Sinaloa.- Las mujeres de Sinaloa y de todo México llegan a la vejez sin seguridad económica ni jubilación digna debido a las brechas laborales y desigualdades de género que atraviesan durante su vida productiva, revelaron especialistas.

Norma Valenzuela Sánchez, doctora e investigadora en ciencias económicas y sociales de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), expuso que durante su vida productiva las mujeres enfrentan diferentes retos como la brecha salarial, la baja participación laboral y el trabajo no remunerado, lo cual provoca que lleguen a una vejez con mayor número de carencias en comparación a la población masculina, pues esto les impide el acceso a la seguridad social y a una pensión digna.

En primer lugar, es evidente que las mujeres tienen una participación laboral más baja que los hombres. De acuerdo al INEGI, a marzo del 2023, en Sinaloa había un total de 606, 002 mujeres con empleo (41.82 %), en comparación a  842,759 (58.17%) hombres ocupados. Esto, las deja con menor posibilidad de tener una pensión para la vejez.

Asimismo, la discriminación salarial persiste, explicó la especialista, pues a nivel nacional los estudios señalan que hay una diferencia del 21% en los salarios entre hombres y mujeres. Esta  brecha en la base salarial para cotizaciones jubilatorias agravan la falta de recursos para el retiro.

“Los datos son a nivel nacional, pero si te bajas a Sinaloa vas a encontrar la misma diferencia”, mencionó.

 

Estas desigualdades  marcadas por estereotipos de género se observan también en la baja densidad de las cotizaciones. Por ejemplo, los roles de género que encasillan a la mujer como la principal cuidadora en el hogar contribuyen a que las mujeres tengan menos tiempo de aportación para su seguridad laboral.

“Otro punto importante es la densidad en las cotizaciones, es el tiempo que un trabajador ha aportado a la seguridad social y las mujeres cuando tienen hijos que se salen de trabajar, o durante mucho tiempo trabajaron durante la informalidad, pues dejan de hacer esa cotización y ahí se ve la desigualdad”, dijo.

 

De acuerdo con Isalia Nava Bolaños especialista del Instituto de Investigaciones Económicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la dificultad que enfrentan las mujeres para incorporarse a la actividad laboral por las cargas de trabajo doméstico y de cuidado doméstico al que históricamente han sido asignadas, así como las pocas posibilidades de participar en empleos que no sean precarios y que no estén en la informalidad, provoca que lleguen a una vejez llena de carencias y sin seguridad económica.

En su conferencia “La seguridad económica de las mujeres en edades avanzadas”, Nava Bolaños mencionó que, solo el 25.4% de las mujeres adultas mayores recibe pensiones contributivas, a pesar de que la seguridad económica es vital para personas en edades avanzadas.

Indicó que estas circunstancias donde aproximadamente la mitad de las mujeres adultas mayores viven debajo de la línea de pobreza, destacan la urgencia de abordar las desigualdades de género y establecer políticas que aseguren un envejecimiento digno para las mujeres.