Por: Cristina Ibarra

El pasado 12 de junio fue el día mundial contra el trabajo infantil, a razón de ello el INEGI publica cifras para México en este tema.

Según estos datos, 3.7 millones de niños y adolescentes se encuentran trabajando, al 2022. Preocupa el hecho de que la tendencia sigue un crecimiento, pues al 2019 eran 2.2 millones, lo que representa un incremento de 68%. Es importante decir que la mayoría (90%) tiene entre 10 y 17 años de edad.

Las actividades a las que se dedican son en casi un 30% actividades en el sector primario, o los servicios (20%). También, una parte importante de ellos lo hace en ocupaciones no permitidas que pone en riesgo su seguridad. Destaca que con mayor frecuencia los varones se dedican a actividades no permitidas, mientras que las niñas a quehaceres domésticos.

¿Por qué trabajan los niños?

 

Las razones que más sobresalen es que les gusta ayudar (30%) o quieren pagar sus gastos (22%), mientras que solo el 7% considera que el hogar requiere su ingreso o que el hogar necesita su trabajo (11%).

Aun así, el 36% de los niños y adolescentes que trabajan, aportan al ingreso familiar, mientras que el resto no aporta porque no tiene ingreso. Sin embargo, en ocasiones quienes no tienen ingresos, igualmente trabajan largas horas para suplir las funciones en el hogar, permitiendo que los padres u otros miembros de la familia puedan buscar el sustento fuera de casa.

En los datos de la encuesta se señala también que hasta el 30% de los niños que trabajan no asisten a la escuela, y no siempre es por falta de recursos, sino también porque han perdido el interés o no se sienten aptos.

 

Destaca que casi un 60% trabaja con algún familiar, por lo que de manera general puede entenderse que los niños y adolescentes trabajan en su mayoría dentro de la familia, para suplir un salario, por lo que no reciben ingresos.

Perspectivas

 

Lo que más preocupa de esta estadística es que a pesar de que la crisis de Covid-19 ya fue superada en términos generales, el trabajo infantil en México incrementó en número y los últimos datos destacan que al 2022 trabajan 1.5 millones de niños y adolescentes más que en 2019. También, la tasa de ocupación por debajo de la edad, esto es, niños y adolescentes que aún no tienen la edad para realizar la actividad que desempeñan, creció de 4.1 a 4.3, y especial atención merece que esto se debe a que más varones están trabajando en esas condiciones.

Finalmente, destaca que en 2019 el 25% del total de niños y adolescentes que trabajaron no asistían a la escuela, y este porcentaje se elevó al 30% en 2022, representando un incremento en términos absolutos de 302 mil niños y adolescentes, de los cuales el 73% son varones.

En suma, las cifras analizadas son reveladoras con relación a una problemática de fondo que es la realidad socioeconómica que vivirán estos niños y adolescentes que deciden incorporarse temprano al mercado laboral, dejando también la instrucción escolar. Las condiciones de desarrollo humano y, por tanto, las de sus futuras familias pueden verse también comprometidas por esta situación, convirtiéndose en una condición difícil de superar en el largo plazo.

La infancia requiere especial atención, sobre todo ante una clara tendencia de crecimiento en niños y adolescentes trabajando, por una sociedad más próspera, con mejores oportunidades y desarrollo humano, los infantes y adolescentes, especialmente los varones, urgen atención.

 

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*Esta es una colaboración de Cristina Isabel Ibarra, presidenta del Colegio de Economistas del Estado de Sinaloa, para Espejo Negocios.