Culiacán, Sinaloa – La prevalencia del Neem como una planta exótica invasora en prácticamente todos los países del mundo hace necesario el tomar acciones para su erradicación, opinó la doctora en uso manejo y preservación de los recursos naturales, Laura Rivera.
En entrevista para Espejo, la actual coordinadora de la licenciatura en Gestión de Zonas Costeras de la Facimar, comentó que hace años esta especie fue promovida por sus características para repeler plagas en tierras de cultivo.
“Pero ahorita ya estamos viendo la gran dispersión que tiene y el levantamiento de infraestructura, se mete a los drenajes, rompe banquetas, o sea, genera muchos más problemas que beneficios”, señaló.
En este sentido se sumó a las voces de otras personas, como la de la directora de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Culiacán, Cecilia Acosta, y el ambientalista y presidente de Guaiacum, José Dehesa, quienes señalan la necesidad de retirar estos árboles de nuestras ciudades y comunidades.
El Neem (Azadirachta indica), es una especie de árbol invasor originario del norte de la India, introducida a prácticamente todos los países del mundo por debajo de la línea del ecuador terrestre, suponiendo una amenaza a la biodiversidad de las áreas naturales y para la infraestructura pública de las ciudades.
“Tenemos problemas con ella que no habíamos visualizado”, lamentó Rivera Rodríguez.
Entre estos problemas, están los cambios en la diversidad biológica en las zonas invadidas por la planta debido a su alta capacidad de adaptación; un ejemplo de estos sería la disminución de la cantidad de alimentos disponibles para la fauna local, debido al desplazamiento de especies generado por el Neem.
En Brasil, un estudio del 2013 sobre la naturalización y su potencial impacto en el noreste del país hizo una serie de recomendaciones para reducir sus impactos en las especies nativas. Entre estos recomendó:
- La eliminación de árboles de A. indica cultivados en las proximidades de áreas naturales protegidas.
- Reemplazar esta especie exótica por nativas cuando exista la necesidad de árboles ornamentales o de sombra.
- Establecer programas de seguimiento y control en áreas de cultivo comercial, para evitar el escape de esta especie desde el área plantada hacia los alrededores.
“Estas precauciones son la mejor manera de evitar que esta especie naturalizada se establezca tan bien que su control sea imposible o demasiado costoso”, puntualizó el estudio de la Universidad de Campinas (UNICAMP).
Promesa incumplida
Publicada en Mayo de 1999, la tesis de maestría en ingeniería ambiental a cargo de Ligia Saldaña Álvarez, es una fotografía del tratamiento dado por científicos a esta planta en las décadas pasadas.
En este documento, que analiza el caso de Sonora, se señaló que entre sus múltiples beneficios el Neem muestra un potencial extraordinario para el control de plagas, así como una excelente resistencia a la sequía y el calor, y un rápido crecimiento. Todas características que facilitan su desarrollo como especie exótica invasora y el desplazamiento de especies nativas.
“En opinión de expertos, entre el impacto positivo del Neem destaca su uso como cortina rompevientos, como mejorador de suelos erosionados y sus propiedades bioinsecticidas y medicinales; en cuanto al impacto negativo, el posible desplazamiento de especies sería el más relevante”, concluyó esta tesis de 1999.
25 años después, la Doctora Rivera lamenta que durante trabajos recientes en zonas rurales cercanas a Mazatlán ha encontrado que la planta ya se desarrolla de manera natural.
“También es un problema que en las zonas rurales se llevaron el Neem para formar estas vallas en las zonas agrícolas, es un problema que ya está… hay una cantidad impresionante de Neem que ya nació de manera natural”, añadió.
La experta en conservación llama a la elección de especies naturales en ciudades y comunidades; así como a la creación consciente de corredores biológicos con flora nativa.
“Si en la parte urbana utilizamos este tipo de especies que sean nativas a la zona van a requerir mucho menos de cuidados, porque están adaptadas a las condiciones particulares del sitio, entonces tenemos que jugar con las especies nativas”, recomendó.
En el Manual de Plantas Invasoras de Sudamérica se describe al Neem como una especie invasora que se adapta fácilmente a todos los ecosistemas, convirtiéndose en una amenaza potencial para la flora nativa, además de una competidora agresiva por el agua y cuyos métodos de control solo funcionan si se aplican químicos.
“Los árboles de esta especie rebrotan con facilidad al cortarlos, por lo que el control físico sólo puede tener éxito si se aplica junto con métodos de control químico. Los herbicidas oleosos con triclopir son eficaces cuando se utilizan para tratar la corteza basal de este árbol, pero no tanto si se utilizan para rociar las hojas. Las plantas jóvenes son susceptibles al fuego, pero los árboles maduros son capaces de soportar los incendios”, indica este documento.
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