciembre, cuando se hicieron modificaciones que llevaron a una aprobación del proyecto de gasto hasta el 16 de diciembre.

Rocha Moya dijo que este nuevo plan de obras no corresponde a un proyecto político electoral, sino a que decidió mejorar la infraestructura urbana con calles y nuevas vialidades en las ciudades del Estado.

Esas obras, que se reservó hasta la presentación ejecutiva, serían terminadas en diciembre, según los cálculos del mandatario.