Culiacán, Sinaloa.- Desde hace un año, los agricultores de Sinaloa advirtieron un panorama complicado que se podría convertir en una ‘tormenta perfecta’ para el campo sinaloense, ahora, se encuentran frente a un histórico escenario que conjuntó unos factores en contra que ocasionan en consecuencia un efecto dominó en la economía del país.
Bajo el esquema de comercialización del maíz que se va a implementar para este ciclo por parte del Gobierno del Estado y el Gobierno Federal se arroja un precio estimado de 5 mil 400 pesos por tonelada, de tal manera que al considerar la superficie sembrada va a implicar un valor de producción de 18 mil 900 millones de pesos, contra los 34 mil 200 millones que se produjeron el año pasado, expuso Samuel Sarmiento Gámez, economista y asesor de futuros de la Bolsa de Chicago, políticas agrícolas y agroindustria.
“Significa que el valor de la producción del principal cultivo de la agricultura en Sinaloa va a caer 45 por ciento que se van a dejar de percibir o van a dejar de entrar a la economía del estado. Es decir, tanto por la caída en la producción por la superficie sembrada y el rendimiento, como por el precio, van a dejar entrar a la economía 15 mil millones de pesos que el año pasado estuvieron por ahí y que este año no van a entrar a la economía de Sinaloa y del país”, advirtió.
Por su parte, Enrique Riveros Echevarría, presidente de la Asociación de Agricultores del Río Culiacán (AARC) explicó en entrevista para Espejo Negocios que la tormenta se perfeccionó más, se complicaron otros factores, los que ya estaban complicados se hicieron más grandes, y además entraron otros a la jugada.
Recordó que el año pasado fue muy complicado en el tema de comercialización del maíz y el esquema que se decidió utilizar le costó muchísimo dinero al gobierno y al final de cuentas solamente resolvió para unos cuantos y al resto no les resolvió nada. Este año, se volvió al esquema tradicional, donde hay un apoyo generalizado por toda la producción, sin embargo, el precio no es suficiente.
Dijo que en primer lugar la paridad peso dólar jugó en contra, pues además de no ser un precio suficiente, generó encarecimiento de muchos insumos. Y el cálculo de ‘los hubiera’ se puede hacer de muchas formas, haber sembrado 550 mil hectáreas de maíz como se hizo el año pasado, y si no hubiera sido por la sequía haber tenido una producción de 11 toneladas y media como el año pasado.
El efecto dominó de la agricultura
El economista y asesor agroindustrial, Samuel Sarmiento, explicó que el 10.6 por ciento de toda la economía de Sinaloa depende del campo, además que los sectores de industria y servicios están íntimamente ligados a la agricultura, la ganadería y la pesca, de modo que con este panorama automáticamente se va a tumbar el primer eslabón de la cadena productiva, o se podría decir que la primera ficha de dominó y por tanto todas las demás fichas se van a ir cayendo en el mismo sentido.
Sarmiento Gámez reveló que el problema de la sequía y los bajos precios internacionales van a generar una pérdida generalizada en la agricultura y como consecuencia en la economía en general del país, impactará en la inflación de la entidad, pero particularmente en el rubro de los precios de los alimentos.
“Te voy a poner un dato, el año pasado produjimos un poquito más de 6 millones de toneladas de maíz, y tenías un precio de las tortillas de 26 pesos. Ahora imagínate que, en lugar de 6 millones de toneladas de maíz, que tengas 3.5 millones, hasta donde se te va a ir el precio de la tortilla”, advirtió.
En tanto, Riveros Echevarría resaltó la necesidad de analizar a detalle todos los sectores y rubros que impactan en la agricultura, especialmente en los granos, como el maíz, para ubicar dónde se está quedando la ganancia, porque no puede ser posible que, si el maíz valía 7 pesos, la tortilla haya tenido que subir a 24 pesos, ya que hay discrepancia entre los precios de los productos agrícolas y los precios finales al consumidor.
Dijo que la sobreproducción de ciertos cultivos, como el frijol y el garbanzo, también representó un desafío para el sector, al provocar una caída en los precios en los mercados, por lo que, a pesar de intentar diversificar los cultivos, la falta de utilidad en muchos casos y las pérdidas tradicionales persisten.
En cuanto al impacto económico nacional, advirtió que la agricultura es la base de la economía y su deterioro podría tener repercusiones graves en otros sectores, como la construcción, el comercio y la gastronomía. Lamentó la falta de apoyo gubernamental y la eliminación de proyectos importantes destinados a mejorar la productividad del sector agrícola.
“La agricultura es la base de la economía y es lo que mueve la economía, quita el eslabón y nos dejan completamente desprotegidos y con repercusiones serias, tengo amigos constructores, tengo amigos comerciantes, restauranteros, en el sector de los bares, y desde el año pasado me han dicho que han visto muy mermada y muy reducida a la clientela, amigos incluso que instalan cocinas y que están diciendo ‘hoy estamos resintiendo el tema de la producción agrícola’”, destacó.
El líder de la AARC dijo que la agricultura sinaloense enfrenta una “tormenta perfecta” que amenaza con desestabilizar la economía nacional. La falta de rentabilidad, la competencia desleal de países con subsidios agrícolas y la escasez de apoyo gubernamental están dejando a los agricultores en una situación desesperada y con repercusiones que se extienden a toda la sociedad.
Combinación severa
La combinación de una sequía severa y una alarmante baja disponibilidad de agua en las presas de Sinaloa representan un desafío sin precedentes, advirtió Samuel Sarmiento.
“En estos momentos, las presas de Sinaloa están operando a tan solo un 12.1% de su capacidad, en comparación con el promedio del 31% de los últimos 30 años. Esto significa que actualmente tenemos solo una tercera parte del agua que históricamente hemos tenido disponible”, explicó.
En tanto a la sequía, según el último informe de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), ha alcanzado niveles extremos en 10 municipios y excepcionales en otros ocho, lo que indica una situación crítica para la agricultura.
“La sequía extrema y excepcional afecta significativamente a la producción agrícola, aumentando el riesgo de incendios forestales y reduciendo drásticamente la disponibilidad de agua para riego”, señaló.
El cultivo más afectado por esta situación es el maíz, cuyo valor de producción se espera que caiga drásticamente este año. En el ciclo anterior, el maíz representaba un valor de alrededor de 4 mil 220 millones de pesos, pero las malas estrategias de comercialización implementadas dejaron a muchos productores desprotegidos. “El año pasado se protegió la base social, pero se dejó desprotegida la base productiva, lo que está teniendo graves repercusiones este año”, lamentó.
De acuerdo con sus estimaciones, la superficie sembrada de maíz se ha reducido considerablemente, pasando de las 550 mil hectáreas habituales a solo 291 mil hectáreas en el presente ciclo, disminución que, combinada con la falta de agua para riego, se traducirá en una producción estimada de solo 3.5 millones de toneladas, frente a las expectativas previas.
Sin embargo, destacó Sarmiento, el impacto económico de esta situación no se limita solo a Sinaloa, sino que tiene repercusiones en toda la economía del país, incluso estimó que la caída en la producción de maíz y el consiguiente descenso en los ingresos dejarán de ingresar alrededor de 15 mil millones de pesos a la economía estatal, lo que representa una pérdida significativa en términos de valor agregado y empleo en la región.
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